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JaeBum abrazó a JinYoung toda la noche, calentando el cuerpo del chico todo lo posible, pues pese a estar seco y cubierto, seguía temblando mucho. Tomaba sus manos y las cruzaba en su pecho, y prácticamente estaba sobre él, entregando todo el calor posible, cubriéndolo muy bien o protegiéndolo del frío, sea como sea, durmieron bien pegados esa noche.

Al día siguiente, cuando JinYoung despertó, encontró al capitán a su lado, cubriéndolo con una manta y bien despierto, leyendo uno de  sus libros, luego le dio una mirada y una sonrisa tierna. 

— al fin despiertas. — le dijo el pirata. —  dormiste como 18 horas seguidas y te morías de frío. Te cuidé toda la noche y el doctor vino a verte hace un momento. Dijo que YuGyeom y tú podrían pegarse un resfriado, lo más probable es que tú te enfermes primero porque es primera vez que estás en un ambiente tan hostil.

JinYoung no comentó nada con respecto a eso, solo tomó un poco del té que JaeBum le acababa de pasar. Era un té hierbal, una de esas infusiones que le daban de pequeño para que no se pegara un resfriado.

— te dije que sabía nadar. — comentó Park con una sonrisa discreta. 

— sí, debo admitirlo. — confesó Im, posando su mano sobre la cintura del menor. — pensé que nunca ibas a salir del agua y YuGyeom sería el que te traería a la superficie, pero cuando te vi a ti salir pensé que yo estaba drogado.

— papá me llevaba a nadar a un pequeño manantial algo apartado del palacio, él prometió que cuando aprendiera a nadar bien, me llevaría con él a uno de sus descubrimientos arqueológicos y cosas así. — dijo JinYoung con una sonrisa tímida. — luego aprendí un poco de esgrima, un poco de combate, pero sé muy bien sobre tiro al arco, soy experto en eso, solo que... lo dejé mucho tiempo y ya no me acuerdo como poner una flecha. Me sumergí tanto en los escritos, en los poemas, leyendas, mitos, me encantaba tanto leerlos que no me acordaba de la realidad, y con lo de anoche, y lo de la otra noche, y la anterior... bueno, empiezo a dudar un poco de mí mismo y lo que he aprendido. Supongo que no soy lo suficientemente valiente para tener una vida en el mar.

— ¿bromeas? — JaeBum soltó una risa. — le cortaste un tentáculo a un kraken, saltaste al agua helada con ese monstruo para salvar a un hombre que te odia, sobreviviste a agua tan helada que casi mueres de hipotermia. Yo no iba a hacerlo ni por YuGyeom, ni por ti. No sé cuál es el concepto de valentía que tú manejas, pero nadie, ningún ser en la tierra, se atrevería a hacer lo que tú haz hecho, no de manera gratuita, ni siquiera por un ser querido.

Las mejillas de JinYoung se sonrojaron, quedando en un lindo tono rosado sobre su piel nívea. JaeBum observaba a este chico, con  una figura tan principesca, con una imagen tan delicada y fina, era todo un príncipe, todo un señorito. Había conocido a gente con clase, a gente de alcurnia, y pese a tener lo mejor de lo mejor, eran tan vacíos, tan huecos, tan hipócritas, pero después de todo, no le importaba, solo tomaba el dinero y tenían sexo con cualquiera que le levantaba el culo. En cambio, JinYoung era el único que realmente dejaba de lado toda la hipocresía y cumplía con su palabra y era real, que irónicamente, parecía falso. 

Y nuevamente debía de felicitar al prometido del chico, se había quedado con un chico de oro que se merecía todo en el mundo, y sabía que ese hombre se lo daría, vamos, ya le dio un anillo más caro que su propia existencia, diseñado solo para JinYoung. Claro, JaeBum tenía las riquezas de los mil mundos, pero sabía no podría darle nada especial a este chico, no un anillo a su medida, ni para él, ni para pedirle algo tan importante como compartir vidas por el resto de sus vidas hasta el día de su muerte.

JinYoung se levantó, con las mantas encimas, cruzadas en su pecho, buscando su mochila para vestirse. JaeBum saltó de la cama y antes que el pelinegro alcanzara su mochila, tomó de su propia ropa y se la dio, ya que el bolso seguía manchado y aún no lo  había lavado. 

— ponte esto. — le pasó un pantalón negro de cuero, una camisa blanca suelta y un abrigo largo que le llegaba hasta las pantorrillas, de un lindo color azul marino, que combinaba con su ojo azul. — JinYoung, ¿qué te sucede? — el mencionado lo miró confundido.

— ¿qué?, ¿por qué me lo dices? 

— tu ojo. — el chico frunció el ceño,

El pirata tomo un espejo y se lo pasó al muchacho, mostrándole como uno de sus ojos se estaba tornando azul, aún quedaba un poco de su color avellana, pero apenas era un poco más de la mitad.

JinYoung ya iba deduciendo el motivo de esto. Anoche, las otras noches solo traían problemas porque él no duraría 10 días en el mar. Era lo que temía, pero no sabía si era cierto o paranoia. Ahora solo debía excusarse

— quizás sea por algo que comí, no lo sé, no me especializo en medicina. — dijo sosamente. 

El pirata lo miró con cara de duda, parecía no querer creerle, no ahora. Se acercó muy encima del muchacho, hasta dejarlo acorralado contra una mesa, tomando su rostro para observar sus ojos. JinYoung tembló un poco, sintiéndose intimidado por el mayor.

— te creo. — le dijo el pirata. — ah, y JinYoung, debido a lo que sucede en las noches, iba a decirte que arreglaras tu horario, pero eres buen nadador y... bueno, creo que sería bueno que estuvieras al pendiente por las noche. 

— está bien. — el pelinegro le dio una sonrisa. — no creí que pudiera convencerte de que era buen nadador.

— espero que no dejes de sorprenderme. — le dijo Im, tomando la mejilla del menor, acercándose a su oreja. — evita morir en el intento.

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Pobrecitos :3

Regalo Del Océano {JJP]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora