JaeBum no tenía problemas con tener sexo con el menor, es más, si JinYoung se lo pedía, si JinYoung deseaba esto, era mucho mejor, aunque era virgen. Tomó una pequeña botella de lubricante y la dejó a un lado, mientras empezaba un camino de besos por el torso del más pequeño, saboreando su tersa piel. Desde que conoció a este chico, siempre quiso esto.
— ¿dolerá? — preguntó el chico algo sonrojado.
— puedo parar cuando lo pidas. — le dijo el mayor, dándole un tibio beso en el abdomen plano del castaño. — siempre dolerá la primera vez. Seré cuidadoso.
— ¿no hay otra forma?
— tengo un afrodisiaco, pero es tu primera vez, sería muy fuerte. — le dijo.
— no importa... — murmuró. — creo que debería dejar de temerle a algo estúpido.
JaeBum se levantó y le pasó un pequeño frasco, con un dulce olor, entonces Park lo bebió completo, sin miedo. Su cuerpo se sonrojó, y con una sola caricia, el menor gemía.
En el aire había una mezcla entre cianuro y miel, algo tan suave y a la vez fuerte. JaeBum se quedó sentado en la cama mientras tenía a JinYoung sobre su regazo, moviendo sus caderas mientras era penetrado y gemían de placer.
JinYoung rasguñaba la espalda del mayor, pese a tener uñas cortas, quedaba un delgado surco rojizo trazado en su piel. JaeBum hundía sus uñas en el culo del menor, disfrutando su piel, su carne, todo lo que ahora era de él. Lo más erótico que había tenido en su vida.
Cambiaron de posición. Im puso al más pequeño de rodillas y se puso detrás de él, embistiendo su cuerpo con brutalidad y aún así, arrancarle gemidos de placer. JinYoung apoyó sus brazos en la cabecera de la cama, y su rostro en sus brazos. El pirata hundió su rostro en la espalda del más joven, sintiendo el delicioso aroma que éste siempre cargaba, por más que caía al mar, siempre tenía ese olor característico de su persona, un aroma que enamoraba bastante al mayor.
Ambos llegaron al orgasmo, JinYoung se corrió sobre las sábanas mientras que Im dentro de él. Le dio varios besos en su cuello, dejando marcas en su espalda, unas bastante valerosas. Los dos cayeron acostado, con el principito en el pecho del pirata.
Park no era un príncipe, nunca lo sería ni por asomo, sin embargo lo era para ese pirata. Sus gestos, su manera de hablar, su forma de hablar de los demás, siempre se mantenía al margen de varias cosas o cuando enfrentaba con valentía a gente más grande que él y daba batalla.
JaeBum apreciaba a ese chico por eso y mucho más, aunque no sabía muchas cosas de él, sabía que, por su perfil, no sería alguien tan hijo de puta, o al menos eso quería creer.
Cuando JinYoung se durmió en sus brazos, Im pensó bastante en él.
Siempre deseó una vida mejor de la que tenía. Cuando reclutaba a su gente, siempre lo hacía para darles una última oportunidad, darles la última oportunidad de obtener algo mejor, aunque JaeBum quería más que una vida en el mar. Quería hijos, quería una persona a la cual amar y abrazar por las noches, en una casa cerca de la playa, con un jardín donde enseñarle a su hija sobre las flores o enseñarle a su hijo a cuidar la tierra. Ahora tenía a alguien a quien amar y que lo amara también, sin embargo esa persona no se veía feliz por ello, más bien parecía que solo estaba resignándose a ello.
Bien, entonces JinYoung se saldría con la suya una vez más.
Quien sabe, si lograba algo bueno, entonces quizás el rey lo vaya a perdonar y darle la oportunidad de estar con ese muchacho en un buen lugar para tener hijos. JinYoung valía la pena el intento.
Dejó al muchacho durmiendo y se levantó para ir a decirle a su tripulación que habría un pequeño cambio de planes. Quizás, solo muy quizás, Mark podría quedarse en tierra y estudiar todas sus babosadas filosóficas cuando se excedía con el "orégano".
