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Fue una noche difícil.

JaeBum no se había separado por nada del lado de JinYoung, pese a estar enojado con él, no lo volvería a dejar solo. Ya cuando volvió a pensar en frío, se dio cuenta lo estúpido que actúo con él, ya que él solo era una víctima más de Jackson, encima el muy maldito ahora sabía que  tenía sentimientos por el menor, cosa que lo dejaba bastante comprometido. 

Lo abrazó fuertemente, calmando sus miedos y protegiéndolo, y ya para cuando se quedó dormido, se quedó junto a él, acurrucándolo en sus brazos para mantenerlo seguro. JinYoung realmente estaba mal. 

Durante el último tiempo se ha encontrado desafiando a la muerte constantemente, y escapando ágilmente. El que peleara con indígenas lo demostró perfectamente, sin embargo no quería ver cómo su cuerpo iba quedando con heridas que pronto dejarían cicatrices. Si una bestia marina no lo hería, entonces la hipotermia sí lo lograría. 

Con un enorme  dolor en el alma, en el orgullo y en una puñalada en el corazón, debía admitir que debía dejar ir a JinYoung, no sin antes hacer un viaje hasta Jackson y suplicarle que levantara la maldición. 

5 días juntos le decían que no era amor, lo que siente se llama obsesión, una ilusión en su pensamiento que lo hacía hacer cosas, así funciona el corazón. No se podía enamorar así como así de alguien, menos de un niño rico. 

Y aun si se levantaba el hechizo y podría tenerlo para siempre en su tripulación, no quería verlo sufrir más, no quería que él estuviese siempre peligrando, con heridas, con moretones, enfermo, triste o con esos lindos ojos extrañar su antigua vida.

Inhaló el perfume de su cabello, grabándolo en su memoria, apreciándolo. 

Quería llorar, al ver a JinYoung siempre le provocaba algo, sin saber por qué, y aunque  el chico demostrase muchas cosas, no lo conocía. Quien sabe y era un asesino serial en su palacio, bueno, quizás no tan así, pero sí que fuese un niño malcriado, egoísta... aunque ya ha demostrado que no es, sino que todo lo contrario, era un señorito, educado, con clase, sin embargo humilde y valiente.

Sería difícil olvidarse de alguien como él.

Cuando JinYoung despertó, solo guardó silencio y se quedó en su pecho, abrazándolo. Entre ambos había algo roto. JaeBum tenía roto el corazón, y JinYoung tenía el alma partida.

— no es vida para ninguno de los dos. — dijo Im, rompiendo el silencio entre ambos. — te llevaré con Jackson para que te quite esa maldición y luego te llevaré al palacio. Te vas a casar con un buen hombre, vas a tener una familia bonita, muchos hijos y un perro en una linda casa, y yo me alejaré de ese reino para siempre.

— maté a personas... — susurró JinYoung. — yo maté a personas que tenían familias...

En efecto, ambos estaban destrozados.

JaeBum había roto lo único bueno que había tenido en su vida, y ya no le quedaba más que intentar reparar su error y dejarlo ir, con personas que quizás pudieran darle la contención que necesitase para volviera a recuperar su brillo. 

— hey, mírame. — le dijo Im, tomando su mentón para que se mirasen a los ojos. — tú estás a tiempo de huir de este mundo de mierda, tienes a gente esperándote, gente que podrá ayudarte. Estás a tiempo y yo te ayudaré, ¿sí? Fue mi culpa por no haberme dado cuenta de esto antes, pero juro que haré hasta lo imposible para que vuelvas a tu vida normal.

— pero... ¿y el precio? — JinYoung se dio vuelta, aún sobre el pecho de Im. — es decir...

— está condenada. — le contestó. — quiero que seas sigas adelante, que vuelvas a tu vida. Tú aún tienes oportunidad de tener algo mejor que yo.

— ¿y qué hay de ti?

— supongo que todos nacemos condenados a pagar un precio por todas la decisiones que hemos tomado. Yo jamás podré optar a algo mejor que buscar una ruta de escape, nunca he pagado el precio de mis acciones hasta ahora.

JinYoung solo volvió a recostarse en el pecho del mayor, jugando con sus dedos sobre él mientras las lágrimas caían sin más. No había palabras de consuelo, no había esperanza, no había algo que pudiera darles un final feliz. 

Romeo no esperó 5 minutos antes de que despertara Julieta y por eso todo terminó mal.

Y aquí esperaron demasiado, con tiempo olvidándolos y sin pedirles perdón.

Así que, Im solo empezó a acariciar la espalda de JinYoung. 

— no es justo. — sollozó. — la culpa es de él, ¿por qué nosotros debemos pagar por sus acciones?, ¿por qué no puedes venir conmigo?, ¿por qué él tenía que aparecer y romper todo?, ¿acaso él no ha hecho cosas malas?

— la gente mala siempre consume a la buena, el mundo no se mueve por buenas acciones. — le contestó Im. — cuando ven al rayo de sol más puro y hermoso prefieren destruirlo porque ellos no son capaces de brillar como él. Y yo casi te hago eso, aunque no sé si me detuve a tiempo.

JinYoung asintió, simplemente se quedó allí, apreciando cómo todo se desmoronaba y se venía abajo. Una maldición encima, perder a su hermano, perder lo único que demostró que podía hacer algo más, darse cuenta que perdió a una persona buena, después de todo. Se sentía arruinado.

— ¿vas a extrañarme? — preguntó en un murmuro. — es decir...

— alguien como tú no se olvida. — le contestó el pirata. — pero estarás mejor en tu casa, esta no es vida para ti. 

— en el palacio solo he leído sobre otros mundo y era emocionante, pero verlo en persona, vivirlo... eso ya es diferente. Creo eso es especial. — comentó. 

JaeBum se acercó a los labios del menor, dándole un suave beso, uno que el menor no negó, esta vez, solo le correspondió, acercándose más a ese beso, sin romperlo o rechazarlo. Quería esto, por primera vez quería esto.

Cambió de posición, dejando al más pequeño recostado contra las almohadas, empezando a repartir besos por los moretones de su cuello, deteniéndose donde la ropa empezaba. 

— este es el límite. — soltó JinYoung. — tengo un prometido y... debería detenerme aquí.

— está bien...



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Terminé mi tarea de mates, ahora quiero ir al baño y lo ocuparon ;-;
La mala suerte es eterna.

Regalo Del Océano {JJP]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora