Su vida estaba llena de música, pero la aparición de unos piratas que le salvan de la muerte, con un capitán que se autoproclama el futuro Rey de los Piratas, añaden el toque de aventura que, sin saberlo, tanto necesita.
Historia basada en los pers...
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Continuaba ensayando sobre el escenario de aquel lugar como si no supiese hacer otra cosa. Desde que despertó en la enfermería, apenas comía, apenas bebía y solo quería esforzarse en demostrar que valía para volver con su familia. Además, sentía que cantar y bailar eran lo único que la mantendría cuerda en esos instantes.
— ¿Cómo te encuentras? —preguntó Eiko, tras ordenar a los músicos que acompañaban su danza que parasen de producir aquel hilo musical que llevaba acompañando a la enana toda la mañana.
— Bien. —respondió _____ forzando una sonrisa— Estoy lista para el espectáculo de esta noche también.
Llevaba casi una semana ofreciendo espectáculos cada noche mientras intentaba convencer a Jack para que la mandase a su casa con la vieja, pero él se negaba, decía que no era seguro mandarla con los Mugiwaras rondando por ahí para llevársela. Otro motivo era que la doctora la estaba tratando para curar todas las heridas que el monstruo de Roronoa le había causado. Tenía razón, pero ella solo quería estar con su familia.
— Ayer te esforzaste demasiado, y conmigo no tienes que fingir. —dijo bruscamente su doctora cruzándose de brazos tras pasarle una botella de agua a la joven, quien la recibió amablemente.
— Yo solo... — susurró bajando la mirada— Quiero volver con mi familia, necesito estar con ellos en estos momentos.
— Lo sé, cariño. —respondió más conmovida la pelirroja, se acercó a ella y a pesar de que la bailarina se encontraba sudando debido al esfuerzo, la estrechó entre sus brazos de forma maternal. —Estás de duelo, permítete llorar. —le susurró, a lo que acto seguido, la peli____ comenzó a llorar.
