Capítulo 1

11.1K 565 98
                                    

¡Pues aquí está el primer capítulo de "Lo que nos une"! Espero que disfrutéis este capítulo introductorio, redactado con la intención de que os hagáis una idea de qué personajes se encuentran incluidos en esta historia, aunque añado unos cuantos más del mundo de One Piece a lo largo de su desarrollo.

La protagonista estrella: _____, rayis para las amigas, no se presentará en este capítulo sintiéndolo mucho.

¡Espero que os guste!

Y sin nada más que añadir, aquí tenéis el primer capítulo:

----------------------------------------------------------------------------------------------


— ¡Sanji, quiero carne! ¡Te lo ordeno como capitán de este barco!

— Luffy, te juro que te voy a matar. —sentenció el cocinero de cejas rizadas y comenzó a darle sus características patadas mientras su capitán gritaba y se quejaba.

— ¡Pero Sanji, tengo hambre! —gritó de nuevo el chico pelinegro con el sombrero de paja mientras intentaba defenderse de los golpes de su compañero.

— Chicos, —suspiró el renito cansado de la quinta pelea del día en ese mismo barco— parad, por favor. No hagáis que Nami se enfade. —su voz tomó un tono de súplica en ese último comentario.

— ¡Si no te hubieras comido todas nuestras reservas esta madrugada, ahora podría cocinarte algo!

— ¿Qué?—preguntó una voz femenina de forma inocente, bajando las escaleras que daban a la cubierta del barco muy lentamente.

Chopper, el renito, tragó saliva, sin embargo, su compañero y su capitán continuaron discutiendo.

— ¡Sí, Nami-swan! ¡Se terminó todas nuestras reservas anoche!

La pelinaranja, tras bajar las escaleras, comenzó a ponerse pálida.

— ¡Pero si aún tenemos comida de emergencia! ¡Además, tenía hambre!—gritó de nuevo el capitán levantándose del suelo donde antes le propinaba su compañero una buena paliza.

— Luffy... ¿Nos has dejado sin comida?—volvió a repetir en voz baja la pelinaranja, esta vez con el rostro casi morado situándose frente a su capitán.

El médico de la tripulación comenzó a asustarse. Sabía lo que se avecinaba cuando Luffy enfadaba a su navegante, ya que ocurría el 75% del tiempo de sus aventuras (el otro 25% estaban perdidos y separados a causa de su imprudencia).

— ¡Zoro! ¡Robin! ¡Ayuda!

— ¡¿Y de qué comida de emergencia hablas?!—cuestionó Sanji a gritos y al instante Luffy miró a su médico sonriente y con la baba comenzando a resbalar por sus labios. Chopper palideció aún más.

— ¡Zoro!—lloriqueó el renito— ¡Robin!

— ¿Qué pasa?—preguntó ahora un joven peliverde con una botella de sake en sus manos.

— ¡Luffy me quiere comer!

— Luffy... —volvió a susurrar la navegante.

— ¿Otra vez terminaste las reservas y quieres comerte a Chopper? —preguntó Zoro cansado cogiendo en brazos al renito asustado.

— ¡Para algo lo tenemos!

— ¡¡¡¡¡¡LUFFY!!!!!!!!—explotó la navegante de repente y le cogió del cuello lo más fuerte qué pudo.

— ¡Nami!—gritó de manera casi ininteligible—¡Eso duele y mucho!

La navegante siguió propinándole golpes en la cabeza mientras gritaba:

— ¡Te has gastado todas nuestras reservas y las compramos justo ayer! ¡Eres desastroso! ¡No tenemos dinero para comida ahora mismo! ¡Estúpido capitán, te voy a matar! ¡Acabamos de salir de Dressrosa, descerebrado! ¡No tendríamos que parar en ninguna otra isla que no fuera Zou!

— ¡Nami!—intervino Usopp agarrándola por sus brazos—¡Tranquilízate!

— Gashias Ushof—contestó Luffy tirado en el suelo lleno de moratones y con la cara muy hinchada.

— ¡No te hagas el débil que eres de goma, eh!—amenazó la navegante de nuevo, apretando Usopp aún más el agarre.

— Mugiwara-ya, no te cansas de causar problemas...

— Torao, yo solo tenía hambre...

— Como la mayor parte del tiempo.— respondió el cirujano desganado.

Nami suspiró cansada y subió las escaleras del barco para que todos la escucharan.

— ¡Chicos!—exclamó—¡Dadme todo el dinero que tengáis y reuníos conmigo en la cocina! ¡Debemos parar en la isla más próxima para comprar reservas ya que nuestro estúpido capitán se ha zampado casi la madera del barco!

— ¡Idiota! ¡La madera tiene un sabor amargo, no me gusta!

Una sola mirada de Nami bastó para que el monito que tenían por capitán guardase silencio.

Cinco minutos más tarde, los Mugiwara, Law, Kinemon, Momo y Kanjuro pusieron sobre la mesa todo el dinero que poseían, siendo escaso para el gran disgusto de la navegante.

— ¡Oh, Nami!—exclamó contento Luffy—¡Con esto podremos jugar mucho en la siguiente isla!

Nami le ofreció una mirada asesina, pero antes de poder pegarle un puñetazo, Sanji y Usopp le pegaron en la cabeza.

— ¡Por tonterías como esta nos vas a obligar a hacer una parada innecesaria!—exclamaron ambos enfadados.

— Con esto no nos da ni para alimentar a un cuarto de nuestro capitán.—comentó Robin divertida centrándose en lo relevante del asunto.

Llevaba razón, apenas había dinero para que pudiesen comer tres personas, y Monkey D. Luffy comía por unas diez.

— Estamos sentenciados a morir poco a poco de hambre.

— ¡Robin! ¡No digas cosas tan macabras!—exclamó Usopp asustado.

Law puso un mapa sobre la mesa y señaló una isla.

— Tu Log Pose indicará que nos dirijamos a esta isla si giras un poco más al sur. Estuve con mis nakamas no hace mucho y la comida era bastante barata. Quizá podemos permitírnoslo.

— Si no, tendremos que robarla a quien le sobre.—insinuó Franky divertido.

— Ni hablar. —contestó Law serio— Esa isla es Dance Island, conocida por estar sometida bajo el poder de un Yonkou, Kaido.

— Kaido... ¿Al que pretendemos derrocar?—preguntó ahora Brook.

— Me está dando la enfermedad de no puedo ir a esa isla, chicos, no podré acompañaros.

— Usopp, deja de ser tan cobarde—intervino ahora Zoro.

— ¡Como me ocurra algo diré que estaba bajo tus órdenes!—amenazó al peliverde, quien rio y puso el único ojo que le quedaba en blanco.

— Tranquilos, Kaido no está allí, pero si es cierto que está vigilada y cualquier movimiento que se haga en la isla será supervisado por el Yonkou y sus subordinados más importantes. No debemos llamar la atención.

Dicho eso último todos se giraron a observar al joven con sombrero de paja, que sonrió inocentemente.

— No os preocupéis, si pasa algo, yo le pateo el trasero a cualquiera.

— ¡NO ES ESO LO QUE ESPERAMOS!—gritaron todos al unísono.

Lo que nos une (Zoro x Reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora