JinYoung durmió cómodo en el cuarto de Mark, después de todo ambos eran tranquilos para dormir, así que no hubo una mini disputa por quién se queda con más sábanas.
El rubio miró al chico en su cama, durmiendo sereno, con una pequeña sonrisa en esos labios carmín. El lindo joven no sabía a qué había condenado su vida.
Mark tenía sus buenos 27 años, y nunca aprendió a leer y a escribir, solo a cocinar y ya. Trabajaba en un restaurante pobre para ganarse un pedazo de pan, cortando papas y lavando lechuga, incluso se prostituyó un par de veces, luego escapó y se unió a un barco pirata, donde vio cosas que un hombre no soportaría, con el tiempo se fue haciendo insensible y ahora era parte de la tripulación de Im.
Por otra parte, JinYoung es alguien que vio las maravillas del mundo y lo que la mente es capaz de traer a la realidad, ya sea a través de libros, a través de cuadros de pinturas famosas o piezas de arte. Él conocía la belleza y trataba de entender el alma, pero ahora... ahora solo le quedaban paños y una cubeta para sobrevivir aquí arriba.
JaeBum siempre fue un bastardo sin gloria, que abusaba de todos, aunque tuviera una faceta de bueno, casi siempre la escondía. Cuando se unió a la tripulación, los primeros días realmente la pasó mal con ese sujeto hasta que hizo la cena de esa noche, ganándose su aprobación. Era un líder bueno, pero no gastaba en daños colaterales.
Esperaba que JinYoung pudiera encontrar su faceta buena y lograr volver a su hogar, de otro modo, esa linda sonrisa se borraría lentamente.
Lo dejó dormir un poco más, después de todo tuvo una noche difícil con el jefe.
Y hablando del rey de Roma, cuando salió, el capitán estaba alegando por el piso sucio que JinYoung no estaba limpiando. Rodó los ojos y se quedó apoyado en la puerta que daba a su pieza. No quería que el chico despertara pronto. Menos para hacer algo tan tonto.
— JinYoung, ¡JinYoung! — gritaba JaeBum, llamándolo. — dios, el barco es tan pequeño y aún así se pierde.
— JinYoung está durmiendo. — le dijo Mark, ya harto de sus gritos. — tuvo una noche difícil.
— todos la tuvimos, nos preocupamos de salvar el barco, y ese bastardo se la pasa durmiendo. — respondió Kim. — todos aquí estamos cansados.
— ¿cansados de qué?, ¿de robar, estafar y matar? — Mark rió, mostrando sus colmillos. — me dan risa.
— cuida tu lenguaje, cocinero. — dijo otro. — él ya dejó de ser un príncipe cuando subió aquí. Él aceptó su destino.
— qué adulador. — exclamó. — bueno, yo quiero vacaciones, en unas islas con arena blanca y playas limpias, ah, y un coco con una sombrilla.
— un coscorrón es lo que te voy a dar. — dijo el mismo pirata.
— WonHo, déjalo. — ordenó JaeBum. — Mark, ¿qué te traes encima?
— JaeBum, en tu perra vida has tocado un jabón y ahora te quejas de un piso húmedo. — respondió el rubio. — ¿qué es lo que te traes tú? Vamos, quizás es rico, pero no le ha hecho nada a nadie, solo lo sacas de quicio. Es más, creo que gracias a JaeBum la comida llevará agua del mar, con meado de pez como condimento. —Todos soltaron quejidos y maldiciones, frustrados. Cuando Mark se enojaba, la comida perdía un 70% de su buen sabor. — ¿ven? Solo hace falta sembrar una falsa idea de la realidad para odiar al inocente.
— te crees muy listo para ser alguien que no sabe leer ni escribir. — le dijo JaeBum una vez que todos se dispersaron.
— dicen que siempre vas a odiar a alguien que tiene más poder que tú, irónicamente odias a JinYoung cuando no tiene ningún poder en este barco, a menos que él tenga poder sobre ti. — comentó, sin hacerle caso a su capitán. — el pobre solo quiere a su hermano, no creo que deba pagar un precio tan alto.
— ¿y tú qué sabes?
— que él tiene dinero para pagar todo un rescate y que tiene la alcurnia suficiente para mandarnos a todos a una cárcel si no hacemos lo que quiere, así que creo que JinYoung es una buena persona, que no le ha hecho daño a nadie y es humilde, pero tú eres un bruto que quiere humillarlo, tienes un séquito que te lame las botas y como él no quiere hacerlo, te enojas. — Mark ni siquiera lo miraba, solo se fijaba en sus uñas. — deja de hacer rabieta y ve a decirle a ese chico que lo amas, y si no te acepta tú te lo pierdes, porque él tiene para mucho mejores partidos, y de seguro tiene buenos hombres detrás de esa cola. Tú no vales la pena, así que fórmate y luego vete.
