Un cuento y una batalla.

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Durante la tarde tuvieron más actividades. Los niños y niñas mayores hicieron un partido de vóley con Zhen Wen en un equipo y Yu Hao y Zi Xuan en el otro. XingChen se quedó con los pequeños y otros monitores como público, de cuando en cuando sentía cómo vibraba el teléfono y llegaba otro mensaje de Song Lan. No quería hablar con él, se sentía muy mal en aquellos momentos. Zichen lo había traicionado aunque no hubiera nada romántico entre los dos. Además se sentía mezquino con respecto a Zi Xuan que no quería hablar con él de lo que había ocurrido. Intentó despejar todo aquello de su cabeza y se centró en animar a su equipo que iba ganando contra el de Yu Hao.

—A ver mis chicas, que no me animan y por eso pierdo—Zi Xuan buscaba el griterío de las pequeñas peluqueras que en realidad animaban a todo el mundo.

—Vas perdiendo porque eres un negado, que pareces una oveja modorra.—Zhen aprovechaba cada ocasión para meterse con su hermano menor, así que cada dos por tres todo el mundo se estaba riendo por una cosa o por otra.

Todo aquel ambiente  terminó por mejorar el estado de ánimo de XingChen. Antes del anochecer llevaron a los pequeños a ducharse, lo que les llevó bastante rato y después cenaron todos juntos. Para terminar el día, se sentaron en torno a la hoguera que había hecho Yu Hao y comenzaron a contar cuentos. Todos los pequeños buscaban sentarse con los dos hermanos y hubo una pequeña discusión hasta que Zi Xuan elevó la voz y todos obedecieron.

—¿Vas a contarnos un cuento de Zi Xuan y Zhen Wen geges?

—¿Y por qué no empieza primero  XingChen gege?—dijo Zi Xuan con malicia para molestar al doctor.

Xiao XingChen arqueó una ceja al ser tomado por sorpresa. ¿Contar un cuento él? Nunca había sabido hacer tal cosa. Recordaba en la casa ataúd con A-Quin lo mal que había quedado ante ella y Xue Yang. Pero por otro lado vio una oportunidad de sacar información de las circunstancias. Podía contar una historia que hiciera reaccionar a Zi Xuan y de paso pedirle disculpas.

—Está bien. Vamos a ver...mmmm. Bien, había una vez un niño ciego que iba por el bosque.

—¿Por qué estaba ciego?—preguntó uno de los niños.

—Pues...había nacido así—hablaba disimulando que  miraba a Zi Xuan para ver si reaccionaba. De momento solo atendía despreocupado a la historia mientras removía el fuego con un palo. ¿Podía definitivamente descartar que era  Xue Yang con lo de los caramelos? No lo sabía, ni tampoco sabía si quería que lo fuera o no. Se convenció de que todo era por seguridad.—Un día iba por un bosque y oyó un pequeño quejido de un animal. Se acercó y tocando descubrió algo que le pareció un perro. Parecía que el pobre estaba herido.—Zi Xuan no reaccionaba en absoluto.

—¿El perro era bonito?

—El perro se parecía a  Zhen Wen gege, más feo que el culo de una mona—apuntó Zi Xuan desde en frente en su lugar.

Los niños empezaron a reírse y Zhen Wen hizo amago de tirarle una piedra que tenía a sus pies.

—Se parecía a ti, idiota.

—Bueno, el niño era ciego y no lo sabía, podría ser muy bonito o muy feo.— XingChen se obligó a no reírse. Si en algo sí se parecían Zi Xuan y Xue Yang era en la capacidad de arrancarle una sonrisa o una carcajada.—El niño lo cuidó con cariño hasta que mejoró pero el perrito se quedó con él mucho tiempo más. El niño hizo cosas que molestaron al perrito y el perrito se enfadó con él, ya no quería jugar con el niño.  Un día, iba paseando por un pueblo cercano y alguien le dijo al niño que por qué iba paseando a un lobo. El niño no entendía lo que le decían, el tenía un perro abandonado, no un lobo, pero más y más gente le decía lo mismo. El niño al final se fue de allí y le preguntó al perro si era un lobo. El perro obviamente no habló pero se sintió muy triste por saber que si el niño descubría que era un lobo en realidad, lo echaría para siempre, así que rabioso hizo una cosa muy fea. Como no confiaban en él, le mordió en la mano y se fue huyendo. El niño se puso triste pero entendió.

Redención 2. El Rey BlancoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora