- ¡aquí está, aquí está! -
- ¿qué es lo que...? - las palabras de Saint fueron cortadas al ver aquella pequeña,pero elegante puerta blanca con diseños coloridos tallados y pintados a mano, haciendo juego con las paredes.
- ¿u-una capilla? - dos simples palabras que casi no pudo pronunciar por la opresión que sentía en el pecho. Al ver a Zee asentir sonriente, su corazón palpitó, se aceleró...
Zee tomó ambas manos de Saint, las acercó para besarlas; mirándolo a los ojos y con sinceridad, desde lo más profundo de su corazón, dijo:
- ¿Saint, quieres casarte conmigo? - un nervioso corazón hablaba, pero sin titubeos.
- pe-pero... tu y yo... - Saint habló con lágrimas naciendo en sus ojos que en cualquier momento caerían.
- aquí nadie nos conoce, aquí somos tu y yo, nada más... no somos hermanos, somos pareja, te amo, me amas... nos amamos. - Zee miraba con delicadeza a Saint, en ese momento tenían como carnaval sus emociones.
- sí. - dijo sin pensarlo más, asintiendo con la cabeza frenéticamente. - sí, sí quiero. - ya no pudo reprimir más las lágrimas, dejándolas salir, se balanceó sobre Zee para abrazarlo. La cabra es demasiado famosa por hacer cosas locas, ellos, ahora, la han superado, pero nada les importó más que su amor.
Saint, antes de separarse, besó la suave mejilla de Zee, se tomaron de las manos y se dirigieron dentro de la capilla, ambos observaron las espléndidas pinturas en las paredes y techo, las sillas adornadas con flores bancas y entre ellas, destacando las azules. Al ver la hermosa decoración del interior de la capilla, Saint sintió culpa por cómo iba vestido, jeans rotos y para acabar, camisa negra. Sus pensamientos se esfumaron al sentir el agarre de Zee fuerte, y de la nada, Zee detuvo su caminar.
- ¿pasa algo? - preguntó Saint.
- antes quiero que sepas que... - Zee no quería hablar, pero debía hacerlo, no quería seguir manteniéndolo oculto. Bajo la atenta y preocupada mirada de Saint, habló.
- Bow, sabe sobre lo nuestro. - dijo sin soltar a Saint.
- ¿qué? - dijo perplejo.
- tiene un video y me está amenazando con colgarlo si no la acepto. - explicó, Saint soltó la mano de Zee para llevarla hacia la frente, para después cubrirse el rostro, se sentó en una de las sillas, ahora entendía el semblante de preocupación que Zee tenía días atrás.
- Bow no haría eso, es caprichosa, pero es nuestra amiga y no creo que les haría daño a sus amigos. - habló Saint después de un largo e incómodo silencio, Saint creyendo en su amistad, no quiso batallar pensando en Bow, él solo quería casarse en ese momento.
- yo no estaría muy seguro de eso. - dijo Zee poniéndose de cuclillas frente a Saint.
- hablaremos con ella mañana, ella entenderá. - Saint colocó ambas manos sobre los hombros de Zee, No hay conflicto que no se resuelva hablando, le explicarían a Bow las circunstancias, ¡claro que ella comprendería!
- pero... -
- ¿quieres arruinar el día de mi boda o es que ya te arrepentiste? - Saint interrumpió a Zee con el ceño fruncido, hablar con Bow no era gran problema.
- no, por supuesto que quiero casarme, pero... -
- sin peros, no quiero quedar vestido y alborotado, me has ilusionado y ahora me cumples. -Saint no dejó que Zee hablara más. - hablaremos con ella mañana. - agregó besando la frente de Zee.
- primero busquemos a alguien que pueda casarnos. - dijo Zee sonriente.
- sé por qué están aquí y sé que están sin el consentimiento de sus padres. - escucharon y buscaron a la persona que había hablado, encontraron a un hombre anciano de barbas blancas y el poco cabello que le quedaba en la cabeza del mismo color, vestido con un alba negro y cíngulo rojo. Al ver de quién se trataba, ambos chicos que pusieron de pie y saludaron.
