Donde tus perversiones darán vida, desde el ship más común hasta el ship que quizá nunca se imaginaron.
AVISO: FALTAS ORTOGRAFÍA Y NARRACIÓN A MEDIAS. (AÚN FALTA CHECAR LOS ESCRITOS PARA ARREGLAR ESE TEMITA. ALGÚN DÍA ME TOMARÉ EL TIEMPO JAJAJA)
Hij...
Déjenme decirles que aquí encontrarán momentos antes de la tragedia. Entonces... aquí vamos.
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Sesshomaru se quedó mirando a su medio hermano.
Estaban uno frente al otro, retándose con las miradas, como siempre solían hacerlo y como siempre lo harían, porque era lo que era.
Compartían la sangre y compartían esa insaciable sed de pelea.
–Basta—dijo Rin, quien bebió un poco de sake junto a una sonriente Kagome.
Sesshomaru observó a su compañera, y tras resoplar, asintió.
Yako simplemente emitió un sonido de burla, que hizo que su portador se fastidiara.
–El Lord del Oeste está domado... No puedes negar que es impresionante. No termino de tragármelo. Aún me sorprende que esa bella humana sea capaz de todo para calmar nuestros males—
–Puedo oírte—Rin volvió a hablar, asustando a la bestia y al Lord, acto seguido la mujer comenzó a reír—sabes que es una broma. Claro que no leo tu mente, pero si puedo leer tu cara. Puedo deducir cuando Yako y tú hablan de mí—sonrió.
Kagome no pudo evitar carcajearse, e Inuyasha sonreía con burla. Sesshomaru cerró los ojos unos segundos... y sonrió, fue algo leve, pero lo suficiente como para manifestar que estaba disfrutando la velada.
El año nuevo estaba a unos segundos.
Ese año el Lord no hizo la fiesta que se daba cada año en el palacio del Oeste, su madre se encargó de todo a pedido de él, mientras él y su ahora esposa estaban en la aldea donde su medio hermano y su esposa vivían.
–Sabía que era buena idea celebrar un año fuera de tus reglas—sonrió Rin. Sí, se había convertido en una mujer muy decidida y segura... tan segura que para ella Sesshomaru no era el Lord del Oeste, era simplemente su esposo y padre de sus gemelas.
Sesshomaru asintió como respuesta a su esposa.
Los cuatros estaban sentados en la parte de afuera de la pequeña y acogedora cabaña, mientras las hijas de ambos matrimonios estaban jugando afuera, corriendo detrás de las luciérnagas, bueno, al menos dos de ellas.
Setsuna se mantenía observando a su hermana y a su prima, esa niña era algo tímida. Towa por lo contrario de su hermana gemela, era una niña más vivaz, y no le importaba meterse en problemas.
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