Zi Xuan sabía que eventualmente tendría que enfrentar con XingChen el que supiera que era Xue Yang en realidad. Su plan ahora era hacer que XingChen lo amara tanto que eso no importara, sin embargo sabía que sería un momento difícil. Pero lo que había hecho Song Lan se le clavó en la mente como un puñal. Eso había sido realmente rastrero, sobre todo porque no había nada de malo en lo que había hecho con Anne. Quería mucho a su amiga, muchísimo pero eso no podía competir de ninguna manera con lo que sentía por XingChen, ni de lejos. Nada era comparable con su amor por el daozhang blanco.
Sentados y abrazados en el salón de su apartamento, Zi Xuan besaba el pelo de XingChen mientras lo acariciaba.
-Esa foto es real, no hay manipulación más allá de que quien te la ha enviado, está inventando una situación que no existe.
-¿Por qué no me dijiste que la habías visto?
-No sabía que tenía que hacerlo. Anne fue mi amante, ni siquiera mi novia, pero más allá de eso es mi mejor amiga. La quiero mucho y si la besé no fue con una intención romántica. Si preguntas a Zhen Wen te dirá que a él también lo ha besado de esa manera muchas veces. Nadie puede hacer que deje de sentir lo que siento por ti, ni que lo ame como lo hago contigo. Te pertenezco por completo, eres mi dueño.
-Temí que para ti yo solo fuera algo pasajero y que quisieras volver con ella.-XingChen apretó su abrazo.
-Eso no ocurrirá jamás. Estaré contigo hasta mi último aliento. ¿Sabes que no tenemos nada para comer?
XingChen ahogó la risa en el pecho de Zi Xuan, ¡Vaya cara que tenía! Había intentado hacer la compra varias veces pero Zi Xuan terminaba por enredarlo para que permanecieran en casa, en la cama, en el sofá, aunque solo fuera como en ese momento, acariciándose y hablando.
Cerca de donde vivía Zi Xuan, había un supermercado de barrio que cubría todas las necesidades que tenía. Cuando se veía sin comida, cosa bastante habitual, simplemente compraba algo en un restaurante Tailandés que le quedaba de paso o lo que era más interesante, le lloraba a Zhen Wen para que le invitara a comer. Pero si tenía que comprar algo, ese lugar era más que suficiente. Tenía unos 6 pasillos no muy largos pero con estantes bastante altos así que cuando veía como XingChen se estiraba para coger algo que deliberadamente él había dicho que necesitaban comprar, le miraba desde lejos admirando su figura esbelta. Sin duda hubiera sido un buen jugador de vóley. Eso le dio una idea interesante, enseñarlo a jugar para tenerlo en su equipo en el próximo campamento. O mejor en el de Zhen Wen y así se cobraría las victorias con mucho gusto. Realmente Zhen tenía razón, era como si estuviera en celo, todo el tiempo pensaba en desnudarlo y poseerlo una y otra vez, pero no podía evitarlo.
Había dos chicas, estaban espiando a XingChen a cierta distancia entre risas y susurros. Estaban viendo a un chico realmente hermoso en el pasillo de los cereales. Llevaban un buen rato siguiéndolo de pasillo en pasillo mientras él iba metiendo algunas cosas en el carrito. Tenía unas manos tan bellas, debían ser muy suaves. ¿Sería modelo? Debían hablar con él, intentar que les diera su número de teléfono, cualquier cosa para escuchar su voz.
-Es perfecto, tierno como un trozo de manzana con forma de conejito.
-Ay sí, me muero de amor.
-¿Crees que querrá hacerse una foto con nosotras?
-Aaah dile tú a mi me da vergüenza.
Xue Yang arqueó una ceja aún con el paquete de congelados en la mano, lo soltó y se les acercó por detrás. Él también llevaba un rato observando a XingChen desde lejos y por ende, a las chicas espías que no le quitaban ojo de encima.
-¿Sabéis? Es amigo mío.
Las chicas se volvieron y abrieron mucho los ojos. No podía ser, otro hombre perfecto que además les hablaba.
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Redención 2. El Rey Blanco
FanfictionEl juego comienza de nuevo, la rueda se pone en marcha y las piezas del tablero buscan su lugar por enésima vez. Se ha doblado la apuesta, el reto es más arriesgado pero en esta ocasión hay una diferencia importante: Mueve el rey blanco y tiene vent...