Los Mugiwara y Torao se adentraron en el bosque, pero, a diferencia de lo que esperaba un enérgico pelinegro, la aventura no había comenzado. El bosque era normal y corriente; lo único que se habían encontrado eran animales silvestres en su cotidianidad hasta que se percataban de la presencia de humanos y huían.
— ¡Me aburro! —gritó el capitán por enésima vez durante esa media hora.
— ¡Deja de quejarte ya! —le regañó el francotirador cansado de escucharle.
— Es un logro que aún estemos todos juntos y Migiwara-ya no se haya perd...
— Oi, ¿y Zoro?
La pregunta de Usopp hizo que todos se girasen a mirar en todas las direcciones, comprobando que, en efecto, Roronoa ya no se encontraba entre ellos.
— Hace un segundo estaba aquí...— susurró Robin confusa.
— ¡Yo es que lo sabía! —exclamó enfadada la navegante, después suspiró posando sus manos en sus caderas— Y eso que llevaba todo el camino vigilándole...
— ¡Ese marimo! ¡Iré a buscarle!
— Iré yo. —anunció Law — No quiero que os separéis como en Dressrosa, manteneos juntos e investigad. Con mi habilidad podré moverme rápido. Me uniré cuando lo encuentre.
— No vayas solo, Torao.
Las palabras del cíborg le hicieron negar.
— Es mejor que os quedéis todos juntos vigilando que Mugiwara-ya no se vaya en cuanto os despistéis.
— Pero... ¿Crees que tú solo podrás traer a Zoro? — cuestionó Brook asombrado, pues el hecho de que encontrase al peliverde no implicaba que fuese capaz de no perderlo a la vuelta.
— Tiene razón, —afirmó Chopper—la única forma de que no se desoriente es que estemos en peligro o llames mucho su atención por algo... Y ni así te aseguro que no se pierda.
Esas palabras hicieron reír a la bailarina, que hasta el momento no se había pronunciado.
— Es un caso perdido, literalmente.
Al alzar su voz, todos se giraron a observarla como si hubiesen encontrado el One Piece. El ojigrís se acercó para cogerla en brazos con cuidado de no rozar la Doblefilo, katana que ahora _____ portaba a todos lados en su espalda sostenida por un cinturón cruzado en su torso, accesorio que Usopp se encargó de crear.
— ¡¿Qué haces, idiota?! —se quejó la chica pataleando para que la bajase.
— Necesito algo que llame mucho la atención de Zoro-ya, ¿no? Pues me la llevo. —dijo girándose a mirar a Luffy para avisarle, quien se rio escandalosamente, acompañado del resto.
La enana abrió la boca del asombro e intentó quejarse. No quería separarse del grupo, sentía que, si se marchaba con él, tendría que ver cosas que no le agradarían.
— ¡Pero que yo no quie...!
— ¡Yo iba a proponer lo mismo! — exclamó Nami riéndose e ignorando las quejas de la joven.
— ¡Tened cuidado y traedme comida! —se despidió el pelinegro moviendo energéticamente su mano derecha.
Su capitán había dado el visto bueno así que tendría que ir sí o sí, por lo que intentó ignorar su mal presentimiento dejándose llevar por Law.
— Cuida de _____-swan, Torao.
— Pues claro.
— Si en dos horas no volvéis, nos comunicamos por Dem Dem Mushi—avisó Nami. Luffy asintió de acuerdo y el cirujano desapareció junto a su amiga entre sus brazos.
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Lo que nos une (Zoro x Reader)
RomanceSu vida estaba llena de música, pero la aparición de unos piratas que le salvan de la muerte, con un capitán que se autoproclama el futuro Rey de los Piratas, añaden el toque de aventura que, sin saberlo, tanto necesita. Historia basada en los pers...