Lo que nos une (Zoro x Reader)

Capítulo 8

Al día siguiente el espadachín se dedicó torpemente a buscar a la chica para poder aclarar lo ocurrido la noche anterior. Tras horas y horas de darle vueltas, llegó a la conclusión de que quizás había sido demasiado duro con ella. Al fin y al cabo, los Mugiwara eran lo único que le quedaba a la joven. Estuvo intentando encontrar el momento perfecto, pero cada vez que se cruzaba con la peli____  la acompañaba alguno de sus nakamas.

Cuando el pensamiento de abandonar ese intento por mejorar la relación con la chica comenzó a rondarle la cabeza, se encontró a la bailarina con Momo, Kanjuro y Kin'emon en la cubierta del barco. Ella se encontraba escribiendo rápidamente en un cuaderno con la tapa de mil colores algo que Kin'emon le estaba contando.

— Así que en Wano la danza tendía a ser usada como ritual hasta hace relativamente poco...

Zoro no pudo evitar sonreír al escuchar esas palabras, la enana estaba haciendo justamente lo que Teressa les avisó que haría: interrogar a todos para conocer más acerca de la danza tradicional de la isla de cada tripulante. Notó que Kanjuro se giró cuando notó su presencia, haciéndole buscar una mentira lo más rápido posible.

— El cocinero pervertido está terminando de preparar la comida.

— ¡Oh! ¡Vamos que me muero de hambre! — exclamó Kin'emon tirando del brazo de su compañero para arrastrarle junto a él.

Momonosuke les siguió alegando que los platos de Sanji eran los mejores que había comido nunca. La joven se dispuso a seguir a los dos samuráis, pero el espadachín cortó su paso, haciendo que ésta frenase antes de chocar con él.

— Enana, yo...

— No gastes saliva. — le cortó ella— No me malinterpretes, no te lo digo enfadada— prosiguió en tono amable—, simplemente no quiero que te excuses, llevabas razón. Soy débil y muy miedica, sólo voy a traer problemas al barco, así que intentaré salir lo menos posible para no estorbar cuando haya alguna aventura. He pensado en decirle a Nami que me quedo en la siguiente isla.

— Pero si nos vamos y te dejamos sola también hay posibilidad de crearnos problemas, porque te matarían, idiota. — respondió ahora molesto cruzándose de brazos. Había repetido todo lo que él le había dicho, pero lo que le molestaba no era eso, era que ella misma se lo creyese. ¿No pensaba esforzarse por cambiar? ¿No iba a buscar ningún tipo de función en el barco?— Y no vas a quedarte en ninguna isla, también te matarían.

— No se crearía un problema, — contestó quitándole la mirada— se resolvería uno.

Y ahí Zoro se dio cuenta. No valoraba su vida, porque ya no tenía en realidad. Su vida era esa familia artística y ahora se veía en un barco pirata donde uno de los tripulantes la había despreciado.

La cogió del brazo antes de que se dispusiese a caminar de nuevo.

— Busca tú misma tu función. Aquí no todos son fuertes físicamente, pero aportan algo. Tú también puedes hacerlo. Y somos una familia, aunque a veces no lo parezca. Haz que me equivoque con lo que dije.

Por cómo la miraba, pudo notar que estaba siendo sincero. De verdad veía a sus compañeros como a una familia, y eso a _____ le dio mucha ternura.

— Lo intentaré. — respondió dedicándole una gran sonrisa— Yo también quiero ayudar a que Luffy sea el rey de los piratas.

— Entonces ya eres una más. — respondió, acto seguido la dejó sola observando el mar.

Aquella conversación con el espadachín le hizo sentirse un poco más cómoda e incluso le recargó de energías para seguir entrenando y mejorando. Los chicos estaban emocionados ante el avance de la joven, _____ tenía mucha fuerza muscular porque durante toda su vida había hecho mucho ejercicio y entrenamientos para el espectáculo, así que respecto a forma física se encontraba estupendamente y le ayudaba mucho a la hora de realizar lo que sus diferentes maestros le iban pidiendo. Estaba contenta porque aprendía mucho y sentía que avanzaba, cada día entrenaba con alguien diferente a petición de Sanji, para que pudiese comprobar los diferentes estilos de lucha o qué tipo de peligros podría encontrarse.