•𝐄𝐥𝐥𝐚 𝐞𝐬 𝐦𝐢 𝐋𝐮𝐧𝐚• [PAUSADA] [𝐉𝐢𝐌𝐢𝐧] [Temporada#02 MPM]

|Capítulo 60|

Kim Tn

Quiero salir de aquí. Me asfixia tenerlo conmigo. Si el auto en el que voy no manejara a punto de romper el récord de la velocidad de la luz, saltaría.

¿Moriría? Desafortunadamente no, pero recibiría una quinta parte del karma que merezco.

— ¿Te sigue doliendo la cabeza? –hemos llegado al estacionamiento. Cumplió con su enferma promesa de acompañarme al trabajo.

— Con solo verte haces que me duela.

— ¿Puedes decir otra cosa? Te conviene ser más original frente a los demás. No quiero discutir tan temprano. Compórtate. Nadie puede ver que estamos así.

— ¿Quieres fingir otra vez que estamos en la mejor relación de todas, como si nada? –interpelo.

— Fue la mejor. No fue mentira –alega– Detesto cuando no aprendes a diferenciar una cosa de la otra.

— ¿Diferenciar? –qué mierda– ¿Cómo puedes pedirme algo así después de lo que hiciste?. Logan, lo que me hiciste no tiene perdón.

Lo miro.

— Me quitaste a mi familia –encaro– ¡Me arrebaste a mi familia de mi lado cuando apenas tenía quince años! No te importó absolutamente nada.

Contengo al ver su indiferencia darme la cara. No vale la pena. Retengo mi ira cuando noto mi diestra tener un tik.

Miro a través de la ventana buscando calmarme. No puede notarme tan débil. No puede ver más de lo que ya le he demostrado.

Suspiro.

— Ten la desencia de no seguir siendo un maldito canalla pretendiendo ser lo mejor de mi vida.

— Y tú no me hagas pensar que sigues siendo la misma niña ingenua que se enteró de que su novio, el imbécil ese, mató a sus padres –lo miro furiosa.

¿En qué momento fue en que caí por él?

— Los hechos siguen estando –replico– Con la diferencia de que uno es más sinvergüenza que el otro. No soy de piedra o de lo que mierda estés tú hecho.

— Ah, es verdad, es verdad –vacila– Tienes razón, eres aún débil como cualquier humano promedio.

Degusta pretender insultarme, pero cambia a una expresión seria en cuanto me ve.

— Decepciona volver a darme cuenta de eso.

— Y a mí un carajo lo que pienses –reniego tomando el puente de mi nariz apoyando el codo en el borde de la ventana.

Trato de controlarme porque sé que no es el lugar para armar escándalos ni salir en las portadas de la prensa amarilla.

— Son mis padres... y mi hermano los que pagaron injustamente.

Le recalco con la herida sensible y con la imagen de cada uno en mi memoria.

— ¿Cómo puedes ser así conmigo después también haber vivido esto?

Busco su mirar, pero no me responde aún sabiendo de lo que hablo.

— Solo me ves como un paso a tu coronación sobre el mundo. ¿No puedes sentir ni un poco de empatía? Eres solo un maldito insensible.

— Prefiero serlo –alega– Estar lleno de toda la porquería de la que le crees que estoy hecho, a que estar llorando día y noche en vano.

Guarda silencio.

— No importa lo que hice, ya estás aquí de todos modos. Destruiste todo a tu paso, y no hay nada que puedas hacer para enmendarlo.

Me mira.