Regalo Del Océano {JJP]

³⁶

Se retorció bastante. El hombre alzó su espada, a punto de clavarla en su vientre, hasta que finalmente...

Logró zafar. Alcanzó a correr su estómago, quedando solo un rasguño en su cintura.

El soldado que había tomado sus piernas, cayó de rodillas al suelo, con una espada atravesando su estómago. En cuanto al que tomaba sus brazos, cayó muerto con una flecha en su ojo.

Se liberó y corrió a su papá, despertándolo y desatándolo.

— Dios santo, qué pocos modales, ¿dónde está la cortesía hacia el invitado? — comentó Mark, tomando su espada de vuelta y cortar las sogas que ataban a su compañero.

Entraron la familia real, JaeBum y HyunWoon, apuntando con una ballesta a su padre.

— papá, papi... — el mayor despertó lentamente, tomando la mano de su hijo. — ¿estás bien?

— quizás un poco apaleado, pero... ya sabes, nada que no se pueda solucionar. — con un poco de ayuda, se puso de pie, apoyado en los hombros de su hijo.

El comodoro estaba acorralado. Los que alguna vez fueron sus hombres ahora le estaban apuntando con unas espaldas y lanzas. Sacó su arma cargada, apuntándole al chico que había arruinado sus planes, y le dio un disparo. JaeBum se interpuso entre JinYoung y la bala, recibiendo él el disparo en el hombro.

— ¡ven aquí, JinYoung! — gritó el comodoro, disparándole esta vez a su padre en una pierna. El mencionado hizo caso obedientemente, yendo a su lado para que ni un ser querido más fuera herido. Trató de tomar el arma, sin embargo, el hombre lo tomó del cabello fuertemente, dejándolo sin más opciones y apuntándole en la sien. — eres una maldita rata.

— papá, suelta a Jinnie. — le pidió su hijo, mirando preocupado la situación. — él no es el cupable aquí.

— ¡arruinó todo!, ¡nos arruinó! — gritó el hombre. — él arruinó un plan de hace generaciones. Si me voy al infierno, me iré con el mil hijo de puta que me arruinó.

— por favor, no. — dijo el padre de JinYoung. — lo conoces desde que era un niño, llévame a mí y no a mi Jinnie. — la desesperación era palpable en la voz del hombre. — es mi hijo...

— yo le di una alternativa, se lo dije, yo le di una oportunidad. No me deja otra opción. — apretó su brazo alrededor alrededor del cuello del menor, poniendo su arma en su boca. — dile adiós a papi.

— ¡papá, no! — le gritaba HyunWoon con desesperación. — ¡JinYoung está embarazado! Papá, voy a tener un hijo. No les hagas daño...

JinYoung estaba llorando desconsolado, intentando escapar de los brazos de ese hombre. Iba a morir, si eso no podía convencer a ese hombre, nada lo haría y moriría. Miró a JaeBum, bastante asustado. Ese hombre se lucía al momento de salvarle la vida, y ahora podía ver el miedo en los ojos de ese hombre, lo que le quitaba las últimas esperanzas.

— este bastardo no merece tener a tus hijos. — escupió el mayor, pegando más el arma en la frente de JinYoung.

— papá... — sollozó el menor.

Antes que jalara el gatillo, murió.

Park salió corriendo, a los brazos de YoungJae. Él lo recibió, cubriéndolo. JaeBum, HyunWoon y SooHyun se pusieron delante del menor, protegiéndolo.

Jackson entró, frotando su frente con una mano, con la otra, hacía pequeños movimientos con sus dedos. El agua en el cuerpo de ese hombre la absorvió, dejándolo tan seco como una momia.

— estás vivo, hijo de perra. — comentó JaeBum, con una mano haciendo presión en su hombro herido. — habías muerto...

— y lo hice, claro que lo hice. — le contestó. — pero ya volví, perras. Tenía cuentas pendientes. Ahora que estoy aquí, vamos a hablar de negocios.

JinYoung no tenía la intención de hablar de negocios con ese idiota. Desató la espada de su cadera, y con la misma vaina, le dio un fuerte golpe en el oído a ese imbécil que lo golpeó, maldijo, mató y casi prostituyó. No era que quería empezar una guerra, pero se lo tenía bien merecido.

— ¡aquí tienes tu negociación! — exclamó, llegando finalmente a su catarsis. — ay, Dios, esto es liberador. No es lo correcto, pero demonios que es liberador.

— te lo mereces. — le dijo YoungJae, dándole un ligero abrazo. — lo siento... debí confiar más en ti.

— merecías tu espacio, no te juzgo. — le contestó el menor, corriendo su cabello castaño detrás de su oreja.

Hubo un momento de calma un instante. JinYoung se quedó abrazado a YoungJae por el momento. Algunos guardias entraron y empezaron a revisar el panorama. Mejor fue que todos salieran.

— debemos hablar. Todos. — ordenó el Rey. — YoungJae, llévalos a la sala mientras me cambio. Como dijo este... pirata, hay que hablar de negocios.

— está bien...

Los 8 fueron a una sala de reuniones, donde se juntaban un puñado de personas para hablar nuevas políticas y leyes. Park no miraba a nadie, solo estaba con la cabeza baja, mirando el suelo. Iba a tener un bebé, encima ahora todos lo sabían. Sentía vergüenza.

Sutilmente, YoungJae tomó su mano, dándole apoyo moral.

Ya en la sala, algunos tomaron asiento en la enorme mesa redonda, otros empezaron a charlar, pero JinYoung solo estaba apartado. Dar a conocer una noticia tan impactante como lo era estar embarazado era terrible.

— no te sientas mal por lo que pasó. — le dijo YoungJae. — no era algo que hubieras visto venir.

— siempre dicen que un embarazo es de lo más lindo y que un niño siempre es bienvenido, pero... estoy solo. — murmuró JinYoung. — yo no puedo vivir en el mar, esa no es mi vida, y JaeBum no puede quedarse porque él no pertenece aquí, sé que él no es de la tierra así como yo no soy del mar. ¿Y sabes lo peor? Si Jung ganaba, yo podría irme con JaeBum sin culpa, salvé todo lo que más amo en mi vida, pero siento que estoy perdiendo otras cosas.

— entiendo... — murmuró Choi. — creo que debí ser más consecuente. Si no hubiera escapado, no te hubieras metido en líos innecesarios. Y... ni siquiera pienso volver con Jackson.

— pero... te gusta él, ¿no?

— te hizo daño, y aunque le haya suplicado mil veces de rodillas, te disparó por la espalda, y aunque sigo sin entender porqué sigues vivo, te atacó nuevamente. —  contestó. — él solo fue una aventura, pero tú has estado toda mi vida. No voy a darte la espalda. Mucho menos ahora que voy a ser tío.

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Bah, JinYoung tuvo su momento de desahogo