- padre, nosotros... - el que habló fue Zee y de inmediato tomó la mano de Saint y continuó. - queremos casarnos. -
- sin querer escuché su conversación, he escuchado que sus padres no lo saben y que lo suyo es prohibido... tienen agallas al querer casarse. - dijo antes de sonreír.
- ¿entonces, usted no puede casarnos? - preguntó Saint, un poco desanimado.
- iremos a otro lado. - dijo Zee.
- ¡ja, ja, ja, qué niño! Las bodas son algo común, pero su caso es especial... el amor es desinteresado, solo debe ser entre ustedes dos y nadie más, si mamá, papá o el mundo entero se opone, si su amor es verdadero, triunfará sobre todo mal. Ustedes son jóvenes y creo que conocen la historia de san Valentín, lo admiro y sigo sus pasos, por lo que sí puedo casarlos, siempre y cuando su amor es verdadero. - habló, dándole tranquilidad a ambos chicos, aunque desconocían esa historia.
- sí, es genuino, verdadero y para siempre. - dijo Zee viendo con ojos de amor a Saint.
- ¿estás seguro? - la pregunta fue dirigida hacia Saint y este, sin titubear dijo que sí.
- entonces, síganme. - ambos chicos caminaron detrás del sacerdote que se dirigía al altar.
- arrodíllense. - dijo el sacerdote y se retiró en silencio, ambos chicos se arrodillaron sobre el reclinatorio, no mucho después el sacerdote regresa con una caja de madera y la colocó sobre el atril.
- ¿tienen anillos? - preguntó poniéndose su estola. -si no tiene les daré unos simbólicos. -
- sí tenemos. - Zee hurgó en los bolsillos de su bolso que tenía al lado, sacando una cajita dorada que contenía un par de anillos.
- ¿de dónde sacaste eso? - preguntó Saint, pero Zee no pudo responder por el 'sshh' del sacerdote, por lo que solo se encogió de hombros, agradecido de que lo haya salvado la campana, si le decía a Saint que se había gastado, prácticamente todos sus ahorros en esos anillos, no sería de su agrado.
El sacerdote sacó de la caja de madera un pequeño libro, y dijo, dando instrucciones. - estos son los votos, aquí dirás tu nombre y aquí la de él. -
También sacó una bolsita roja que contenía monedas. - cuando estés diciendo los votos, le pasarás las monedas lentamente y le colocarás el anillo y viceversa. Esto es lo único que puedo hacer por ustedes. - explicó el sacerdote a los chicos.
- ¿están listos? - preguntó y ellos asintieron.
- comencemos. - dijo colocándole a los novios el lazo, comenzó con un largo sermón, el típico sermón de las bodas. Al finalizar le dio señal a Zee para que comenzara con los votos.
- yo, Zee te acepto a ti, Saint como mi esposo y prometo serte fiel en lo próspero y en lo adverso, en la salud y en la enfermedad, amarte y respetarte todos los días de mi vida, hasta que la muerte nos separe. - dijo e hizo al pie de la letra lo que el sacerdote le había dicho.
Al terminar Zee, el sacerdote dio señal para que Saint comenzara.
- yo, Saint te acepto a ti, Zee como mi esposo y prometo serte fiel en lo próspero y en lo adverso, en la salud y en la enfermedad, amarte y respetarte todos los días de mi vida, hasta que la muerte nos separe. - dicho y hecho, Saint terminó con los votos.
Con gran alegría y a viva voz, el sacerdote dijo:
- lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre. Los declaro esposos, pueden besarse. - comenzó a aplaudir.
Se pusieron de pie, tomados de las manos, se fueron acercando hasta que sus labios chocaron, rozándose suavemente, sellando así el pacto de amarse para siempre, jurándose amor eterno.
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UNA MALDITA HISTORIA DE AMOR
Fanfiction... escucha ... ... esto es una verdadera tragedia ... NOTA: 👀 ❇️ lee con responsabilidad. ❇️ capítulos cortos. ❇️ ¿actualización? no lo sé 🤷 ❇️ siéntete cómodo y disfruta.