No fue de casualidad, yo quería que nos pasara y tú lo dejaste pasar
—Así que Hannah... ¿Cuál fue tu frase favorita en el libro? — preguntó haciendo que mi mente se alejara un poco del mal sabor de boca que me había dejado el hecho de que guardara el número de la chica en su bolsillo.
—Pues no tengo una favorita — dije — pero la que más se me quedo grabada fue la que decía "There's no flesh or blood within this cloak to kill. There's only an idea. Ideas..."
—"Ideas are bulletproof" — Los dos dijimos al tiempo. Yo sonreí y oculté mi rostro. — Esa es mi frase favorita, Hannah. — él me sonrió haciendo que mis mejillas se sonrojaran.
—Es una frase muy bonita — dije.
—Lo es.
Los dos mantuvimos en silencio unos minutos. Yo no dejaba de mirar mi helado porque sentía su mirada fija en mí y no quería que se diera cuenta de lo rojo que estaba mi rostro.
—Entonces Hannah, eres de la costa ¿no? ¿Por qué se mudaron aquí? — Yo por fin levanté mi rostro y aclaré mi garganta.
—Mamá murió hace unos ocho meses — respondí.
—Oh, lo siento, no sabía...
—No, tranquilo, está bien — dije rápidamente. — Es sólo que fue un golpe muy duro y las cosas se pusieron feas.
—Hannah, si no quieres hablar de esto...
—No, no. Está bien. Las cosas han mejorado mucho. Ya no me cuesta hablar de esto.
—Está bien, solo quiero que sepas que si te sientes incómoda puedes parar.
—Mmhm — dije — La cosa es que me diagnosticaron depresión y con ello ansiedad y además las calificaciones de mi hermano empezaron a bajar, así que papá decidió que un nuevo comienzo nos vendría bien a todos. Buscó un nuevo empleo y lo consiguió aquí.
—¿De que trabaja tu papá?
—Es profesor de matemáticas — respondí — Lo contrataron para dar clases en una universidad. Empieza en febrero.
—¿En cuál universidad?
—Mounce.
—No es a la universidad que voy. — dijo él.
—¿A cuál vas? — pregunté.
—Sherburne.
—¿En qué año vas?
—Voy a entrar a mi último año.
—¿Y qué estudias?
—Marketing — dijo él acariciando la cruz de plata que colgaba de su cuello — pero ¿qué hay de ti?
—Voy a entrar al último año en el instituto Washington.
—Vas a estudiar con Emma y Emily. Genial — dijo — ¿Qué hay de tu hermano? ¿Va a entrar a la universidad?
—No, también va para el último año de instituto. Somos mellizos.
—Genial, me imagino que les preguntan mucho si pueden leerse sus mentes y esas cosas así. —Yo no pude evitar rodar mis ojos.
—Todo el tiempo — respondí — ya me cansa cada vez que lo hacen. — él rio.
—¿Puedo preguntar...? — dijo con un tono más serio.
—¿Sí?
—¿Cómo estás llevando tu depresión y ansiedad?
—Últimamente lo llevo bien, es decir, llevo alrededor de seis meses tomando la medicina que más me ha funcionado. La verdad es que he tenido muchos cambios pero en su mayoría muy positivos. Y mi ansiedad disminuyó un montón.
—Pero eso está muy bien — me dijo. Él alargó su mano y tomó la mía dándole un apretón — me alegro mucho por ti.
—Gracias — dije apartando las manos de la mesa y soltándome de su agarre. Me estaba poniendo nerviosa y al parecer él entendió el mensaje porque alejó sus manos de mí.
—¿Estás yendo al psicólogo?
—La última sesión que tuve fue el miércoles pasado pero eso fue en mi otra ciudad. Tengo que buscar un psicólogo aquí.
—No dejes de ir a terapias Hannah. Las terapias ayudan mucho en tus casos.
—Pareces que supieras del tema.
—No, pero mi mamá tuvo que ir a terapia luego de la muerte de mi papá y eso la ayudó bastante. — comentó.
—Siento mucho lo de tu papá.
—Está bien, fue hace un par de años — comentó.
Terminamos nuestros helados y él preguntó si me gustaría caminar. Yo dije que sí así que lo seguí ya que él conocía más el lugar que yo.
—A ti que te gusta leer, hay una librería muy bonita aquí. ¿Te gustaría conocerla? — preguntó. Yo asentí.
Los dos caminamos unos locales más y luego fuimos a la derecha por el siguiente pasillo. En la otra esquina de éste había una librería. No era muy grande pero tenía estanterías hasta el techo y era muy bonita.
—Es linda — dije mientras cruzábamos la puerta.
—Aquí puedes vender tus libros si te quieres deshacer de algunos cuantos.
—¿Venden libros usados?
—Sí, están por allá — señaló unas mesas a la derecha. Yo caminé hacia ellas y él me siguió. Empecé a acariciar los lomos de los libros e iba mirando uno por uno a ver si alguno me llamaba la atención. —¿Buscas algo en especial?
—No, solo miro — sonreí más que a él, a los libros.
—¿Hay algún libro que siempre hayas querido pero que por alguna razón no tengas?
—Sí — aparté mi mirada de los libros y lo miré a él — Hay un libro que se llama Juliet. Mi hermano lo leyó hace como dos años atrás y se convirtió en su favorito.
—¿Tu hermano también lee?
—No, pero su ex novia sí y ella estaba enamorada de ese libro. Ella se lo prestó a él y él se obsesionó con él. Hubo un tiempo donde se volvía loco con cualquier cosa que tuviera que ver con Romeo y Julieta por culpa de ese libro. Siempre me causó curiosidad pero nunca lo he visto en librerías así que nunca lo he comprado.
—Ojalá aquí lo puedas conseguir.
—Sí pero no creo, la verdad nunca lo he visto.
Estuve unos minutos más mirando libros hasta que al final escogí uno de la editorial Harlequin. Fuimos a la caja y lo pagué. Definitivamente iba a seguir viniendo aquí.
Los dos salimos de la librería y caminamos unrato más por el centro comercial hasta que se hicieron las 8 de la noche.Entonces decidimos que era hora de irnos.
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Efímero | h.s (1)
Roman d'amourTodos le advierten que no debería enamorarse de él pero ella no controla a su corazón. ¿Será que al final todos tienen razón? Hannah Gardner es una chica de 17 años que luego de la muerte de su madre se muda a una nueva ciudad con su papá y su herma...