Jujutsu Kaisen

24

Gojo me tomo en sus brazos, me llevo a la cama y se recosto conmigo, deslizaba sus dedos por mis piernas mientras que yo tome las sábanas y cubri mi cuerpo.
El peliblanco se acerco a mi oido, senti como su frente se apoyaba en mi cabeza.

Gojo: Por qué cubres tu cuerpo? Me gusta verlo.

T/n: A pesar de lo que hacemos me da algo de vergüenza.

Luego de decir eso, puso su mano en uno de mis pechos y lo presiono con fuerza mientras su boca mordisqueaba mi oreja, sus dedos se divertian con mi pezón, su cuerpo estaba reaccionando a los estimulos y yo podia sentirlo.

T/n: Otra vez? Ya basta.

Gojo: Aun es temprano, una vez más.

Se puso sobre mi, comenzo a lamer mis pechos, succionaba mis pezones no pude reaccionar de otra manera que poniendo mi mano en su cabeza y presionarlo contra mi cuerpo, sus dedos buscaban mi intimidad para dar paso al placer.
Comence a gemir muy bajo, no queria hacer un ruido pero no podia contenerme, tapo mi boca para que nadie nos descubriera.

Gojo: Pequeña...baja la voz.

T/n: Besame sino quieres que haga ruido.

Me sorprendi por lo que le dije, supongo que fue producto de la excitación pero él no dudo y me besó.
Su lengua estaba desesperada jugando con la mia, se detuvo el beso para deslizar su lengua por mi cuerpo.

Me tomo de las muñecas, de un tirón quede sobre su cuerpo, mis piernas estaban abiertas ante su ereccion, la tomo con su mano la deslizo por mi entrada para hacerme desearlo más, la introdujo sin decirmelo.
Un pequeño gesto de dolor se dibujó en mi cara.

T/n: Gojo...se gentil.

Gojo: Lo siento, me desespere.

Comenzo a moverse lentamente, esos movimientos eran tan placenteros, mordia mis labios para contener los ruidos hasta que Gojo sonrio diabolicamente y mientras me penetraba lamia y succionaba mis pechos.

Gojo: Asi...dejame oirte.

Mientras más atendia a mis pechos más excitada estaba y mi cuerpo aceptaba cada vez mejor el miembro del peliblanco.
Unos cuantos minutos asi y me vine, él no tardo en llegar al climax y venirse una vez más.

Nos tumbamos en la cama, para que nuestras respiraciones se calmaran, en eso, este solto

Gojo: No se que tiene tu cuerpo pero es como si fuese un dulce que no puedo dejar de comer.

Me sonroje con eso asi que me levante y comencé a vestirme, en verdad queria que se fuera sino seguiríamos teniendo sexo toda la noche.
Por suerte entendió el mensaje y él tambien comenzo a vestirse cuando salio por la ventana, tal cual como entro, ni bien salio cerre la ventana con la traba. No queria sorpresas.

El tiempo paso, las misiones, los entrenamientos y exorcismos. El invierno llego pero aun asi salia a caminar por el enorme jardin de la escuela, mis manos se estaban congelando asi que volvi a mi habitación, en el camino me encontre con la sonrisa divertida de Itadori.

Itadori: Tienes la nariz roja, en donde estabas?

Tomo la manga de su buzo y la frotaba contra mi nariz para calentarla. Él tiene esos gesto dulces conmigo que me hacían sonreir.

T/n: Gracias. Que estabas haciendo?

Itadori: Nada, aburrido. Megumi no está y Nobara esta con Maki asi que no tengo a quien molestar.

Le dije que viniera a mi habitación, a beber algo caliente y a leer mangas, era algo que compartiamos además de ver películas.
Hablamos, me hacia chistes, leiamos y comiamos bocadillos, bebimos tanto que tuve que ir al baño cuando sali el pelirosa estaba mirando por la ventana.

T/n: Que pasa? Que miras?

Itadori: Nada, solo que ya es de noche.

Nos sorprendimos de lo rápido que paso el tiempo, me acerque a la ventana para cerrarla y correr las cortinas cuando me di vuelta el pelirosa tenía la mano en el pecho con una expresión rara.

T/n: Te sientes bien?

Cuando lo mire con atención unas líneas comenzaron a dibujarse en su cuerpo, me aleje, su mano tomo mi rostro

Sukuna: A donde vas? bocadillo

Golpee su mano para zafarme pero él siempre era más rápido.
Me tomo de la cintura con ambos brazos, presionandome contra su cuerpo. Sin pausa comenzo a besar mi cuello, mordiendolo.

T/n: Que crees que haces?? Sueltame!

Sukuna: Eres mi bocadillo, que crees que hago?

Caimos al suelo, este comenzo a tocar mis pechos mientras mordia mis labios.

Sukuna: Al fin puedo probar tu carne una vez más.