Are we out of the woods?
Harry y yo estábamos recostados en mi cama completamente sudados. Yo estaba apoyada en su pecho jugando con el collar en su cuello y él acariciaba mi brazo con el suyo.
—Hannah... ¿te puedo preguntar por algo?
—Ya lo estás haciendo — sonreí.
—Es solo que no quiero que te molestes. — Yo me apoyé en su pecho de modo en que lo pudiera ver a sus ojos.
—Pregúntame lo que quieras.
—Está bien — respiró hondo y se tomó su tiempo — ¿Por qué tienes esas cicatrices en tus brazos?
—Y-yo...
—Si no me quieres contar está bien.
—No, sí lo quiero hacer... yo me cortaba cuando entraba en crisis. — respondí y volví a apoyar mi cabeza en su pecho. Sentí como éste bajaba y subía y eso me calmaba.
—¿Por qué?
—No sé... sólo sé que me ayudaba, me calmaba. Es como cuando te da tanta rabia que te dan ganas de golpear algo y me sentía así, pero conmigo misma.
—¿Y las más grandes? ¿Las que están en tu antebrazo? ¿También fue por eso?
—Yo... — Él me agarró la mano y me la empezó a acariciar. Yo respiré hondo y decidí que ya que estábamos diciendo las cosas lo más sincero posible tal vez debería decirle la verdad — Intenté suicidarme unos meses después de que mamá murió. ¿Recuerdas que te dije que tenía una historia complicada con las drogas? — Él asintió y yo continué— Pues pasa que en una fiesta me ofrecieron cocaína y yo la acepté. En ese entonces estaba pasando por uno de mis episodios y no la usé estando en la fiesta sino cuando llegué a la casa. Puse música a todo volumen y traté de olvidarme de todo pero no funcionó sino que se hizo peor. Al final lo hice pero no fue lo suficientemente profundo como para que funcionara y no duré tanto tiempo en el baño antes de que Oliver encontrara mi carta en mi cama y tumbara la puerta.
—¿Aún piensas en eso? Digo... en volver a intentarlo.
—Algunas veces, pero no todo el tiempo como lo hacía antes. Ahora estoy mejor. — Me levanté y lo volví a mirar a los ojos — Pero no quiero hablar de eso. Cuéntame de ti — Lo miré y acaricié su pecho, él rio.
—¿Qué quieres saber?
—No sé — respondí, luego me fijé en su collar — Cuéntame de esa cruz, por qué siempre la cargas contigo. Veo que siempre la acaricias cuando te estás sintiendo vulnerable ¿Por qué?
Harry rodó sus ojos y por un segundó pensé que se no me iba a contar nada y que se iba a levantar para irse pero respiró hondo y empezó a contarme.
—Papá estaba metido en muchos problemas antes de morir — dijo él — Estaba pasando por un momento económico muy malo y las deudas no hacían más que ahogarlo. De hecho pensé en dejar la universidad que en ese entonces estaba empezando para ver si así lo podía ayudar. Sin embargo, luego de unos meses todo empezó a calmarse e incluso papá hizo un fondo para mi universidad y la de Emma.
>>Ella no le daba importancia, apenas tenía 15 años pero mamá y yo no dejábamos de preguntarnos de dónde estaba consiguiendo dinero tan rápido cuando sabíamos que su trabajo no era suficiente para tanto.
>>Después descubrimos que estaba metido hasta el cuello en el mundo de las drogas y en su venta y de ahí es donde sacaba el dinero. Hasta que se metió en problemas y le quitaron su vida por eso. Lo asesinaron a sangre fría a unas cuadras de aquí justo por estas fechas. Por eso nos mudamos.
>>Esta cruz era de él y era la posesión más preciada que tenía. Decía que lo cuidaba de todo lo malo que le pudiera pasar pero al parecer ese día no le sirvió de mucho.
>>"La fe es lo más sagrado que tenemos y es nuestro más grande tesoro. No permitas que te la quiten" me decía, pero mi fe se fue el día en que lo hizo él.
>>Ahora uso su cruz para que cuide de mí como lo hizo con él, pero resulta que tal vez yo cuido a la cruz más de lo que ella me cuida a mí — rio amargamente.
Yo sonreí suavemente y le acaricié su mejilla. Sus ojos estaban luchando para no dejar escapar ninguna lágrima y me partía el corazón por verlo así. Entonces recordé cuando le conté sobre el chico que se estaba drogando en la fiesta a la que fuimos y cómo él agarró la cruz cuando le hice prometer que no me llevaría a otro lugar donde las hubiera y entendí todo.
Él las odiaba tanto como yo.
—Hannah...
—¿Sí?
—Sé mi novia — me dijo de repente y yo sentí cómo mi corazón se detuvo.
—¿Cómo?
—Sé mi novia. Eres muy importante para mí y sé que yo significo algo para ti y la verdad es que no te quiero perder... no a ti. Así que acabemos con esto y hagámoslo oficial. Sé mi novia.
—¿Pero estás loco?
—Sí, puede ser. No he tenido una novia oficial desde que salí del colegio y ahora quiero que tú lo seas. ¿Por qué? No tengo una respuesta clara solo sé que quiero estar contigo y que nada se interponga entre nosotros otra vez. ¿Tú quieres estar conmigo?
—Sí pero...
—¿Pero? No hay pero que valga o es sí o es no.
—Harry es que tengo miedo de que al final elijas a alguien más que no sea yo. No soy tu tipo de chica y eso lo tengo muy presente todo el tiempo y me aterra que llegue la indicada para ti que cumpla con todas tus expectativas.
—Hannah, tú cumples con mis expectativas, nadie más. No necesito que alguien venga a que ocupe tu lugar porque no quiero a nadie más que no seas tú. Así que respóndeme, ¿quieres ser mi novia Hannah Gardner?
Yo lo miré a los ojos y me vi reflejada en ellos. Esto podría cambiar totalmente mi vida y no sabía si estaba preparada para eso pero de lo único que sabía era que quería estar con él y sólo con él así que no me arrepentí después de darle mi respuesta.
—Sí, Harry Styles, sí quiero.
A estas alturas los dos estábamos sentados y el me atrajo hacia él obligándome a posarme encima de su cuerpo.
Ese beso fue el que me hizo sentir más realizada toda mi vida, como si antes hubiera una parte de mí que estaba vacía y ahora estuviera completa por fin.
Sé que la felicidad no depende de nadie más aparte de mí pero en ese momento podía decir que era la persona más feliz del mundo y todo era gracias a Harry.
El acarició mi espalda desnuda y yo agarré su rostro con todo el cariño que pude haber sentido hacia él en ese momento.
Harry profundizó el beso y yo lo tuve que detener cuando sentí que la situación se nos iba de las manos otra vez.
—¿Tienes algún backup? — pregunté.
—No — él rio sobre mis labios y me volvió besar. Yo lo aparté y lo miré con una sonrisa.
—Entonces deberíamos parar.
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Efímero | h.s (1)
RomansaTodos le advierten que no debería enamorarse de él pero ella no controla a su corazón. ¿Será que al final todos tienen razón? Hannah Gardner es una chica de 17 años que luego de la muerte de su madre se muda a una nueva ciudad con su papá y su herma...