¿LO SIENTES, INUYASHA? (THREE SHOTS: PRIMERA PARTE)

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Y empezaremos esta colección con una serie de Three Shots que puedan amar u odiar.

No les adelantaré nada. Descubran las parejas por ustedes mismos.

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1

Un hombre interesante, porque Suikotsu era un hombre hecho y derecho. Un encantador hombre de ojos endulzantes y palabras perfectas.

Un doctor al que le encantaba ayudar, y además estar rodeado de niños.

Kikyo ya lo sabía. Sabía que había algo más allá de esa dulce mirada.

Algo atormentaba al guapo hombre.

Dos personalidades peleando por reinar en el pobre ser.

Lo peor de todo, Kikyo estaba aturdida.

Tras tanto, se abrió a la posibilidad de sentir algo por alguien más, que además de todo era un secuaz indirecto de Naraku.

Todas las noches lo encontró gritando en sueños, llorando, desesperado, sin poder despertar.

Kikyo lo ayudaba a calmarse cada noche, sin renegar. Quería que él estuviera bien, por eso dormía en la habitación de al lado, de la pequeña cabaña que podríamos llamar clínica, en donde ambo atendían a personas que lo necesitaban.

Cierta noche, Suikotsu gritaba como de costumbre. Kikyo, acostumbrada a ese suceso, se apresuró a ir a la habitación en donde el hombre dormía, en donde el pobre hombre era atormentado en sueños.

Kikyo se sobresaltó cuando Suikotsu abrió sus ojos y la tomó de la muñeca. Eso nunca había pasado, si bien los ataques de Suikotsu eran más violentos aún en sueños, no creyó que algo así pasaría.

La jaló hacia él y con agilidad la puso contra la cama, con él encima de una asustada Kikyo.

Los ojos de Suikotsu reflejaban ira, pero también tristeza, hasta confusión.

Quién diría que fue Kikyo la que se suavizó. Su miedo se fue y se volvió comprensión

Que se sintiera querido, amado. Él que se había traumado tanto por algo que no quería hacer.

–Suikotsu—dijo dulcemente. Fue tan suave que la versión mala de Suikotsu, quien era en ese momento el que gobernaba en él, se suavizó.

Se quedó observándola.

Una frágil mujer que era como él. Una muerta que vagaba en el mundo terrenal en contra de su voluntad

Kikyo se levantó un poco del futón, y lo besó.

Unió sus labios en un beso sencillo que lo endulzó y lo dejó sorprendido.

–deja que te cure el alma. Y si es necesario llenarte el alma de besos... yo lo haré—

Inuyasha: Historias y One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora