29. Está todo bien.

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Pasada una semana desde aquel viaje espontáneo al pueblo de Samantha, Maialen y ella habían pasado muchas cosas.

Samantha tuvo que poner al día a la morena, le contó lo que había pasado con Flavio y esa semana cómo iba evolucionando todo. Ambos se veían muy pillados, ellos y cualquier persona ajena a la relación lo podía ver, era algo que chillaba en silencio.

Quedaron todas las noches de esa primera semana, todas. No pasaron una sin verse, daba igual que fuese una hora o fuesen varias las que pasasen sentados en su banco o dando vueltas por Madrid. Les daba igual siempre que la compañía del contrario fuese la que tenían.

Maialen también continuaba saliendo con Bruno, siempre que podía salía y llevaba consigo a Murphy. La relación entre estos dos iba unos pasos por delante de la de Samantha y Flavio, eran cosas diferentes. Al principio a Maialen el formalizar la relacion no era algo que le importase demasiado, no creía que el colgarse la etiqueta de novios iba a cambiar nada, y no se equivocaba, pero en cuanto el chico se lo pidió una tarde cualquiera en casa de este, no evitó emocionarse y reafirmarse en que quería mucho, muchísimo, a ese chico.

A Maialen y Bruno les iba todo bien, no habían tenido ningún problema, puede que porque fuese el principio de la relación o, al contrario, porque cuando aún no era relación la habían ido construyendo casi sin darse cuenta.

Samantha pasó esa semana totalmente pegada al móvil hablando con Flavio. No dejaban de hablar, salvo cuando Samantha estaba trabajando, pasaban horas y horas hablando, se llegaban a dormir bastante tarde aunque tuviesen que madrugar.

Pasaba tanto tiempo con el móvil, trabajando o saliendo con el chico que el tiempo que estaba en casa a penas lo pasaba con Maialen.

"—¿Podemos ver una película juntas? A penas hemos estado juntas esta semana, entre que yo salgo y tú también— le dijo Maialen con la intención de pasar tiempo con su compañera.

—Vale, elige la película tú, que soy muy indecisa.

—Vale, pero ayúdame.

La chica se paseó por el catálogo de películas de Netflix, encontró un par que le gustaban y lanzaba preguntas a la rubia que, con la mirada pegada al móvil, le contestaba con monosílabos.

—Mañana me caso, te invito a la boda.

—Sí.

—¡Sam! No me estás escuchando.

—Perdón, perdón.

—Nada. ¿Vemos otro día la película?

—Como prefieras.

—Mejor."

Y en ese momento, la relación entre las dos chicas se basaba en posponer películas o cervezas en una terraza del centro, comidas rápidas porque alguna de más dos salía o cenas mientras la otra, en general Maialen, había caído dormida en el sofá en espera de la contraria.

Ese viernes no le hizo ni falta ni esperar a la rubia en el sofá dormida, puesto que Samantha se quedaba a dormir con Flavio en su piso.

Mai, voy a dormir en el piso de Flavio, mañana no trabajo, comeré en casa.

Vale, yo no estaré.

¿Por?

La Liada || FlamanthaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora