Efímero | h.s (1)

Capítulo 51

There's a shadow hanging over me

Cuando abrí mis ojos vi que ya no entraba luz en la ventana y mi cuarto estaba en completa oscuridad. Supe de inmediato que me había quedado dormida. Harry ya no estaba conmigo y yo estaba totalmente arropada. Agarré mi celular que había dejado en la mesa de noche antes de ir al funeral y miré la hora. 8 pm.

Un poco de luz entraba por debajo de la puerta lo que quería decir que papá todavía debía estar despierto. Mi estómago rugió avisando que tenía que obligarme a bajar a comer porque había saltado el almuerzo así que aparté las sábanas y salí de mi cuarto.

Cuando bajé papá estaba sentado en un extremo de la mesa del comedor con una taza en su mano y un libro.

—Hannah — dijo cuando alzó su mirada y me vio — Pensé que ibas a dormir toda la noche.

—¿Por qué no me despertaste?

—Lo necesitabas — respondió — Ven, preparé sándwiches.

—¿A qué hora se fue Harry?

—Como a las 5.

—Ah... no me di cuenta. —Caminé hacia la cocina donde vi dos sándwiches y los agarré, no sin antes servirme un vaso de jugo. Luego fui hasta el comedor y me senté en la silla al lado de papá.

Comí en silencio mientras él seguía leyendo su libro. No era un silencio incómodo sólo estaba lleno de calma lo cual era irónico porque en todo el día la calma era lo que menos había estado presente.

Cuando iba por la mitad de mi segundo sándwich noté los ojos de mí papá mirándome por encima del libro.

—¿Qué? — pregunté tal vez un poco a la defensiva. Papá bajó el libro y se quitó sus gafas. Las dobló y las puso en la mesa y después su mano agarró la mía que estaba apoyada en la mesa.

—¿Cómo estás?

—P-papá — tartamudeé. Un nudo se formó en mi garganta y me obligué a tomar un sorbo de jugo a pesar de que ya había perdido totalmente el apetito. — No quiero hablar. Yo...

—Lo sé, lo siento — apretó mi mano y luego la alejó y se la llevó al puente de su nariz apretándolo. —Es sólo que no quiero que te encierres en ti misma. Después de lo de tu mamá la pasaste muy mal y no quiero que vuelvas a recaer.

—Papá, voy a estar bien.

—¿Te tomaste el medicamento hoy? — preguntó.

—No pero...

—Pero nada, Hannah. Sabes que las cosas se pueden poner feas si los dejas y más en este momento.

—Sólo fue un descuido — dije. — No va a volver a pasar.

—Prométemelo.

—Te lo prometo papá.

—Igual... aunque lo prometas... yo...

—¿Tú qué?

—Te saqué una cita con una psicóloga.

—¿Qué?

—Se llama Susan Martin.

—Papá...

—La contacté hoy. La cita es mañana.

—Pero papá, estoy bien.

—Es un momento difícil por el que estamos pasando Hannah. Tener un apoyo extra ahora no vendría mal. Además es sólo por precaución.

—Está bien papá. Si tú crees que es lo mejor, iré. — Él sonrió y se levantó de la mesa.

—Hoy ha sido un día largo — dijo — Voy a dormir. Tú deberías intentar hacer lo mismo aunque no sé si lo podrás hacer. Has dormido mucho.

—Probablemente pueda hacerlo — comenté — todavía me siento cansada. —Él me sonrió y bajo su cabeza hacia la mía y depositó un beso en ella.

—Te amo Hannah. Quiero que lo sepas. — su voz se quebró— Tal vez no lo digo lo suficiente pero quiero que lo tengas presente. — yo me levanté de mi asiento y lo abracé.

—Lo sé papá. Yo te amo a ti. —los dos estuvimos así por un par de minutos y sólo se oían nuestros sollozos. Cuando nos separamos mi papá solo acarició mi mejilla y besó mi frente.

—Mejor me voy. Estoy muy cansado — dijo limpiándose sus lágrimas. Yo le sonreí y el caminó hacia su habitación.

Recogí el plato que aún tenía la mitad de un sándwich y el vaso medio vacío que estaba en la mesa. Los llevé al lavaplatos y los dejé ahí. Mañana me ocuparía de eso.

Subí las escaleras hasta mi cuarto y cuando entré lo único que pude hacer fue tirarme en mi cama y agarrar el celular.

"Hola" le escribí a Harry y le di a enviar. No esperé a que me respondiera cuando ya le había mandado otro mensaje.

"Mañana tengo que ir al psicólogo". Pasaron cinco minutos antes de que me llegara una respuesta.

"Hola. Me alegro supongo, eso suena bien"

"Por un lado lo es"

"Y por el otro?"

"Es complicado" escribí. "Es el tema de volver a empezar desde cero con un psicólogo que no te conoce, que no conoce tu historia y eso es muy agotador"

"Me imagino, tener que contarle toda tu vida para que entienda por lo que estás pasando"

"Exacto y aun así sólo se puede dar una pequeña idea de lo que siento. No es como Rachel, mi psicóloga de antes".

"Cuándo fue la última sesión que tuviste?"

"En noviembre. Antes de mudarme aquí"

"Te deseo mucha suerte entonces"

"Gracias"

Harry no respondió sino 40 minutos después. Para cuando sonó la notificación yo sólo pude oírla muy a lo lejos porque ya me estaba quedando dormida. Al parecer dormir aliviaba mucho el dolor que estaba sintiendo por lo que preferí voltearme e ignorar el mensaje que había llegado.