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Por la noche hubo una enorme tormenta en la que JinYoung solo se encerró en el cuarto de JaeBum, pues sabía que afuera solo habrían problemas esperándolo.

JinYoung miraba las cosas que JaeBum había recolectado a lo largo de los años, como libros antiguos, joyas, coronas, ropa de calidad, incluso lencería, que obviamente, Im no usaría.

Un poco de agua se filtró, solo un poco. No mojó el suelo, solo se arrastró, formando "9 días". Luego, se deshizo como una mancha. Park se estremeció, sintiendo un escalofrío recorrerlo por la espalda.

Afuera, la tormenta paró, así que salió, mirando a todos los hombres algo agotados y mojados. Fue a mirar a JaeBum, encontrándolo en el timón, todo empapado y excitado, como si fuera algo sexy.

— ¿están bien? — preguntó, aunque... mejor guardó silencio y volvió al cuarto, siguiendo con las curiosidades de JaeBum.

Hablando del Rey de Roma, él entró, todo... sexy. Su cabello negro y largo mojado, ondulado y cayendo por su frente, con sus ojos resaltando y su sonrisa. JinYoung solo siguió curioseando.

— ¿por qué un pirata usaría una cadena tan larga? — el chico sacó una cadena más o menos larga, con otras más cortas colgando de ella. Im sonrió, cerrando la puerta detrás de sí y yendo hacia el menor, levantando su camisa y hacerle un nudo a la altura del pecho. — oye, oye, ¿qué estás haciendo?

— esta cadena no la uso yo. — contestó JaeBum, tomando la cadena y poniéndola en la cintura del menor. — la usan mis amantes.

JinYoung se puso rojo, bajando su camisa.

— yo no soy uno de tus amantes, y nunca lo seré. — alegó.

— ¿recuerdas cuando te dije que quería romper tu moral? — le pregunto JaeBum, susurrándole en el oído. — corromper tu alma y hacerte hacer cosas que ni siquiera un pirata haría. Bueno, empecemos. — JinYoung negó asustado.

— el trato fue encontrar a mi hermano, luego sería tuyo. – se alejó de Im. — si no está él, no me iré contigo.

— oh, vamos, hago bien mi trabajo. — JaeBum intentó acercarse.

— no, no logro comprenderte. — le dijo el chico. — primero dices que vas a venderme, pedir un rescate, luego me dices que me quieres como un esclavo, como a un perro al cual patear... yo... yo no quiero esto.

JaeBum llegó hasta él, tomando su rostro y empezar a besarlo, esta vez de forma consciente, sintiendo sus labios, saboreándolos, jugandog con ellos. Había probado otros labios de otras personas con elevado rango y alcurnia, sin embargo, JinYoung era otro nivel, más dulce, más esponjoso, más suave. Cuando se separaron, el menor se veía impactado, alejándose más de él.

— yo no quiero esto. — repitió. — por favor, decídete.

JinYoung salió, se fue y para remate, empezó a llover fuerte. JaeBum golpeó la puerta, frustrado. Mark tenía razón: ese chico le atraía, no sabía por qué, pero lo hacía. Pero... ahora tenía toda una vida para tomarlo.

Mark miró a JinYoung allí, bajo la lluvia, así que solo se acercó a él, le hizo un pequeño gesto y se fueron al cuarto del mayor.

— y... ¿qué te hizo? — le preguntó el rubio.

— quería que nos acostáramos. — respondió incómodo. — entonces le pregunté qué quería conmigo... y me besó. — Mark soltó una risa. — y esta es la segunda vez y realmente es molesto, ni siquiera con mi prometido he hecho esas cosas. Yo no quiero esto.

— solo debes abofetearlo y ya. — le dijo el cocinero. — después de todo, ya lo has hecho con tus palabras. El resto es sencillo.

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— entonces, ¿te rechazó pese a que lo cuidaste de nosotros, lo cuidaste cuando se desmayó y respondiste sus preguntas? — preguntó YuGyeom indignado. — Dios, qué caprichoso. Debería agradecer que está en este barco y no en otro. Es un pretencioso, no esperes menos de un principito.

— pero lo tendré en este barco. — le dijo JaeBum. — apenas encontremos al otro mocoso, ya nunca volverá a bajar de este barco sin mis órdenes. Tendrá toda una vida para aceptarme.

— ¿y si no es así?

— sabes que caerá. — contestó, ganando una sonrisa por parte de su amigo. — además, ¿qué tiene en el palacio que no pueda tener aquí?

— ¿privacidad, sirvientes, ropa buena, un lugar donde guardar sus libros y a sus seres queridos? — contestó con otra pregunta. — además, aquí puede estudiar la mugre y la humildad, supongo que dos cualidades que no se enseñan allí arriba.

JaeBum miró la mochila de JinYoung y la tomó, sacando las cosas de su interior. Sus cuadernos, lápices, libros, un poco de dinero, casi nada de ropa y nada más. No había muchas cosas de valor, o al menos, no tangible. Tomó un libro y lo leyó, solo eran mapas, arte y otros tenían palabras que no podía leer. JinYoung no era soberbio por ser un príncipe, era inteligente, y eso no lo hacía un engreído, solo una persona que se dio una idea errada de lo que era la realidad, por eso se entregó a los trabajos, porque solo los leía y todo quedaba en su mente, por lo que aceptaba trabajos que no eran para él con la idea equivocada que todos los trabajos eran para cualquiera. Y JinYoung no entró a los barcos nobles porque creía que ellos no lo escucharían y solo seguirían las órdenes, sin embargo, los piratas solo buscaban tesoros para enterrar y cosas así.

Miró la poca y nada de ropa que trajo, el idiota se iba a morir de frío porque no traía ropa para soportar la heladez de la noche y solo sobrevivía con el calor ajeno. Bueno, por lo menos tenía una chaqueta, metió sus manos en los bolsillos, encontrando el anillo de compromiso del chico.

Bueno, ya entendía por qué se casaba. Pese a que el anillo de oro fuera delgado, en toda la circunferencia tenía diamantes azules, dentro tenía una inscripción posiblemente en otro idioma. Además, los detalles alrededor de los diamantes fueron hechos muy minuciosamente. Una pieza de arte.

— esto vale más que el barco y todos dentro. — dijo YuGyeom, mirando la sortija. — qué idiota, traer algo así a este barco. Bueno, por lo menos ya tiene para comprar su libertad.

JaeBum le quitó el anillo, guardándolo en sus bolsillos.

— JinYoung vive en la fantasía, dile que el cielo es rosa y no lo discutirá, solo esperará hasta que el cielo sea rosa.— dijo el capitán. — Él cree en sus ideales, se aferra a que haremos esto y él se quedará porque creerá aguantar. Le haremos creer que podrá tener el control, luego... rompemos su alma y en todo lo que cree.

— ¿y todo porque te rechazó un beso?

Se detuvo un segundo, pero volvió a ver el anillo de compromiso de Park. Si él creía que el cielo era rosa, esperaría hasta verlo rosa, pero JaeBum se lo pintaría de negro y lo haría bajar la mirada al piso.

— bueno, él sabe que se entregó a esto.

— amigo, eres un enfermo. — YuGyeom hizo una pausa. — solo procura no caer en tu propio juego.

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Se pudrió la momia mal

Regalo Del Océano {JJP]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora