CAPÍTULO .34.

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- no está, busqué en toda la escuela y Zee no está aquí, debió haber ido a otro lugar. - Burat hablaba al móvil, calmando a su amigo desesperado, mientras buscaba con la vista a Zee por la entrada de la escuela, pero no lo encontró.

- ¿estás seguro de que Saint asistió a clases? - Kirán pregunta, era probable que Zee iría en busca de Saint y eso le aterraba sin razón alguna.

- iré a ver. - dice dirigiéndose al salón de clases de Saint, todo para calmar a Kirán.

- ¡hey, espera! - dijo al ver al presidente del consejo estudiantil. - Saint es tu compañero de clases, ¿cierto? - preguntó.

- sí, él fue al baño. - dijo señalando la dirección de los baños. - director, aprovecho para darle el reporte de asistencia. - dijo entregándole aquellas hojas y luego apartarse.

- el reporte. - dice Burat, revisando, buscando el nombre de Saint.

- Kirán, el consejo estudiantil pasó de salón en salón revisando la asistencia y Saint no tiene falta. - dice viendo marcado el nombre de Saint, pero ¿quién iba a pensar que Ohm era el presidente del consejo estudiantil?

- eso me tranquiliza, ahora solo queda encontrar a Zee. - Kirán suspira aliviado al escuchar que Saint se encontraba en la escuela, al parecer Zee había cumplido su palabra.

- encárgate de encontrar a Zee, yo iré al ver a Saint. - dice Burat, dirigiéndose a la dirección que le dio el presidente del consejo estudiantil, los baños.

- ¡director, director! - escuchó al presidente del consejo estudiantil gritar mientras corría detrás de él.

-sí. - Burat detiene su paso.

- necesito su firma. - dice Ohm entregándole una gran pila de documentos.

- ve y déjalos sobre mi escritorio, te los enviaré después. - dice Burat, queriendo ir al encuentro de Saint, pero es detenido por Ohm

- necesito estos con urgencia... es para poder proceder con los castigos de los que llegaron tarde, los que no usaron el uniforme, los que estaban durmiendo y jugando con su móvil en clases. - explica insistente, señalando unos papeles.

- de acuerdo... préstame tu espalda. - dice Burat comenzando a firmas los documentos de urgencia.

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- ¡vamos, Zee, vamos! ¡hazlo ya, que del suelo no pasas! - Zee, quien estaba de pie sobre la barda que separa la escuela de la calle, se estaba animando a sí mismo para saltar, ya que, por la puerta principal, por la que había entrado, no podía salir, ya que el director se encontraba rondando por ahí.

- vamos, que de los cobardes nada se ha escrito... ¡jerónimoooo! - grita dejándose caer, saltando aquella barda alta.

- estoy bien, estoy bien, sigo vivo. - se consoló al sentir dolor en su cuerpo por la caída, especialmente, sus pies dolían. Sin darse tiempo a lamentarse se echó a correr, no iría a su nueva escuela, ya que su padre estaría ahí, por lo que decidió regresar a la casa del director, con la respiración agitada, llegó frente aquella casa, entró y se dirigió a su habitación.

Tumbándose sobre la cama, sacó de su bolsillo la corbata que Saint no había encontrado, se la llevó a su nariz y aspiró su delicioso aroma, recordando el rostro sudoroso de Saint gimiendo, subiendo y bajando sobre él.

- ¿no has tenido suficiente? - susurró al sentir la erección entre sus pantalones, se levantó de la cama y se dirigió al cuarto de baño, en poco Bow estaría en casa y quería darse una ducha antes de verla, además, debía atender a su pequeño amiguito.

Al salir de la ducha, Zee vio que tenía una llamada entrante, su móvil estaba en modo silencio, por lo que no lo había escuchado sonar, sin embargo, la pantalla estaba encendida.

- ¿dónde éstas? - fue lo primero que escuchó en cuanto atendió a la llamada, Kirán estaba molesto.

- estoy en un rincón fumándome un cigarrillo. - dijo acostándose boca abajo sobre la cama.

- Zee, no juegues conmigo, no me obligues a irme de la ciudad... - Kirán habló molesto, llevaba horas intentando comunicarse con Zee, lo había buscado como loco, pero su preocupación se disipó al saber que Saint se encontraba en la escuela.

- estoy en la cárcel en donde me encerraste. - dice Zee, enredando sus dedos entre su cabello.

- ¡Zee! - grita Kirán.

- ya, cálmate, no he hecho nada malo, estoy en la casa del director. - aclaró ante el grito.

- Zee, has las cosas bien... -

- sí, sí, lo haré, lo haré y tú cuida bien de Saint. - Zee interrumpe a Kiran. - te dejo, tengo cosas que hacer. - dice viendo la hora.

- Zee, espera.... - Zee finalizó la llamada, no queriendo escuchar más sandeces de su padre.

Se dirigió a la habitación de Bow, ella estaría por llegar y tenía cuentas pendientes con ella, entró y esperó por ella.

- me, me asustaste, ¿qué haces aquí? - dice Bow al abrir la puerta y ver a Zee parado dentro con los brazos cruzados.

- ¿tú qué crees? - dice Zee acercándose con lentitud, viendo a Bow permanecer estática en su lugar, él apartó la mano de Bow de la perilla de la puerta para poder cerrarla y ponerle seguro.

- Bow, ¿sabes que eres detestable? - susurró detrás del oído de Bow, haciéndole sentir escalofríos.

- ¿por qué le avisaste a mi padre que me salté las clases? - preguntó, girando a Bow con fuerza.

- yo, yo no hice nada, no sé nada. - dice Bow, la mirada y enojo de Zee, la puerta cerrada con llave, las luces apagadas, la obscuridad del lugar, le hizo sentir miedo.

- ¿no? - Zee ladea la cabeza, dando un paso y Bow retrocediendo.

- entonces ¿cómo se enteró mi padre? - preguntó acercándose, teniendo a Bow temblando.

- no lo sé, yo no fui. - susurró con miedo.

- por tu puta culpa no pude ver a Saint. - mintió empujándola sobre la cama. La gravedad hizo lo suyo, ella cayó sobre la cama, dejando sus piernas descubiertas.

- ¿por qué te metes en donde no te importa? - habló, poniéndose a horcajadas sobre Bow.

- Zee, no. - pidió al sentir la mano de Zee recorrer su pierna, subiendo con lentitud.

- ¿por qué no? ¿no es lo que buscas? - dijo Zee sonriendo, mientras bajaba la ropa interior de Bow.

- Zee, no... ¡mamá! - de pronto gritó y comenzó a llorar. - ¡mamá! - gritó por ayuda entre llanto.

- ¿qué? ¿quieres que tu madre me vea follarte? - preguntó posando su mano sobre el pecho de Bow, apretando con fuerza.

- ¡aléjate, vete, suéltame! - Bow golpeó con fuerza a Zee, pero este no se apartaba.

- ¿adónde vas? ¿no te gusta? - dijo jalando de las piernas de Bow cuando esta intentó escapar, de paso acariciándole las piernas.

Al estar en medio de las piernas de Bow y al asegurarse que no pudiese escapar, rompió la camisa de Bow, haciendo todos los botones saltar, desnudándola, dejando al aire libre los pechos de Bow, recibiendo golpes de parte de Bow, tomó ambas manos y las llevó sobre la cabeza de Bow, sintiendo su cuerpo tiritar debajo de él. Fijando la mirada en Bow, que derramaba lágrimas, mojando sus mejilla y cuello, y con lentitud se acercó, hundiéndose en su cuello y hombro.

UNA MALDITA HISTORIA DE AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora