La primera vez que Xue Yang apareció siendo Zi Xuan, tardó veinticinco años en despertar. Durante todo ese tiempo tuvo la oportunidad de ser la persona que debió ser la primera vez que Xue Yang existió en el mundo. No sufrió en su infancia tanto como para tener un trauma que lo transformara en el psicópata en el que se convirtió. No tuvo que defenderse de un mundo hostil que lo atacaba sin piedad y en el que tenía que responder con la misma contundencia, o matas o te matan. Tras los veinticinco años de una vida normal, Xue Yang despertó por tres meses. Aunque empezó siendo violento y descontrolado, aquellos recuerdos como Zi Xuan, aquella vida normal junto a tener a XingChen a su lado, amainó la tempestad que era. Solo cuando perdió su razón para existir, volvió a ser el huracán vengativo y sanguinario que fue en su primera vida.
Pero en esta segunda ocasión no fueron veinticinco años de tranquilidad, solo fueron doce. Era un niño inquieto y travieso que buscaba las alturas continuamente para divertirse hasta que un paso fatídico, le hizo caer de un tejado a bastante altura. El tejado de la iglesia Chaomei era un lugar donde los chicos de la ciudad demostraban qué tan valientes eran de entrar a una casa encantada y para Zi Xuan no hubo dudas en aceptar el reto. Justo en ese preciso momento, a miles de kilómetros, un chico de catorce años caía en un lago semihelado y despertaba como el daozhang blanco. Zi Xuan inconsciente en una cama de hospital también escuchó por su parte la voz que lo despertaba y como le avisó en aquel limbo, tomó conciencia de quien era en realidad.
No pudo asimilarlo como lo hubiera hecho en una edad adulta, por eso le costó mucho controlar lo que tenía dentro de él. Poco a poco aceptó su terrible destino que era muy diferente al de cualquier niño de su edad y trazó su propio plan. Con los recuerdos de la primera vez que fue Zi Xuan, fue buscando a las personas con las que tuvo relación en aquel entonces. Por eso defendió a Wen Hai en el instituto, para tener cerca al anciano y controlar sus movimiento, para que no matara a Hanna ni respaldara los movimientos del asesino de XingChen. También buscó a Zhen Wen y le contó lo que pasaba. Necesitaba un aliado en todo aquello porque le venía demasiado grande la situación que estaba por venir. Zhen Wen le tomó por loco, pero cuando el Maestro Wu le confirmó lo que Zi Xuan decía no dudó en ayudarlo. También vio llegar a su vida a Anne, con la que se sentía muy en deuda por toda la felicidad que le dio antes de que llegara XingChen, pero no podía amarla como lo hizo en el pasado.
El último recuerdo que tenía de su primera vida como Zi Xuan fue el disparo de Song Lan que lo llevó a un estado casi vegetativo. Durante ese tiempo solo tenía un esbozo de estar con XingChen que le entrelazaba los dedos en una penumbra perpetua, en un lugar frío y solitario. Incluso sin saber que Anne estuvo por años intentando sacarlo de aquella institución, de salvarlo de la tortura de aislamiento en la que le tenía Song Lan, se sentía muy en deuda con ella. Por eso accedió a darle algo del amor que demandaba en encuentros esporádicos que intentaba cargar de ternura y pasión. Pero no podía hacer más, no podía engañarla con una relación seria cuando su corazón era completamente de XingChen.
XingChen aparecería tarde o temprano, pero temía que si de primeras descubría que era Xue Yang, lo rechazara para siempre. El último recuerdo de su daozhang fue el sonido de Shuanghua estrellándose contra el suelo tras cortar su cuello, el sonido de su risa burlándose de él. XingChen no sabía todo lo que pasó después, ni tampoco que habían tenido una vida juntos donde se amaban como nadie lo había hecho jamás.
Su daozhang no sabía el cambio que había provocado en él, que haría cualquier cosa con tal de encontrarlo y hacerle feliz. Eso XingChen no lo sabía y no podía arriesgarse a que no le diera tiempo a demostrárselo. Por eso mismo ocultó un detalle primordial que le hubiera delatado bastante, los caramelos. Hizo lo que le pidieron pero no del todo y por eso, aquella mañana temía haber cometido algún error en todo aquel largo proceso que había comenzado cuando apenas tenía doce años.
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Redención 2. El Rey Blanco
FanfictionEl juego comienza de nuevo, la rueda se pone en marcha y las piezas del tablero buscan su lugar por enésima vez. Se ha doblado la apuesta, el reto es más arriesgado pero en esta ocasión hay una diferencia importante: Mueve el rey blanco y tiene vent...