Con el viento a su favor, estarían en el reino en cuestión de días, pero si quería ser eficaz, entonces tendría que hacer una pequeña trampa. Miro el cristal que JinYoung le había entregado. No era cualquier cristal, era un cristal que decoraba el tridente de Poseidón, por lo que, en su entendimiento, servía para controlar a voluntad el océano. Así que el muy bastardo de Jackson por eso se escapaba rápidamente en su barco: usaba esa porquería. Pero ya no más.
Aprovechando su comodín, y con un poco de conocimiento sobre la magia, empezó a controlar a voluntad el océano, haciendo olas que empujasen el barco hacia donde él quisiera. Como se supone que ahora nadie tenía nada mejor que hacer, estaban descansando en cualquier lugar cálido, que no era afuera. Mañana, incluido el principito, se sorprenderían al ver una linda playa.
🌊🌊🌊
Cuando JinYoung despertó, no encontró a Im a su lado, cosa que lo preocupó un poco. Se sentó en la cama, sintiendo un terrible dolor en su espalda baja y trasero, tanto que fue algo difícil mantenerse sentado, por lo que se recostó un poco. Se sobó allí abajo, sintiéndose algo adolorido. Bueno, debía moverse un poco, después de todo, tenía mucho camino por nadar y seguir adelante con su plan.
Se levantó y buscó algo de ropa. Encontró su bolso, algo que había perdido solo unos dos días apena llegó a ese barco. Miró una mancha blanca, entonces cuando se dio cuenta de lo que era, entendió que no la había perdido, sino que JaeBum se la escondió. El muy cochino degenerado.
Bueno, ya qué. Buscó algo entre la ropa de Im, encontrando algo de su talla. Una camisa blanca y se la puso, luego un abrigo azul con rosa, prácticamente nuevo, quizás sea por una franja rosa, aunque era bastante lindo. Encontró unos pantalones negros y se los puso. Se miró al espejo, mirando su cuerpo. Bueno, no se veía tan mal, así que tomó un par de botas y salió, encontrando la luz del día bastante brillante para su gusto, quizás sea porque estuvo bastante tiempo bajo el agua o porque desde que murió no había visto una luz tan brillante.
Todos se quedaron impactados al ver al muchacho allí, parado como si nada y buscando a JaeBum. Sabían que él estaba muerto, algunos lo vieron y JaeBum les había confirmado la noticia. Ahora él estaba parado allí, con su lindo cabello castaño haciéndose ondas y unos inocentes ojos avellanas, con su cuerpo cubierto con ropa más grande que él.
Se inclinaron ante él, dejándolo confundido.
— hay una pequeña leyenda que dice que el océano le regala su vitalidad a quien se atreva a cruzarlo sin miedo. — le dijo Im. — es el regalo del océano. Volviste de la misma muerte y sigues aquí, de pie. JaeBum lo volteó unos pasitos, haciéndolo ver que estaban en la misma playa en la que JinYoung los había encontrado hace 10 días.
10 días.
— pero... una bruja me revivió... no fue el océano. — confesó el castaño, sacándole una risita a JaeBum, que iba a poner la tabla para bajar. — ¿qué?, ¿qué es tan gracioso?
— no hay brujas piratas, Jinnie. — le dijo el mayor mientras baja a del barco. — Jackson y yo somos los únicos brujos en estas aguas. No hay mujeres brujas, y el único que puede revivir a alguien o a sí mismo es Jackson. Felicidades, eres superior a Jackson.
Eso... eso no se la esperaba.
JaeBum le tendió la mano al menor, invitándolo a bajar. Empezaron a bajar lentamente, hasta llegar a tierra.
— llegaste a casa.
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¿Qué tal?
Más tarde publicaré otra parte para recomponer la actualización que no hice ayer uwu
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Regalo Del Océano {JJP]
FanfictionJinYoung se ve orillado a embarcarse en cierta aventura con un de los piratas más embusteros, ruines e inmorales. Im JaeBum acepta al joven de cabello castaño bajo cierta condición. - la gente como tú no soporta estar en alta mar. - le dijo el cap...