9. Tammy

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Angelie

     El timbre de la última clase del día sonó creando que una ola de suspiros se levantaran a mi alrededor, incluyendo el mío. El maestro Erin Alcázar se encogió de hombros y comenzó a recoger sus materiales de la mesa del maestro. El debate al que fuimos expuestos había sido exhausto, y todavía ni había sido mi turno. Discutíamos las leyes de supervivencia creadas por el Círculo y a mi me tocaba el peor artículos de todos, tenía que defenderlas y al mismo tiempo destruir las que según yo estaban mal, temía que iba a meterme en un tremendo lío, y al parecer el maestro de Historia Actual lo sabía. Me hizo señas con una de sus manos para que me acercara antes de irme.

—La próxima clase es tuya —informó lo que ya yo sabía, Erin usaba un tono calmado pero sus hombros hundidos me decía que estaba muy preocupado de todo —, eres una de mis mejores alumnas, pero a veces me asustan tus pensamientos libertinos, y quiero darte un consejo. No te dejes engañar por tu mente de adolescente, algún día serás una figura importante en este mundo y necesitas demostrarlo ahora. Defiende esas leyes como si todas las necesitarás para seguir respirando. Y sabes que es así.

Asentí. Algo dentro de mí corría enloquecido, porque yo tenía una lengua muy peligrosa.

—Haré todo lo posible para acoplarme a ese protocolo, maestro.

—Una última cosa, Angelie Peterson, prepárate bien porque el Líder Hannover estará presente y no queremos errores.

Luego de soltar esa bomba salió, y me dejó en un mar de preocupaciones. ¿Por qué el Círculo estaría allí justamente ese día para verlo? Claro, Tahiel Hannover era el fundador de Esmeralda. Y eso en definitiva era mi tumba bien cavada. Suspiré controlando el escozor de mis manos y las ganas irremediables de zumbar la electricidad a cualquier cosa cercana, me mordí lo labios mientras intentaba desaparecer esos pensamientos homicidas de mi mente.

—¡Angelie! —me giré al instante pasmada y sentí el grito de Axeel muy cerca de mi. Mi mano sostenía la suya que me había tomado por los hombros, el susto me había hecho provocarle una pequeña descarga.

Abrí mis ojos asustada hasta que recordé que hace pocos días le había contado todo a Axeel. Él sabía sobre mis habilidades, y sobre lo que había hecho en el bosque ese día. Y también sobre los Mostenires.

—Joder, aún no puedo acostumbrarme que portes eso. No lo hagas otra vez por favor —se quejó lloroso, frotando su mano afectada, se le había puesto roja.

—Lo siento, estoy algo asustada —me disculpé, caminé a su lado sosteniendo la mochila con una mano —. ¿Por qué te saltaste la clase de hoy? Me toca debatir la próxima vez y el Círculo estará presente.

Lo sentí tensarse a mi lado.

—¿El Círculo? ¿Y eso por qué?

—Eso es lo que no sé —torcí la boca disgustada.

—Es raro, tranquila, lo harás bien —Me animó —. Y estaré ahí para acompañarte, te cuidaré de esos buitres —Ambos nos reímos —. ¿Tienes algo que hacer? Quedé con Sally en Puck, dice que es una de las mejores cafeterías.

—No te mintió. Vamos. Venden los mejores batidos de arándanos.


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Sangre  |  Círculo 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora