Capítulo 9

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La sonrisa no se había borrado de su cara desde que su capitán se marchó del baño. Se vistió con un conjunto deportivo dejándose el sombrero de Luffy sobre su cabeza y se dirigió a la cocina con un rostro mucho más calmado que cuando huyó del almuerzo.

— ¡_____, me alegro de verte bien! — exclamó Nami y le dio un abrazo— Si necesitas hablar, aquí me tienes para lo que sea.

— Muchísimas gracias, Nami.

Y le correspondió el abrazo sonriente.

— Nuestro capitán me ha ayudado mucho. — susurró.

La pelinaranja se separó con una mirada de orgullo.

— Es un idiota, pero es un idiota que sabe cuidar de nosotros.

Y ambas observaron sonrientes al capitán, que se encontraba devorando su plato, sonrisa que no duró mucho, puesto que el centro de la conversación de las chicas levantó la vista con comida aún en la boca.

— ¿Me puedo comer tu comida, ______? — cuestionó de forma casi ininteligible el capitán, recibiendo como respuesta una patada de la navegante en la cabeza.

Una mirada de decepción fue lo que todos los presentes le dedicaron al monito.

— ¡¡Por supuesto que no!! ¡Ya has arruinado lo que habías hecho por ella! — gritaron mientras ______ intentaba no reírse.

— Yo solo preguntaba...— susurró entre lágrimas, pero aún con comida en la boca.

Todos estaban recogiendo la mesa, excepto un pelinegro que seguía comiendo. Notó como Zoro, que se encontraba recogiendo los platos, la miró de reojo mientras se sentaba junto a Luffy para comer.

— Como puedes comprobar, el idiota este te quiere lo suficiente como para no terminar su comida. — comentó Sanji mientras fregaba los platos con ayuda de Chopper, que los secaba.

_____ sonrió avergonzada y el idiota mencionado contestó por ella.

— ¡Pues claro! ¡Es una nakama!

— Yo también te quiero, Luffy— respondió _____ realmente agradecida y le puso su sombrero de paja.

— ¡Sanji! ¡Ve haciéndome la merienda que se acerca la hora!

— ¡Pero si estás terminando de almorzar ahora!

— ¿Y qué?

La bailarina empezó a reírse mientras se comía su ración.

— Sanji, está deliciosa.

— Gracias, preciosa.

Y le guiñó un ojo mientras ella se reía. Se acercó un poco más y le susurró:

— Si ha sido el estúpido marimo solo tienes que decírmelo, te prometo que le parto las piernas.

Y ella carcajeó.

— No te preocupes, ya estoy mucho mejor. — respondió intentando ignorar la mirada que recibía del espadachín.

Al cabo de un rato, todos se encontraban haciendo diferentes tareas: Franky y Usopp creaban un robot que disparase algodón de azúcar, claramente a petición de Chopper y Luffy. Esos dos se encontraban intentando pescar un pez que Sanji les había pedido para cocinarlo, pues sabía que por aquella zona podría encontrarse ese tipo y era muy rico en nutrientes para fortalecer a sus compañeros. Aquella pesca había atraído la atención del resto, excepto de Law, que estaba leyendo en la enfermería uno de los muchos libros sobre Medicina que el renito guardaba, y las chicas, que estaban en la biblioteca reunidas.

Lo que nos une (Zoro x Reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora