Capítulo 50

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Close the door, throw the key. Don't wanna be reminded, don't wanna be seen, don't wanna be without you. My judgment's clouded like tonight's sky. Hands are silent, voice is numb, try to scream out, my lungs. It makes this harder and the tears stream down my face. If we could only have this life for one more day, if we could only turn back time.


DÍA 1

El día en que murió mamá la primera persona a la que abracé fue Oliver. Se sentía tan natural y lógico que fuera él que no me importó dejar a mi papá sólo. Bueno... fue menos de un minuto lo que pasó antes de que los dos fuéramos corriendo hacia él. El punto es que Oliver siempre ha sido lo primero en mi vida porque desde que fuimos concebidos él ha sido el único que estuvo a mi lado.

Recuerdo una vez cuando aún estábamos en el jardín que un grupo de niñas no quiso jugar conmigo y una de ellas me empujó antes de irse. Oliver vio la escena y no dudó en abandonar a su grupo de amigos y venir corriendo a mi lado.

Ese recreo él sólo tuvo ojos para mí y para nadie más.

Ahora estaba en mi cuarto sola, sin él, a pesar de que era la única persona que quería a mi lado en este momento. Estaba en posición fetal y con todos mis músculos contraídos. Mis manos estaban echas puños y las uñas cortaban mis palmas. Mis ojos estaban cerrados porque no quería abrirlos y ver el mundo tan vacío que me rodeaba y mis lágrimas salían sin que pudiera detenerlas. Toda la almohada debajo de mí estaba empapada.

Sentía un dolor muy fuerte en el pecho y aunque estuviera latiendo se sentía vacío y como si no funcionara. Ojalá y fuera así. No quería vivir en un mundo sin él.

Sentí como abrieron la puerta pero la verdad no me interesaba ver quién era.

—Hannah... — era papá. Aunque estaba dándole la espalda pude sentir cómo caminó y cómo se arrodilló a un lado de la cama. Respetaba el espacio que estaba necesitando pero puso su mano en mi espalda y a pesar de que quería estar sola, agradecí ese contacto. — Ya es hora, cariño.

Hubo silencio. No podía moverme. No quería. Él tomó mi mano y la jaló obligando a mi cuerpo a enderezarse.

Él había estado desde la madrugada conmigo cuando la policía había venido a avisarnos. No se separó de mí ni un solo segundo, ni siquiera cuando tuvo que hacer todas las llamadas necesarias por el tema burocrático de la entrega del cuerpo y el funeral. Conversaciones que escuché a medias porque no podía evitar quedarme dormida por momentos. Fue hasta hace una hora cuando tuvo que ir a ducharse que me dejó sola, aunque no había dejado de disculparse por eso.

Yo hice lo mismo que él y me metí a duchar aunque toda la hora que estuve dentro sólo podía estar sentada en el suelo con las lágrimas rodando por mis mejillas sin parar. Como pude me levante, me sequé y me cambié pero todo lo hice tan mecánicamente que no recuerdo ni cómo lo hice.

Pero a pesar de que habían pasado 11 horas, esta era la primera vez que veía sus ojos. Estaban hinchados y rojos de tanto llorar. El pobre había perdido a su hijo y lo único que había hecho desde entonces era consolarme a mí. Yo no había hecho nada por él. Así que decidí poner de mi parte y levantarme.

—Vamos. Harry y Emily están abajo. — Emily... ¿cómo estaría?

—¿Cómo me veo papá? — pregunté.

—Terrible. ¿y yo?

—Terrible. — como pude le regalé una minúscula sonrisa y él agarró mi mano. Los dos bajamos las escaleras y caminamos a la sala. Al llegar encontré a Emily y a Harry en el sofá. Él la estaba abrazando mientras la consolaba. Emily sólo sollozaba sin parar. Cuando me vio sólo pudo llorar con más fuerza y mi corazón se rompió una vez más al recordar cuánto la quería Oliver. Como pude solté a mi papá de la mano aunque era lo menos que quería hacer y me dirigí hasta donde Emily.

Como pudo se levantó y las dos nos abrazamos con mucha fuerza. Estuvimos así como por dos minutos enteros antes de que papá hablara.

—Ya es hora de irnos muchachos. —dijo papá — ¿Emily, vienes con nosotros? — ella lentamente se separó de mí y con la voz un poco quebrada le respondió.

—Voy con mis papás.

—¿Y tú Harry? Veo que trajiste tu moto.

—Sí señor, pero preferiría ir con ustedes y así acompaño a Hannah — sonrió levemente cuando posó sus ojos en mí.

—Si así lo deseas. Entonces vamos muchachos.

Emily se apartó de mí y Harry aprovecho para acercarse a mí y abrazarme.

—Lo siento mucho — susurró en mi oído.

—No creo que vaya a poder — mi voz se quebró.

—Voy a estar todo el tiempo a tu lado.

—Lo sé. — nos separamos el uno del otro y me miró a los ojos. Vi mi dolor reflejado en ellos y él sólo sonrió y besó mi frente.

El viaje al cementerio fue silencioso. Yo estaba en la parte de atrás con Harry y papá iba manejando. Estuve todo el camino abraza a Harry y no pude evitar mojar la chaqueta de su traje con mis lágrimas. Él sólo acariciaba mi mano con su pulgar y le daba las gracias por eso.

La ceremonia pasó muy lentamente. Harry estuvo todo el tiempo a mi lado y yo estuve todo el tiempo al lado de mi papá. Cuando llegó el momento en que el féretro empezó a bajar Emily no pudo evitar romper en llanto lo que hizo que yo empezara a derramar lágrimas sin poder controlarlo y mi papá por primera vez sacó todo lo que sentía. Sí había llorado antes, pero esta vez era diferente. No podía evitar sollozar fuertemente y mi corazón se rompió. Lo abracé y no sé cuánto tiempo estuvimos así hasta que Harry tocó mi hombro y nos dijo que tal vez era la hora de irnos. Caminamos hasta el carro y nos fuimos de regreso a casa. Harry manejó esta vez y papá y yo nos fuimos juntos en la parte de atrás y estuvimos todo el camino abrazados porque no me quería separar de él.

—Me siento muy cansada.

—Deberías descansar — dijo Harry.

—Papá ¿me puede acompañar? — pregunté. Vi la duda cruzar por sus ojos pero sólo nos sonrió y asintió.

Harry y yo caminamos hasta a mi habitación. Cuando llegamos lo primero que hice fue quitarme los zapatos y los dejé a un lado de la puerta. Agarré a Harry de la mano y lo jalé hasta la cama donde me acosté. El hizo lo mismo y los dos quedamos frente a frente.

—¿Cómo te sientes? —sonreí porque a pesar de que era una pregunta muy obvia sabía que lo hacía porque le interesa saber que sentía mi corazón.

—Es como si estuviera muerta pero sin estarlo. — suspiré y no pude evitar derramar una lágrima la cual él rápidamente limpió con su pulgar.

—No puedo imaginar cómo se estará sintiendo Emily. Cuando oímos al carro...

—No me cuentes más, por favor — susurré.

—Siento mucho no haberlo cuidado Hannah. Tal vez si yo...

—No lo digas — lo interrumpí — lo que pasó no tiene nada que ver contigo.

—Pero...

—Basta — mi mano fue hasta su mejilla y la acarició — Nadie tuvo la culpa Harry.

—Lo sé. Igual no puedo dejar de sentirme así.

—Lo sé. Yo me siento igual, si tan sólo lo hubiera convencido de que no se quedara...

—Lo intentaste Hannah. Pero yo no.

—Lo que pasó ya pasó y nadie lo puede cambiar. Él no va a volver — mi voz se quebró — no va a volver y yo voy a estar sola.

—No digas eso — Harry besó mi mejilla y limpió las lágrimas que escurrían de mis ojos. — Tienes a tu papá y me tienes a mí.

—Lo extraño — dije sorbiéndome la nariz y apretando mis ojos con el dorso de la muñeca.

—Lo sé. Ven aquí. —Harry me atrajo hacia su cuerpo y me abrazó. Yo lloré... lloré hasta que todo se volvió negro.

Efímero | h.s (1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora