Para el amanecer habían llegado a la isla.
JinYoung aún no despertaba y JaeBum no se despegó de su lado, pero debía hacerlo, ya que debían entrar a la isla, donde Jackson estaría allí, posiblemente. La luz era oscura, un camino lleno de tinieblas, así que la bandera pirata fue alzada y el camino se despejó. Entraron entre la atenta mirada de todos los que estaban encargados de la privacidad de ese lugar.
Cuando llegaron, vieron el barco de Jackson encallado, así que, una vez en el puerto, sacó a JinYoung envuelto en unas mantas, dejando atónito a todos.
Allí todos respetaban a Im.
Él era un pirata, el más miserable, pues mataba a diestra y siniestra cuando alguien atentaba contra él, de manera tan cruel que se volvió una leyenda de terror entre los nobles y un pirata respetable en su comunidad.
Sin embargo, todos quedaron impresionados al verlo entrar con un muchacho entre sus brazos, con una mirada cargada de odio, por lo que todos se apartaron de su camino hasta que llegó con Jackson.
— ¿cómo es que llegaste tan rápido? — preguntó el brujo, sentado y bebiendo.
— quiero que lo cures. — le exigió. — cúralo y quítale la maldición.
— ¿por qué hacerlo? — esa sonrisa cínica... — si se ve tan calmado.
— si quieres conservar la nariz, deshaz lo que has hecho. — dijo con voz dura.
Jackson hizo como si no existiera, pues sabía que JaeBum no podría hacer mucho si tenía a ese muchacho inconsciente en brazos, así que prácticamente se estaba burlando de él. Pero le salió el tiro por la culata. YoungJae le dio un balazo en el brazo.
— despiértalo. — le ordenó el príncipe entre lágrimas. — no me importa quién o qué eres, pero despiértalo antes que te vuele las pelotas.
Mejor le hizo caso. Con su magia, se quitó la bala, curando la herida de una. Sí, podría negarse a despertar al muchacho y recibir un tiro en las bolas, pero sabía el dolor no se lo quitaría por días. De hecho, el balazo en el brazo no dejaría de doler por días. No quería que sus bolas tuvieran el mismo destino.
Realmente quería saber cuál era el encanto del muchacho, es más, quería saber cuál era ese gran apego. Bajo la atenta mirada de la orden pirata, con su orgullo pisoteado, tuvo que hacerle caso a ese príncipe y despertar a ese principito.
Y aunque sus hombres podrían defenderlo, sabía que tener a Im enojado no era una buena idea. Sí, Jackson era un gran pirata, a tal punto que era temido entre la comunidad, sin embargo JaeBum era bastante respetado y por él, cualquiera se alzaría en su contra.
Fueron a su barco, pues tendría que usar algo más que su propia magia para curar las horribles heridas que tenía, cosa que lo dejaba realmente impresionado, pues todos esos golpes a un cuerpo tan delgado como el suyo no sobreviviría. Admiraba la forma en la que JinYoung se aferraba a su vida.
— si le haces algo más, te dejaré sin descendencia. — le amenazó Im.
— ¿Qué tienen en contra de mis pelotas? — frunció el ceño, mirando las heridas y moretones que tenía el cuerpo del menor.
— Dios santo. — maldijo YoungJae, mirando el cuerpo maltratado de su hermano menor. — ¿estará bien?
— debo admitir que duró bastante, supo dar batalla. — dijo Jackson. — pero bueno, ya no podré entretenerme.
Tomó un frasco y le vertió los labios del chico, haciendo que se lo tragara. Eso hizo que las heridas y hematomas en su cuerpo desaparecieran y empezase a despertar lentamente. Cuando sus ojos se abrieron, se notó ese de inmediato ese color azul en su ojo izquierdo y parte de su ojo derecho, opacando el color avellana.
— la bella durmiente ha despertado. — dijo Jackson.
— ya no te tengo miedo. — murmuró JinYoung, reincorporándose. — eres un maldito.
— tranquilo, principito. — le contestó. — tengo que levantar esa maldición antes que me vuelen las pelotas, pero tú y yo tenemos una charla pendiente.
— aunque levantes esta maldición, sigo de acuerdo con eso de que te vuelen las pelotas.
— yo que tú no diría estupideces. — le dijo con voz fría. — quédate quieto, esto será innecesariamente doloroso.
Tomó el pecho del menor. Con un gusto culposo, le gustaba hacer sufrir a sus víctimas, tanto maldiciéndolas como quitándole la maldición. Y esto sería realmente satisfactorio, pese a que su pareja y la única persona que lo ha apoyado en la vida en tiempos de crisis amasen a esa persona. También, si era sincero consigo mismo, había sido derrotado por ese castaño.
El dolor se grabó en su alma, sintiéndose tan jodidamente mal. JaeBum tomó su mano, aunque sabía que no serviría de mucho. Jackson lo estaba haciendo a propósito, sin embargo no podía hacer mucho, pues todo dependía de él. Cuando todo terminó, apenas podía abrir sus ojos.
— estará así un par de horas, déjenlo descansar, luego se despiden y se van de mi casa. — dijo el brujo sin más, saliendo de su propio cuarto para dejar a esos dos con un chico moribundo. Las pendejadas que se hacían por amor.
— todo fue mi culpa... — murmuró YoungJae, tomando la mano de su hermano. — si no hubiera huido, él no estaría así.
JaeBum no escuchó mal, el legítimo heredero a la corona acababa de decir que huyó con Jackson, cuando JinYoung sostuvo la versión que Jackson lo había secuestrado y para que no lo siguiera lo golpeó fuertemente y lo maldijo. JinYoung hizo todo por su "hermano mayor", soportó tormentas, golpes, maltratos, casi fue asesinado por unos nativos en una isla y recibió una fuerte paliza para que luego se vaya a enterar que esto era lo que YoungJae quería, que pese a su gran esfuerzo por mantenerse de pie para encontrarlo, éste solo quería irse con un pirata brujo a tener aventuras en el País de Nunca Jamás.
Literalmente, JinYoung soportó toda la mierda del mundo por nada.
Y JaeBum se enamoró de la mejor persona del mundo porque sabía que JinYoung hizo de todo por una persona que no vale la pena, y solo por él sentía unas ganas enormes de golpear a ese mocoso de pelo negro.
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YoungJae funao 🤧
Él solo quería amor
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Regalo Del Océano {JJP]
FanfictionJinYoung se ve orillado a embarcarse en cierta aventura con un de los piratas más embusteros, ruines e inmorales. Im JaeBum acepta al joven de cabello castaño bajo cierta condición. - la gente como tú no soporta estar en alta mar. - le dijo el cap...