Capítulo 35

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See I'm happy, that boy was just playing pretend, we said it, you wouldn't listen but finally you found out


Esa mañana bajé tarde a desayunar para no encontrarme a nadie pero cuando iba a regresar a mi cuarto no tuve tanta suerte y me topé a Oliver en el pasillo.

—Hey — dijo para detenerme. Yo sentía que no lo podía ver a la cara así que me enfoqué en mirar el pomo de mi puerta — ¿Cómo seguiste?

—B-bien — traté de sonar convincente pero al parecer no fue suficiente porque él se acercó a mí y me tomó de la barbilla obligándome a mirarlo.

—Estuviste llorando toda la noche — no lo preguntó. Fue una afirmación así que no contesté y aparté la mirada otra vez. — Le diré a Emily que venga y hable contigo si no quieres hablar conmigo.

—¿Por qué piensas que voy a querer hablar con Emily? — pregunté cortante.

—Porque ella es una chica y tal vez te entienda mejor que yo. — me sonrió como si acabara de decir algo gracioso pero yo no le devolví la sonrisa. En vez de eso me volteé y entré a mi cuarto cerrando la puerta detrás de mí y dejándolo solo.

Me acosté en la cama y sin querer me quedé dormida. Esta vez no soñé nada y si lo hice no era capaz de recordarlo y lo agradecí inmensamente.

De repente, el sonido de golpes en mi puerta me hizo abrir los ojos. Miré la hora en mi celular y eran las tres de la tarde. Me levanté y fui a abrirla y me encontré con una persona que no me emocionaba ver.

—Hola — dijo Emily con una tímida sonrisa — Traje helado de brownie. — Vi el tarro de helado en su mano derecha y dos cucharas que probablemente había tomado de la cocina antes de subir y rodando los ojos la dejé pasar. — Oliver me dijo que habías estado mal. Me ha dicho que es otra cosa de tu proceso y pensé que tal vez podía ayudar.

La invité a sentarse en la cama y yo también lo hice. Agarré una almohada y me la puse sobre las piernas. Ella abrió el helado y me dio una cuchara.

—No creo que me puedas ayudar.

—Pero vale la pena intentarlo — me dijo dando el primer bocado de helado — ¿Por qué no me cuentas qué paso? Sé que a veces la gente piensa que no hay un motivo específico, pero puede que sí lo haya.

—Y-yo, n-no... — dije sin convicción — Es solo que...

—Hannah... — dijo y me miró con ojos expectantes.

—¿Mmh?

—Discutiste con Harry ¿no es cierto? — Yo la miré y no pude evitar sonreír mientras mis ojos se llenaban de lágrimas. Ahí venía la realidad a golpearme otra vez.

—¿Por qué siempre sabes cuándo me pasa algo por culpa de Harry? — pregunté limpiando una lágrima que se me escapaba.

—¿Por qué lo dices?

—Primero el ataque de ansiedad que me dio el día del restaurante y ahora esto.

—Así que tengo razón — sonrió pero no por estar feliz de que Harry y yo hayamos discutido, sino por haberme entendido al fin. Ella se acercó un poco más a mí y me tendió el tarro de helado. Yo sonreí y agarré un poco con mi cuchara — ¿Qué pasó?

—L-lo vi besándose con la chica de la droguería.

—¿La que parecía modelo? — yo asentí — Wow... aun así no me sorprende.

—Debí hacerte caso, Emily. Lo siento — dije volviendo a empezar a llorar.

—Hey, hey — dijo ella acercándose aún más y agarrando mi mano — Está bien. Sé cómo las chicas caen por él y lo entiendo. ¡Rayos! Hasta a mí me llegó a gustar cuando lo conocí, pero luego pasó que lo llegué a conocer mejor y me di cuenta cómo era en realidad. Las chicas caen por él muy fácilmente y a él le gusta eso...

—Pensé que yo era diferente y que me escogía a mí en vez de a ella — quité con rabia las lágrimas que corrían por mi cara porque no quería llorar más por él.

—Hey, ven aquí — Emily se acercó a mí y me abrazó — Sé cómo te sientes, pero es muy difícil que las personas cambien por uno.

—Es que es por eso Emily. Vi cómo se comportaba con ella y no fue una sola vez y aun así decidí ignorarlo. ¡Lo decidí! ¿Lo entiendes? ¡Es mi culpa!

—Hannah, nosotros no tenemos la culpa de quién nos enamoramos. Sólo pasa y lastimosamente te pasó con Harry, pero ya sabes la verdad. Ahora solo te queda seguir adelante.

—Es sólo que duele mucho, Emily. No sé cómo seguir adelante.

—¿Te habías enamorado antes? — yo negué — Entonces es por eso. Siempre es difícil pero uno le agarra el truco — rio. — Te iba a invitar a la casa de Emma pero viendo esto creo que es mejor que no te aparezcas allá.

—Sí — respondí — no me lo quiero cruzar.

Decidí cambiar de tema y empezamos a hablar de cómo mi hermano se había declarado y de lo feliz que estaba ella.

Me di cuenta que ella lo quería de verdad y que no tenía por qué dudar de ella ni pensar que lo podía dejar en cualquier momento como lo hizo Carol así que prometí que no la volvería a comparar más.

Emily se quedó media hora más después de que nos terminamos el helado porque tenía que ir a casa de Emma. Me sonrió antes de salir por la puerta de mi habitación pero yo la detuve.

—¿Emily? — le pregunté y ella se volvió — No le digas nada a Oliver ¿sí? No quiero que se sienta mal por haber confiado en él después de haberlo dudado tanto.

—Está bien Hannah. No le diré a nadie.

Luego de que Emily se fue me acosté en la cama pero esta vez no volví a llorar. Me sentía cansada y como si ya no tuviera más lágrimas que derramar. Lo peor de todo es que me sentía vacía, un sentimiento que no había tenido desde hace mucho tiempo. Parecía tan lejano pero la verdad es que había sido unos meses nada más pero las cosas habían cambiado tanto que el momento más triste de mí vida parecía solo un recuerdo borroso ahora. Sin embargo el sentimiento estaba ahí, otra vez y no sabía cómo apartarlo.

Esa noche bajé a cenar con Papá y Oliver para la cena de noche buena pero no me arreglé ni nada por el estilo, mis ánimos no daban para tanto. Traté de no hablar porque no quería que me molestaran. Cada vez que alguno me trataba de preguntar algo o de hacer un comentario para animarme yo contestaba con un "sí", "no" o un "está bien".

Cuando terminé pedí permiso y regresé otra vez a mi habitación a pesar de que todo el mundo me repite que cuando estoy mal debo salir del encierro, pero en mi habitación me sentía cómoda y lo más importante, me sentía segura. Tal vez porque estaba sola con mis pensamientos y emociones que eran cosas que sólo yo podía entender y que nadie más podía sentir.

Di vueltas en mi cama tratando de conciliar el sueño pero después de varias horas me di por vencida. Así que agarré mi celular y le escribí a Emily.

"Lo viste?"

Esperé su respuesta diez minutos sin despegar mis ojos de la pantalla. Cuando finalmente estaba escribiendo entré al chat y esperé a que enviara el mensaje.

"Sí"

"Preguntó por mí?"

Ella leyó el mensaje enseguida y empezó a escribir un mensaje, luego lo borró y volvió a escribir, luego lo borró y volvió a escribir otra vez y luego, por fin, me lo envió.

"No".

Dejé mi celular y cerré mis ojos con lágrimas en ellos y esta vez sí me quedé dormida.

Efímero | h.s (1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora