UNA MALDITA HISTORIA DE AMOR

CAPÍTULO .24.

Era realmente hermoso ver a Saint dormir sobre su regazo, a pesar de estar dentro de un bus, Saint podía dormir sin problema alguno, ocupando más de tres asientos. Zee sonreía al sentir la suavidad del cabello de Saint en cada caricia, al enredarse entre sus dedos, pasó sus dedos sobre sus mejillas rojas y esponjosas, apetecible como si fuesen frutillas. Zee se sentía el hombre más afortunado al tener a un ángel entre sus brazos.

- Saint, despierta. - dijo Zee rozando su dedo sobre la punta de la nariz de Saint.

- mmmm. - se quejó Saint de mala gana. - ¿llegamos? - preguntó, sintiendo el viaje tan, pero tan corto, ya que horas atrás, se había sentido una eternidad.

Al estar ya fuera del bus, Saint vio la mano extendida de Zee, esperando ser tomada, pero Saint puso una cara de dolor.

- estoy tan cansado que no puedo caminar. - dijo Saint poniendo un puchero.

- descansarás cuando lleguemos a casa. - Zee sonríe, entendiendo a la perfección a Saint.

- me duele tanto la cintura que siento que me caeré en mil pedazos. - dijo poniendo sus manos sobre su cintura y sonrió al ver a Zee ponerse de cuclillas.

- ¿qué esperas para subir? - dijo Zee al no sentir el cuerpo de Saint. Esbozó una sonrisa al escuchar a Saint reír de alegría; cualquier cosa, si era por Saint, Zee estaba gustoso de hacerlo.

Zee se puso de pie con Saint en la espalda y comenzó a caminar, recibiendo un par de besos sobre la mejilla o sobre el cuello de parte del juguetón de Saint, pero no se quejaba, ya que le agradaba el roce de los labios de Saint.

- tengo hambre. - Zee escucha un susurro detrás de su oído.

- cocinaré algo delicioso para ti. - dice, acomodando a Saint sobre su espalda. Saint sonríe y posa su cabeza sobre el hombro de Zee, cerrando los ojos, sintiéndose tranquilamente feliz. A paso de tortuga, Zee llegó caminando hasta la puerta de su casa con Saint en la espalda.

- baja. - dice Zee estando de cuclillas dentro de su casa.

- no. - Saint sacude su cabeza en negación, aferrando sus piernas y brazos en Zee.

Ante la negativa, Zee se deja caer sobre el suelo, estando en el suelo, en un movimiento rápido, Zee cambia de posiciones, quedando él sobre Saint. Viendo la hermosa sonrisa en el rostro de Saint, se acercó para besarle la frente y mejillas.

- iré a cocinar. - dice queriéndose levantar, en un abrir y cerrar de ojos, ya estaba devuelta sobre el suelo, teniendo en su boca los labios de Saint, llevando su mano hasta el rostro de Saint y acarició su tersa piel.

- ¿qué hacen? - se escuchó una voz desde la puerta, que muy sumidos en su mundo, no escucharon la puerta abrirse.

- ¡papá! - alterados se pusieron de pie.

- ¿qué, qué haces aquí? - preguntó Zee limpiándose los labios.

- si no mal recuerdo, esta es mi casa. - dijo Kirán permaneciendo en la puerta.

- pero ¿y tus clases? - volvió Zee a preguntar.

- ¿dónde estaban? - Kirán ignoró la pregunta de Zee al ver el nerviosismo en ambos.

- ¿nosotros? - preguntó Saint, pregunta que hizo que su padre frunciera el ceño.

- estábamos en la biblioteca... si quieres pregúntale a Christ, la acabamos de dejar en casa. - dijo Zee de repente.

- chicos, pasen, están en su casa. - dijo dejando pasar a Ohm y Christ.

- es raro que ellos me hayan dicho algo diferente. - dijo Kirán cerrando la puerta, viendo a sus hijos palidecer.