46화

2.9K 618 300
                                    

Eran silencio. La habitación estaba a oscuras, pero ni siquiera así se atrevieron a darse una mísera mirada. Mingyu sabía que Jungkook no había dejado de llorar desde que les obligaron a tomar un cuarto, pero tampoco hubo nada por decir. ¿Qué diría? De todas formas, él era consciente que estaban ahí por su culpa, en parte. Por tanto, pensó que debía mantenerse sentado sin hacer ruido, mientras el omega ocupaba un lugar junto a la ventana, viendo la noche cernirse sobre ellos al mismo tiempo que rezaba porque ninguna marca quedase sobre su mandíbula. El alfa sabía que tenía derecho a estar furioso, pero no era así, en el cuarto sólo sentía el aroma a tristeza e impotencia; si era sincero, nunca entendió al menor. Taehyung parecía hacerlo muy bien, pero él sólo no podía.

       La cena estaría servida dentro de unos minutos, según anunciaron las mucamas antes de retirarse. Sin embargo, ninguno tenía el apetito suficiente para sentarse a la mesa con sus padres y, claro, el líder. Era demasiado para un sólo día, Jungkook está en verdad agotado, pero tampoco puede mostrarse afectado frente al resto. Incluso si Kim Hyowoon ha ganado, él no piensa denotar derrota; su ego era más grande que eso, lo cual no siempre debía ser una virtud.

       —No entiendo por qué estás así. Taehyung vivirá, ¿no es eso lo que querías desde un inicio? —bien, claramente el alfa tiene nulo tacto para tratar comprensible a Jungkook, al menos, en ese momento. Jeon sabe, pero no deja de irritarle. Bufa, no hay gran esfuerzo por mirarle.

       —No estoy de humor para ti ahora, Mingyu. Estabas bien en silencio —es lo único que opta por responder, y no miente. Duda poder con más, mínimo, durante las siguientes doce horas.

        —Oye, intento hacerte ver que ganamos. Bueno, ganaste —desde la punta del colchón le mira, aunque apenas puede verle una fracción del rostro. Una pequeña parte de sus débiles lágrimas resplandece con el brillo lunar. —Taehyung no recibirá una condena y el líder no piensa matarte.

        —Wow, gracias. Me siento mucho mejor, en serio —pero su sarcasmo sería imposible pasarse por desapercibido, a su novio no le gusta, aunque tampoco se queja sobre ello. —No sé tú, pero habré ganado el día que pueda decidir por mí mismo, así que... En este momento, sólo hiciste lo que era correcto, sabes que Taehyung no debía ser condenado cuando tú eres el culpable.

        Mingyu bufó.

        —No me siento orgulloso, ¿bien? A veces es difícil controlar los impulsos, si quieres pregúntale a Taehyung —se dejó caer en la cama, frustrado. — A él sí que le pasaste por alto lo que hizo —murmuró por lo bajo, desafortunadamente, Jungkook sí escuchó.

        Saltó del borde de la ventana, mirándole en medio de la oscuridad, era suficiente con la luz que provenía del exterior.

         —¿Con qué derecho te comparas con Taehyung? Entiendo tus impulsos o toda esa mierda, pero no confundas —le señaló, manteniendo un profundo ceño fruncido.

         —¿Por qué no? Las cosas se le salieron por completo de control, a mí igual. Yo no quería hacerles daño, sólo estaba asustado.

        Jungkook río ante su defensa, confundiendo al alfa, quien se incorporó para mirarle, quizá esperando alguna respuesta para su aparente diversión.

        —Tú atacaste a Jaesol porque tenías miedo de tu reputación, querías cubrirte a ti mismo. Eres un alfa estúpido que sería incapaz de admitir que no es perfecto, por eso les atacaste —una situación en la cual prefería no pensar todavía. Por ahora, su mejor amigo había pasado a segundo plano, pues estaría seguro mientras tuviera lugar en el hospital. —Taehyung lo hizo para salvar a su hermana, así que no... No son iguales, de hecho, estás a millas luz de Taehyung.

Through The MaskDonde viven las historias. Descúbrelo ahora