Mark se metió a la cocina para empezar a cocinar, dejando a JaeBum a su suerte. Él entró a ver a JinYoung, que dormía profundamente, arropado entre las sábanas y abrazando su almohada. Era tierno durmiendo, sin sus palabras venenosas respondiéndole a cada momento. Bueno, se veía mejor así que enojado por manchar el mismo lugar que había limpiado hace un momento. Solo estaba allí, suspirando y arropándose, nada más. Su camisa se levantó un poco, mostrando la cadena en su cintura.
No se la había quitado.
JaeBum salió corriendo del cuarto para encerrarse en el suyo. Se quitó la ropa y empezó a masturbarse. Ese cuerpo, esa actitud, sus facciones, sus labios, su trasero, su cuerpo. Él.
Bueno. JinYoung sí tenía poder en él, pero no podía permitir que él lo supiera. Quería su cuerpo, lo quería a él. Se sentía atraído por ese niño rico que no pensaba devolver por nada en el mundo.
Pensar en las escenas más eróticas, desnudo o con lencería, sea como sea, era bello. Y solo había visto su cintura con esa cadena, así que no quería pensar en tan siquiera como sería ver a JinYoung desnudo o verlo haciendo escenas que... ufff.
Llegó al orgasmo, eyaculando sobre el bolso del chico, solo por error. No era una intención, y claramente no dejaría que JinYoung viera esto. Tomó la evidencia del crimen y la vació, luego se vistió y salió para tomar una cubeta de agua del mar. Sabía limpiar algo así, sin embargo no pasaría mucho tiempo para que el chico preguntara sobre su mochila y sus cosas.
— ¿JaeBum? — el chico entró a su cuarto, fregando sus ojos. Había despertado apenas. — ¿me pasas mi mochila? Quiero cambiarme de ropa.
Como no quería dar explicaciones, tiró todo a la mierda, y usando la somnolencia del chico, sacó de su propia ropa y se la pasó.
Unos pantalones sueltos negros, una camisa celeste y una chaqueta. El resto de la ropa del chico era horrible.
— ponte la mía, la tuya está demasiado fea y no sirve para nada. Además, si se mancha será difícil de limpiarla. — le respondió JaeBum. — anda, vístete y... bueno, ve a leer por ahí, pero vete.
— ¿estás bien?
— solo hazlo antes que te mande a sacar el percebe. — JinYoung soltó una sonrisa, tomando un libro ancho sobre la primera repisa más cerca. — anda, cámbiate.
— gracias. — JinYoung cerró la puerta detrás de sí. — ¿podrías voltearte? — JaeBum lo hizo, sin mucha resistencia, aunque daba pequeños vistazos. Ese trasero, esa cintura. Cuando JinYoung se puso los pantalones volteó.
— ¿JinYoung, podrías devolverme la cadena? — preguntó Im, volteando para ver un poco del cuerpo del chico. — para evitar... conflictos.
— claro.
El menor intentó buscar el broche. JaeBum se acercó y tomó la cintura del chico, buscando también esa parte, pero más para tocar al chico. No aguantó más y tomó su mentón, acercándolo a su rostro.
— un día solo quiero verte usando esa cadena. — le dijo Im sobre sus labios. — no me importa si eres virgen, si eres un prostituto, sea como sea, te quiero en mi cama. Te quiero en mi vida.
Un tercer beso iba a caer en los labios de Park, sin embargo éste lo abofeteó, volteando el rostro del mayor.
— basta. — le ordenó. — en serio quiero encontrar a mi hermano, en serio pagaré el precio, pero no quiero esto. El trato fue que me quede en este barco, no ser tu prostituto.
— ¿y una noche? — le propuso. — dame una noche de tu cuerpo y te olvidas de hacer una vida aquí.
— aunque me amenaces con atarme junto al percebe del barco yo no me acostaré contigo. — le dijo JinYoung. — yo tengo un compromiso con alguien que me comprende y me ama, algo que vale más que un trato.
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Se pudrió la momia mal ×2
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Regalo Del Océano {JJP]
ФанфикJinYoung se ve orillado a embarcarse en cierta aventura con un de los piratas más embusteros, ruines e inmorales. Im JaeBum acepta al joven de cabello castaño bajo cierta condición. - la gente como tú no soporta estar en alta mar. - le dijo el cap...