Capítulo 10

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— ¡No quiero volver a escucharte replicar!

— ¡Nami! ¡Soy el capitán y quiero divertirme en la próxima isla!

— Por décimo tercera vez, Monkey D. Luffy, no vas a hacer otra cosa que no sea acompañar a Sanji-kun a comprar carne en esos dos días. El resto del tiempo estarás en el barco.

El capitán hizo un mohín.

Esa pelea se repetía día tras día desde que el plan principal era sacar información de los piratas en algún bar, aunque todos sabían que al final Luffy iba a hacer lo que le diese la gana.

— ¡¡Lo mantendré vigilado cuando compremos, Nami-swan!! — exclamó el joven rubio mientras realizaba un extraño baile que siempre conseguía hacer reír a _____.

— Como en Dressrosa, que a la primera desapareciste con la hija del rey.

El comentario de Zoro comenzó, para variar un poco, una nueva pelea entre el cocinero y el espadachín. La bailarina, que se encontraba sentada en medio, agarró a ambos de las orejas como ya había cogido por costumbre y los separó, haciendo reír a todos los demás.

— ¡Ay, ay, ay!

— ¡Tres años mentales tenéis! — exclamó enfadada acomodándose de nuevo en su asiento.

— Mugiwara-ya, no podemos crear un escándalo, cíñete a lo que hemos planeado.

— Asumid de una vez que ese plan está destinado al fracaso.

Las palabras de _____ hicieron reír a la mayoría, incluido a Luffy, que fue golpeado duramente por una Nami que en esos momentos echaba fuego por la boca.

— ¡Sois todos unos aburridos! — gritó el capitán de aquel barco mientras masticaba un pedazo de carne en su boca acariciándose la zona del cráneo donde la pelinaranja golpeó unos segundos atrás.

— ¡Tú eres demasiado divertido! — le respondieron todos al unísono enfadados.

El resto de los habitantes del Sunny se encontraban rodeándole en la mesa ya que se disponían a almorzar, pero el chico del sombrero de paja se había adelantado y su plato ya estaba por acabarse.

— Aún me quedan varios días para convencerla. — pensó Luffy en voz alta, haciendo que la navegante le dedicase una mirada llena de cualquier sentimiento alejado del amor.

Usopp suspiró.

— ¿Qué más da? Si siempre va a hacer lo que le dé la gana.

— Luffy no parece ser el típico chico que sigue órdenes, eso nos quedó claro en Dressrosa. — añadió Kin'emon riéndose al comentario del chico de nariz prominente.

— Y todo salió bien. — recordó Zoro a todos antes de darle un trago al sake que había junto a su plato.

_____ les observó curiosa y cuando iba a preguntar el porqué, un chico con ojeras se le adelantó a hablar:

— No me lo recordéis, por favor.

Las palabras de Law hicieron reír a todos, excepto a la bailarina, que observaba confundida toda la escena.

— Esta noche te ponemos al día, enana. — le dijo Nami comprendiendo cómo tendría que sentirse en esos momentos.

La chica le dedicó una sonrisa a su amiga y asintió.

Cuando hacían comentarios de aventuras pasadas, la joven no podía evitar sentirse entristecida por no haber compartido esos momentos junto a ellos, pero cada noche, Nami y Robin le relataban un poco qué había vivido aquella tripulación tan peculiar. Era extraño, porque cada noche vivía emociones tan intensas como diferentes. Podía reír a carcajadas junto a ellas ante el descubrimiento acerca de cómo Sanji y Luffy querían cocinar a Chopper cuando lo conocieron, pero también podía llorar a lágrima viva al comprender lo duro que tuvo que ser la vida del renito hasta el fallecimiento de su padre. Cada aventura que le narraban le llenaba de alegría y tristeza a la vez, pero siempre, al final de cada historia, acababa sonriendo emocionada gracias a las hazañas de Luffy. Sin duda, su capitán estaba destinado a ser el Rey de los Piratas.

Lo que nos une (Zoro x Reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora