- papá... ¿no te preocupa que mi amor por ti cambie? - las palabras de Saint lo dejaron sin habla, ¿en verdad podría cambiar su amor? eso no era posible.
- no, porque sigo siendo tu padre y si eres inteligente, me lo agradecerás en un futuro. - dijo Kirán quitándose el mandil que llevaba puesto - date un baño antes de comer. - dijo retirándose.
- papá, quisiera odiarte, en verdad quiero odiarte. - Saint toma su bolso y corre hasta la habitación de Zee, en donde permanecía su agradable olor, en esa habitación Saint se sentía cálido y protegido, aún con el vacío que sentía dentro.
- Zee, te echo de menos, por favor vuelve. - Saint camina hacia la cama, metiéndose bajo las sábanas.
- ¡Saint a comer! - Kirán llamó y esperó a que su hijo apareciera, pero Saint no lo hizo. Seguía preocupado por las palabras de Saint, pero el berrinche pronto se le pasaría, se movió de su lugar y caminó hasta la habitación de Saint, llamó a la puerta y al no obtener respuesta, entró, pero al no verlo corrió hacia el cuarto de baño, un escalofrío aterrador recorrió su espalda al no encontrarlo por ningún rincón de su habitación.
- ¿se habrá escapado? ¿a dónde habrá ido? no, no pudo haberse escapado, su ropa sigue intacta, no se llevó dinero, sus cosas siguen aquí... - habló consigo mismo hurgando en los cajones de Saint, viendo que todo se encontraba en orden, pero ¿dónde está Saint?
- Zee. - sin pensarlo dos veces, corrió hasta la habitación de enfrente, la habitación de Zee, abrió la puerta y en cuanto esta se abrió un ruido sordo inundó la habitación, una lámpara de noche había impactado contra la puerta.
- ¿qué haces? - preguntó, pero Saint seguía aventando objetos y adornos de mesa hacia él. - ¡detente! - gritó.
- ¿dónde está Zee? - preguntó desde la cama. - dime a donde se fue. - habló tirando lo primero que encontraba, sin importar si llegaba a herir a su padre.
- ya te dije que Zee no estará... -
- ¡¡AAAHHH!! - Saint gritó cuando su padre hablaba. - dime a dónde... - dijo con furia, apretando el oso de peluche que tenía en sus manos. - ¡lo mandaste! - gritó tirándole el osito.
- ¿crees que te diré en el estado en el que te encuentras? estás demente. - dijo Kirán recogiendo las pendas, intentando no lastimarse con los fragmentos de cristal que había en el suelo.
- no, tú estás demente, ¿qué pretendes con hacerme esto? ¿matarme? - preguntó Saint con los ojos gigantescos y cabellos alborotados.
- déjate de juegos... después de comer, limpiarás aquí. - dijo perdiendo la paciencia.
- ¡vete, vete, no quiero verte! - Saint comenzó a tirarle almohadas y sábanas, Kirán accedió a salir, hablar con Saint era imposible en ese momento.
- ¡vete! - gritó, moviéndose con locura.
Las horas pasaron y Saint no había probado bocado alguno, por lo que preocupado fue a probar suerte.
- Saint. - llamó.
- vete, déjame solo, déjame en paz. - escuchó a Saint desde el otro lado de la puerta, parecía más clamado que hace horas atrás.
- ¿no comerás? - preguntó.
- ¿qué importa si lo hago o no? solo comeré con Zee al lado. - Kirán intentó entrar, pero notó que la puerta estaba asegurada.
- bien, sigue con tu huelga de hambre. - dijo antes de retirarse, los berrinches de Saint no duraban más de un día, aunque este no era cualquier berrinche, pero mañana sería un nuevo día.
A la mañana siguiente, como de costumbre, Kirán preparó el desayuno para Saint, vio el reloj, era tarde y Saint no aparecía en el comedor, Kirán sintió la ausencia de las risas de sus hijos, sintiendo un silencio en casa, silencio que le dio miedo.
- ¡Saint! - escuchó a su padre llamar, pero su llamado no hizo que se moviera de la cama, su cabeza explotaría.
- Saint, llegarás tarde. - su padre volvió a hablar y él lo ignoró, se sentía cansado, sin ganas de nada más que quedarse en cama y dormir, con esperanzas de abrirlos ojos y ver a Zee al lado.
- Saint. -volvió a llamar y lo que recibió fue un silencio. - bien, quédate ahí, pero no te acostumbres, no es el fin del mudo, tienes que seguir. - dijo marchándose, Saint se había saltado dos comidas el día anterior y él y el hambre eran enemigos jurados, por lo que tarde o temprano Saint saldría de la habitación y Kirán esperaría por él.
Esperó a que su hijo saliese de su habitación, pero eso no sucedió, el sol estaba a punto de caer, las cortinas blancas se tornaron rojas por los rayos del sol y la casa seguía tan, pero tan vacía y silenciosa.
Buscó las llaves de repuesto, al encontrarlas fue hasta la habitación en donde se encontraba Saint, entró y lo vio acostado, acurrucado en posición fetal.
- Saint, sabes que te amo y no me gusta verte así. - dijo acercándose a la cama, en donde se sentó.
- debes alimentarte, cuidar de tu salud para no enfermarte. - Kirán acarició la cabeza de Saint, sintiéndolo suspirar.
- papá, si en verdad me amas, déjame ver a Zee. - dijo Saint volteando con su padre, posando su cabeza sobre su regazo.
- haré lo que me pidas si me dejas verle. - Saint trató de convencer a su padre.
- entiende que... -
- entiende tú que lo amo... nos amamos. - dijo alejándose de su padre, acostándose, dándole la espalda.
- tu cumpleaños es mañana, ¿quieres algo en especia? - Kirán preguntó acercando su mano para acariciar a Saint, pero este al sentir su tacto se apartó.
- sí, quiero a Zee. - habló hundiéndose en la almohada.
- iremos a visitar a mamá. - dijo poniéndose de pie. - iré por algo de comer. - dijo saliendo de la habitación.
- quiero ir con Zee. - dijo Saint llorando.
Kirán se dirigió a la cocina para prepararle sopa, se había saltado ya muchas comidas, por lo que le prepararía algo ligero. Al volver, lo encontró en la misma posición en que lo había dejado, acurrucado, abrazando con fuerzas las sabanas. Se acercó y vio algo que no había notado en Saint, sus labios y mejillas habían perdido su color y una oscura mancha había aparecido debajo de sus ojos, se veía demacrado, pálido y destrozado, a Kirán le dolió ver a su hijo así, él había matado las mariposas que Saint tenía, sus ilusiones y tal vez, quizás su inocencia, llegándose a cuestionar si mantener lejos a Zee era lo correcto, si ver a sus hijos sufrir era lo correcto.
- mi niño, tienes que ser paciente y esperar. - acarició y besó la cabeza de Saint antes de despertarlo y obligarlo a comer. Saint se negaba, pero Kirán lo dejó en paz cuando se terminó el plato de sopa y el vaso de chocolatada.
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- Saint, despierta, saldremos en una hora. - Kirán tocó la puerta de Saint al amanecer, pronto irían a visitar la tumba de su madre, por lo que debían salir temprano y darse prisa.Kirán se dirigió a la cocina para preparar comida para el camino, teniendo todo listo volvió a llamar, pero Saint no respondía, perdiendo la paciencia, Kirán fue a la habitación, a sacarlo usando la fuerza si era necesario, ya no podía soportar aquellos berrinches absurdos de su hijo, hoy era un día especia, además de ser el cumpleaños de los chicos, era el día en que honraban la memoria de la mujer que perdió la vida al darles vida.
- Saint, ya no voy a tolerar... - Kirán quedó impactado al verlo tirado inconsciente al pie de la cama, envuelto en sábanas con pastillas regadas sobre el suelo.
- Saint... no, no, no. - dijo alterado acercándose a él.
- por favor, Saint. - dijo entre llanto sacudiendo el cuerpo de Saint.
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UNA MALDITA HISTORIA DE AMOR
Fanfiction... escucha ... ... esto es una verdadera tragedia ... NOTA: 👀 ❇️ lee con responsabilidad. ❇️ capítulos cortos. ❇️ ¿actualización? no lo sé 🤷 ❇️ siéntete cómodo y disfruta.