TE LO DIJE (ONE SHOT) NARKAGU

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Hola, diablitos. ¿Cómo están? Hoy les tengo algo interesante.

 ¿Cómo están? Hoy les tengo algo interesante

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La mujer de cabello lilas miraba su espejo.

La diosa del tiempo y creadora de mundos, descansaba y se sumía en visiones.

Makoto, el pequeño ser en forma de bebé que la acompañaba, flotó hasta ella, y al ver lo que ella veía, sonrió.

—es de los mundos que más me han martirizado—

—Es uno ajeno, aquí los hijos de Inu No Taisho no son los protagonistas, y eso lo hace extrañamente dulce. No hay tales cosas como seres sobrenaturales, yokais y resto. Solo simples mortales comunes y corrientes, y aquí en especial, con vidas trágicas—

—Me sorprendió que hayas escogido a Naraku como protagonista de este—

—Quise que tuviera una historia distinta, y feliz... pero tal parece que en todos os mundos lo persigue la desgracia—

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Naraku:

–Cuando alguien pone a una persona en situaciones malas, sólo pueden ser por dos razones: odio o amor—

– ¿Por qué alguien que te ama haría algo así?—

–La gente toma medidas estúpidas por amor, Kagura—suspiré—los padres que controlan la vida de sus hijos ¿No lo hacen por amor?—

Me observó fascinada por lo que dije, sabía que no me equivocaba.

Los años a su lado fueron los mejores. Las experiencias, lo vivido, ella. Solo imagínate al tipo más sombrío con una mujer sensual y radiante a su lado. Kagura era de esas cosas que yo no podía manejar.

Nos conocimos en la preparatoria. Una niña llena de energía y siempre sonriente, conmigo era arrogante y sarcástica, por el hecho de que cuando nos conocimos, le corté el cabello. Sí, realmente una estupidez, pero su cabello se atoró en uno de los botones de mi camisa, y soy muy impaciente, simplemente tomé las tijeras e hice lo que debía hacer.

Debieron ver su cara. En el momento no me causo gracia, porque la verdad al principio no me agradaba tener que compartir mi espacio con una muchacha tan ruidosa. Y es que se sentaba en la silla de mi lado derecho.

Y nos hicimos amigos cuando ambos nos encontramos huyendo del cuidador de la biblioteca una tarde de lluvia. La biblioteca se encontraba cerrada, y para mi desgracia había olvidado el maldito libro que necesitaba para una tarea, porque este no se encontraba en el puto San Google.

La cosa fue, que ella también entró antes que yo, había preparado una broma en la oficina del director. Ella salía y yo iba entrando, así que terminamos haciendo ruido al hacer caer un estante completo que terminó por desencadenar las caídas de los demás estantes como un juego. Era mi fin. Mi fin como el alumno ejemplar y más listo. Bien me había dicho el imbécil de Bankotsu que no fuera porque tenía una corazonada, pero yo no creía en esas cosas.

Inuyasha: Historias y One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora