Capítulo 13

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— Así que queréis trabajar aquí, tú cantando y bailando, y tus compañeras de camareras...

— Cobrando, por supuesto. — añadió la navegante, que había aparecido un rato antes arrastrando a Luffy, Usopp y Sanji con Robin y con ella porque ya no se fiaba de ellos, para variar.

— Así que queréis trabajar aquí, y además cobrando... — continuó Benito meditativo.

La enana asintió ruborizada, le daba vergüenza tener que pedir ese favor a su amigo, si fuese un desconocido hubiese sido menos incómodo para ella ponerle en una situación comprometida, sin embargo, Nami estaba frente a él con su envidiable confianza esperando una respuesta que, por supuesto, esperaba que fuese positiva.

— Para sacar información... — volvió a susurrar.

— ¡¡¡¡Este sitio es genial!!!!

— ¡Luffy, bájate de la mesa! — le regañó Sanji.

— ¡Hasta el techo es de colorines! — continuó el capitán sumido en su asombro subido en una de las mesas observando todo el lugar.

— ¡Qué te bajes, imbécil! — gritó ahora Nami tirándole de la mesa.

— ¿Y bien? — preguntó _____ un poco confusa ante su pensativo amigo.

— ¡¡¡Por supuesto que sí!!! ¡Será genial! ¡¡¡Guau!!! ¡¡Chicas trabajando en el bar!!

Las tres mujeres frente a él sonrieron alegres ante la reacción.

— ¡Te lo has pensado tanto que pensé que te negarías! — se quejó Usopp ahora mostrando el agobio retenido durante todo ese momento de tensión.

— ¿Por qué iba a negarme? ¡Esto será histórico! ¡Vendrá toda la isla! ¡Subiré el triple los precios del alcohol! — gritó lleno de felicidad, haciendo que sus trabajadores reaccionasen gritando emocionados.

Todo el bar era llevado por jóvenes de entre 18 y 30 años, todos ellos hombres. Todos eran buenos bailarines, buenos cantantes, buenos camareros o cocineros. Sus bebidas eran geniales, su espectáculo era maravilloso y sus empleados eran lo mejor que tenía en su vida, pero sabía de sobra que la presencia de esas tres chicas atraería a mucha clientela y mantendría a los piratas por más tiempo allí. Y, ¿para qué engañarse? La enana podía producir mucho dinero con su increíble talento. Benito ya comenzaba a imaginarse la montaña de dinero que podría conseguir gracias a su queridísima amiga.

— ¿Sois conscientes de la máquina de dinero que tenéis en la tripulación? — preguntó inocentemente el jefe de aquel antro, sin ser consciente de lo que iba a provocar.

— ¿Cómo? — cuestionó Nami girándose automáticamente al joven que estaba detrás de la barra, ya que antes seguía regañando a Luffy.

— Pues que, si alguna vez necesitáis dinero, con que ella haga un pequeño espectáculo podríais...

— ¡¡¡_____!!! ¡Vas a bailar en cada isla en la que estemos! ¡Quiero que cantes con esa voz angelical cobrando cien berries por segundo! — anunció contentísima la navegante abrazando a la bailarina. — ¡¡¡Vas a hacerme rica!!!

— ¿Qué? — preguntó confusa mirando a Robin, esperando que la salvase, pero fue otra persona quien lo hizo.

— Lo que estás teniendo en mente es explotación e incluso esclavitud, no lo vas a hacer. — dijo Zoro firmemente molesto poniéndose entre _____ y ella.

— Esa frase ha sido demasiado inteligente como para haber sido dicha por ti, marimo.

— ¿Qué has dicho, ceja rizada?

Lo que nos une (Zoro x Reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora