Mis diablitos. Aquí está el último capítulo de esta corta historia. Espero que cierre bien este "mundo", para poder dar paso a más y explorar en otros.
–No dejaré que se lo lleven. Él ni siquiera los conoce—Sesshomaru dio dos pasos. Había dicho que no era su problema y que no se entrometería, pero ahí estaba, siendo terco—ni siquiera fueron capaz de mantenerlo con ustedes, lo dejaron a un lado creyéndolo muerto ¿Creen merecer que él vuelva con ustedes? Sólo son otros sucios traidores—sonrió sarcástico. Hablaba tan pacíficamente, sin problemas—si pueden hacer algo para regresarlo a la normalidad, háganlo, y él decidirá si regresa o no con ustedes—mantenía a Inuyasha detrás de él, junto a el resto de su grupo.
La manada de Inuyasha estaba tan sorprendida. Las palabras de Sesshomaru, esa seguridad, la protección con la que envolvía al pequeño Inuyasha. Lo que les sorprendió más fue las largas oraciones que dijo el Lord, porque si recordamos, Sesshomaru es más de monosílabos.
–Él no puede estar seguro contigo—Kagome se atrevió... se atrevió a desafiarlo—no podemos confiártelo—
El Lord soltó una carcajada que asustó a todos los presentes, y sin duda el más asustado era Jaken. Cuando el amo bonito sonreía, significaba desgracia, pero si el amo bonito se carcajeaba de la manera en la que lo hacía, debía tratarse de algo peor.
–No te atrevas a decirlo. Está más seguro conmigo que contigo—contraatacó sin muchas ganas.
–Inuyasha—la azabache lo llamó, ignorando al señor del Oeste, pero el cachorro estaba escondido detrás de su protector—INUYASHA—Kagome se estaba impacientando, a tal punto de que se puso molesta—INUYASHA, VEN AQUÍ—
Sesshomaru miró al pequeño y luego volvió la mirada a ella, que estaba por llorar de coraje.
–Inuyasha, ¡¡ABAJO!!—Y cuando la cara del pequeño se estampó en el suelo, Jaken se montó en Ah-Un llevándose a Rin con él, y ubicándose a unos metros más arriba, observando todo desde el cielo.
La razón por la que Jaken hizo eso fue porque vio una chispa en los ojos de su amo.
–El amo bonito está enojadito, y si Yako, su bestia, se hace aparición, sería muy peligroso—le dijo a la niña. Rin lo sabía, pero eso no le preocupaba, le preocupaba el pequeño niño peliplata que había caído de rodillas, intentando no llorar. Era claro que algo lo martirizaba, una herida que no podía cerrar.
Lo primero que Sesshomaru hizo, fue materializar su energía en forma de látigo, de un color verde fosforescente, lanzándolo contra la humana que logró esquivarlo a medias—lo esquivaste porque quise. Ni siquiera estás a la altura de darme lucha—Sesshomaru consideraba que matar rápido a una presa, no era tan delicioso.
Inuyasha quedó petrificado en el mismo lugar. Sango tomó a su amiga y la jaló hasta Kirara, para alejarla e Sesshomaru. El Lord se tomó el tiempo, caminó hacia el cachorro, y de un tirón que pareció tan suave, rompió el collar, ante la mirada sorprendida de la "ex manada" de Inuyasha. Para cuando volteó a mirarlos, tenía los ojos completamente rojos, estaba a un paso de convertirse en Yako.
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Inuyasha: Historias y One Shots
FanfictionDonde tus perversiones darán vida, desde el ship más común hasta el ship que quizá nunca se imaginaron. AVISO: FALTAS ORTOGRAFÍA Y NARRACIÓN A MEDIAS. (AÚN FALTA CHECAR LOS ESCRITOS PARA ARREGLAR ESE TEMITA. ALGÚN DÍA ME TOMARÉ EL TIEMPO JAJAJA) Hij...