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Aquella noche del ataque, realmente estaba arrepentido de huir con ese pirata. En principio, porque su hermanito había quedado gravemente herido, con una maldición sobre sus hombros y solo. Estaba bastante enojado con Jackson, había herido a la persona más importante de su vida, no tan solo eso, lo había abandonado. 

No quería que su hermano menor quedase solo, de hecho, temía que estuviera muerto. JinYoung siempre había sido la persona más importante de su vida, la única persona que hacía que su prisión de cristal fuese más grande, cuando él le platicaba los diferentes mundos que había visitado en su momento de lectura. 

Ahora que miraba a Jackson ubicarse en el mapa, se preguntaba si hizo lo correcto.

Bueno, no era lo correcto, es más, sabía que su ausencia causaría una crisis de la gran flauta, que preocuparía a todo el mundo, pero sabía que su vida allí dentro lo estaba consumiendo, y si no salía de allí, terminaría muerto, se lanzaría del balcón de su habitación o se cortaría las venas con ese abrecartas de oro. 

De hecho, casi lo hacía. 

Una noche que JinYoung había salido con su padre, y él se quedó solo en su cuarto. 

Miró cómo el menor se iba con su padre y otras personas, y él se debía quedar leyendo unos libros tan gordos como patada de monja. Todo sobre política, cultura, política, tradiciones, política, historia, política, política y política, ¿Cuándo podría velar por sí mismo?, ¿acaso a su muerte sería más emocionante? Iba a hacerlo, iba a usar ese abrecartas. 

Casi lo hace, de hecho, había cortado ligeramente su pie, con una pequeña gota de sangre cayendo a la mesa. Entonces, allí apareció. Jackson apareció allí. Le había hecho sentirse bien, le había hecho sentirse querido. 

De allí se enamoró y deseó su libertad. 

Pasó un año y finalmente llegó la noche, pero ese accidente con JinYoung lo hacía arrepentirse, y peor aún cuando se dio cuenta que él venía a buscarlo. 

— no le hagas daño. — soltó, mordiendo sus labios. — él es inocente, le tiene miedo a muchas cosas, no quiero que salga lastimado. 

Jackson suspiró algo cansado.

— ya hablamos de eso.

—JinYoung fue la única persona que se preocupaba por mí. —  le informó. — él lo era todo para mí, si algo le sucede jamás me lo perdonaré. Jamás te lo perdonaré.

— él ya tiene a alguien que se preocupe por él. — le dijo con voz seca. — y veo que es más fuerte de lo que pensaba. — murmuró. — ¿crees que él confíe en ti completamente?

— no hay nada de él que yo no conozca. — contestó seriamente. — tienes que dejarlo, sea lo que sea que le hayas hecho, debes revertirlo. 

No le hizo caso, solo siguió mirando el mapa. Estaba a unos días para llegar a la isla, y sabía que el otro  barco en el que venía ese chico llegaría poco después. Bien, le haría ese favor a su amorcito, si ese chico lograba llegar con vida a la isla.

— está bien. — cedió. — pero él debe llegar a mí. No puedo hacer magia a larga distancia, y así como lo maldije antes de dejarlo por allí, ahora tiene que hacer su último esfuerzo. 

Algo es algo. JinYoung era inteligente, debía admitir Jackson.

No tan solo eso, se volvió el talón de Aquiles de JaeBum.

Pudo sentir la ira de éste inundar todo el mar, una ira tan palpable, con un corazón lleno de miedo. Se había enamorado de ese chico y ahora temía por la vida del menor. Tenía el corazón destrozado por no poder quedarse con ese niño rico. Y la única forma en la que podría quedarse con él sería que llegase ante él y le rogase que levantara la maldición del muchacho.

No sabía qué tenía ese chico, qué tan lindo sería o qué tan buena persona llegase a ser para enamorar a todos con la esencia de su ser, es más, hasta las bestias le temían. Aún le quedaban un par de días y ya había utilizado toda su artillería pesada. Así que debía saber qué sucedía, porque no era JaeBum, solo era ese chico, bueno, ese chico y el resto de la tripulación. Había caído al agua y aún no se había muerto, sus monstruos miraron a la cara al muchacho y aún así seguía con vida. ¿¡por qué!?

En la cuarta noche, quería saber por qué no había muerto. 

Apareció en el cuarto donde descansaba el chico, con una manta hasta los hombros y sus manos a la altura de su cabeza. 

Bien, entendía por qué JaeBum había caído por esa puta fina.

Labios carmín y piel nívea, cabello castaño, un aura suave, y su respiración tranquila. Le quitó la manta de encima, mirando su cuerpo, y aún vestido, lograba ver sus atributos físicos. Bien, entendía la atracción inevitable hacia él, pero quería ver qué tenía en su esencia, ¿qué era lo que hacía a JaeBum querer tenerlo a su lado para siempre?

Los ojos del chico se abrieron lentamente, llenándose de lágrimas al verlo a él. Tenía los ojos avellanas, sin embargo, su marca personal decoraban una parte de azul. El pobre estaba paralizado, no podía moverse ni defenderse.

— ¿te acuerdas de  mí? — le habló, haciendo que las lágrimas cayesen sin más. — anda, no seas tímido, responde. — se burló de él. — quiero saber cómo es que ni mis sirenas, ni mi kraken, ni mi leviatán te mataron, cómo escapaste de esos nativos... o mejor aún, cómo es que un pirata sin destino cayó por alguien como tú.

—JaeBum... — murmuró muy apenas, con su respiración agitada. — JaeBum...

— oh, no te preocupes por él. — le dijo. — quiero saber de ti. ¿Por qué no puedo deshacerme de ti?. — Puso una mano en el cuello del muchacho, alzando su mentón. — ¿por qué sigues con vida?

— YoungJae... — susurró. Cuando por fin logró recuperar la movilidad, trató de evitar que ese pirata intimidante lo ahorcara, apretando su brazo para quitarlo de encima.

— ¡No vuelvas a ponerle una mano encima! — le gritó JaeBum, lanzándose encima de él para empezar a golpearlo. — ¡ven y dame la cara a mí!

— oh, no vine aquí para pelear. — le dijo Jackson, escapando de la pelea. — vine a darles una opción. — JaeBum se puso delante de ese muchacho, cubriéndolo. — encuéntrenme y le levantaré la maldición. 

— ¿a cambio de qué?

— solo quiero verte, hermanito, ¿no crees que es poquito tiempo a cambio de toda una vida con él?

— déjalo en paz. — le ordenó Im. — él no te ha hecho nada.

JaeBum cubría a JinYoung, y éste abrazaba al mayor para que no volviera a pelear con él. Bueno, eso era tierno por parte del castaño, de hecho, bastante dulce, un gesto que podría enamorar a cualquiera.

— piénsalo. — le indicó. —  chao.

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Pasamos los 300 votos antes del jueves :"D

Regalo Del Océano {JJP]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora