Xuanwu no recibió ninguna queja de Sukhotwat por la partida fallida contra Gao Huang. En realidad había sido error suyo que por codicia había cambiado la presa y al final había perdido. En cualquier caso la organización estaba atendiendo a otro problema que tenía que resolver cuanto antes y tenía que ver con Li Xian.
El profesor Zhong les había informado todo lo referente al cirujano y su episodio de sobredosis, también sobre el incidente con el hospital Tiantan Puhua que había reclamado un hígado que nunca llegó. Los ojos de la comisión de trasplantes estaba sobre el hospital de XingChen y Li Xian y las cosas se estaban poniendo difíciles para abastecer el mercado. Ahora había otro problema más, el intento de suicidio de su cirujano estrella. Xuanwu no sabía que lo que había llevado a Li Xian a esa situación, era la presión extrema que Zhong estaba realizando sobre él, pero eso no significaba que la red no estuviera molesta por los resultados y ahora estuvieran presionando al profesor.
Aunque Xuanwu no estaba asentada en la capital, tenía un pequeño equipo para llevar los incipientes negocios que estaban realizando por allí. Eran a muy pequeña escala, algo que no molestara a otros tiburones más grandes que ellos que sintieran una intrusión en su territorio. Salvo el tráfico de órganos que no parecía estar en manos de ninguna de las grandes redes de delincuencia, el resto de actividades delictivas estaban a cargo de organizaciones como la banda Wen y ahí no podían aspirar, solo no molestar para no verse devorados por los grandes tiburones.
Ya que habían puesto su bandera en ese mercado del tráfico de órganos, no lo dejarían escapar, pero había que ir con cuidado. Ahora lo primordial era ver cómo recuperar a Li Xian para el negocio cuanto antes y no lo tenían fácil. Zhong estaba en una situación delicada y había que dar explicaciones.
—¿Me estás diciendo que el cirujano ha intentado suicidarse?
—Si...bueno, es un poco inestable, ya se sabe, estos jóvenes.
—Te dijimos que lo vigilaras bien, Zhong. Es el tercer fallo en este asunto.
El profesor comenzaba a sentirse realmente incómodo en aquella habitación de hotel donde se había concertado la reunión. Sentado frente a Gu Cheng, el hombre de Xuanwu en la capital que estaba escoltado por dos tipos de su entera confianza, se podría decir que sudaba sangre. Al menos no sabían que la causa de esa metedura de pata de Li Xian había sido culpa suya. No se había podido controlar ante la sumisión del joven cirujano, llevaba tiempo en el que sus más oscuros instintos pervertidos se empeñaban en descontrolarse y Li Xian con su aspecto quebradizo, delicado y temeroso no ayudaba mucho.
—Tiene razón, es culpa mía, tendría que haberlo vigilado mejor.
Gu Cheng agarró la taza de té que tenía frente a él y se la tiró a la cara al profesor que notó cómo una brecha sobre su ceja comenzaba a sangrar. No se movió ni un centímetro, ni siquiera para quitarse la sangre que le caía por el ojo.
—Creo que no te queda claro que no queremos perder a ese cirujano. Es perfecto para nuestros intereses. Parece que no ha roto un plato en su vida y no es ambicioso. Además está bien pillado con el asunto de su padre, lo que me hace pensar...—Se levantó y se colocó por detrás del profesor que respiraba con mayor intensidad notando el peligro a su espalda—Si tú no has tenido nada que ver.
—No señor Gu, nada que ver.—Tragó saliva.
Si algo sabía Gu Cheng era sobre los gustos del profesor, no tenía ninguna duda de que se estaba descontrolando y habría intentado propasarse con aquel bello joven. Le agarró del pelo por detrás y tiró con fuerza hasta poder ver la mirada de terror del profesor clavada en la suya.
—Fíjate que yo creo que sí que tienes mucho que ver ahí. Escúchame pedazo de mierda, si quieres presas las buscas en otro lugar, ni se te ocurra poner tus zarpas sobre nuestro activo. Si me entero que has tenido algo que ver con esto, que has puesto en riesgo nuestro instrumento para ganar muuucho dinero, te vamos a sacar todos los órganos a ti. ¿Te queda claro?
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Redención 2. El Rey Blanco
FanfictionEl juego comienza de nuevo, la rueda se pone en marcha y las piezas del tablero buscan su lugar por enésima vez. Se ha doblado la apuesta, el reto es más arriesgado pero en esta ocasión hay una diferencia importante: Mueve el rey blanco y tiene vent...