Donde tus perversiones darán vida, desde el ship más común hasta el ship que quizá nunca se imaginaron.
AVISO: FALTAS ORTOGRAFÍA Y NARRACIÓN A MEDIAS. (AÚN FALTA CHECAR LOS ESCRITOS PARA ARREGLAR ESE TEMITA. ALGÚN DÍA ME TOMARÉ EL TIEMPO JAJAJA)
Hij...
Esta es la última parte, y si no les gustó el pequeño relato... ódienme, pero no pueden negar que fue darle otro sabor dulce al engañoso hongo venenoso que los hará alucinar.
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3
Inuyasha había esperado pacientemente el momento. Ese día vio a Kagome entrar al pozo para ir dirección a la era Sengoku, el Japón antiguo.
Él, quien había estado vigilando a la azabache que ya había descubierto que podía viajar en el tiempo y conocido al antiguo Inuyasha.
En ese entonces, en ese preciso momento era un semidemonio que se había adaptado al tiempo, quien en un momento de su vida en el que perdió todo, prometió sobrevivir y darle la noticia a la madre de Kagome en el momento exacto, porque aún si quisiera... no iba a poder impedir lo que pasó ese día en el que acabaron con Naraku.
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Todos iban al lugar en donde Naraku estaba, incluso el mismo Lord del Oeste se apresuraba en encontrarlo antes, pues él quería darle el golpe final.
Inuyasha llevaba a Kagome en sus espaldas, mientras el monje y la taijiya iban encima de Kirara, y pues el pequeño Shippo no iba con ellos para evitar que saliera herido.
Cuando dieron con Naraku, el demonio se encargó de reunir dos grupos. Sesshomaru estaba con el grupo de su medio hermano, mientras... Kikyo, aún viva, se encontraba junto a Suikotsu, con quien se había mantenido todo el tiempo... ayudándolo a lidiar con sus líos mentales.
Suikotsu fue uno de los 7 guerreros que sobrevivieron. El líder de estos también estaba vivo, pero no era tan fácil. Bankotsu era controlado por el mismo Naraku, quien lo puso al frente mientras el disfrutaba de la pelea.
El pobre moreno de larga trenza luchaba para salir del control, pero le era imposible... lo peor para él fue pasar por eso último. Él, bajo el control de Naraku, asesinó a uno de los suyos, a uno de sus hermanos, como él los llamaba. Él asesinó a Jakotsu a sangre fría, y mientras lo hizo, lloraba amargamente porque no podía detenerse. Naraku quería hacer que sufriera un poco, demostrándole que tan grande era su poder para ese entonces con los casi todos los fragmentos de la perla bajo su poder.
Pobres almas.
Maldito Naraku.
Al fin y al cabo sólo quedaban dos fragmentos. El de Bankotsu lo podría obtener cuando quisiera, ya que el mismo moreno estaba bajo su control, pero primero quería hacerle el lío a Inuyasha, quien ni siquiera sabía que la hermosa Kagome tenía algo secreto con el moreno. El segundo fragmento era el de Suikotsu, a quien Kikyo protegía haciendo que sea difiícil para Naraku conseguirlo.
