04화

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Jeon Jungkook no solía abandonar la manada; puesto que, sus padres, estaban pocas veces en casa y cuando era así querían descansar, pues trabajaban fuera; en la manada principal de Seoul. Él no conoció nada más allá de la frontera hasta que hizo oficial su relación con Kim Mingyu, porque era quien le llevaba a restaurantes de otras manadas; e incluso, le invitaba de compras a enormes centros comerciales en Seoul. Y él en serio disfrutaba salir, ver más allá de la monotonía.

       Durante el camino, aprovecha todo el paisaje para distraerse, no hace caso de la conversación que llevan sus amigos. Y está agradecido, pues es Mingyu quien maneja; él ocupa un lugar atrás, junto con Hoshi. Vernon está al copiloto. Se siente seguro, tan sumido en sus pensamientos como para siquiera preocuparse del alfa al otro lado de su mejor amigo, quien es cuidadoso al mirarle de soslayo. Jungkook lo nota, pero decide ignorarle.

      Sin embargo, su pasibilidad no dura demasiado; mientras bajan del vehículo que los transportó hasta su destino, hay una tensión que pesa sobre sus hombros, evita a toda costa mirar al alfa con aroma a eucalipto. Teme que esté molesto con él, y a su vez, se siente avergonzado gracias a los sucesos de anoche. Piensa que debería haber actuado distinto; complacer al alfa, después de todo, es algo que ocurrirá tarde o temprano. Pero, es más fácil pensarlo que hacerlo. Cada vez que se encuentra con su mirada, rehúye de la misma, asustado. Sin saber por qué, pero temiendo aún más que Mingyu lo note y le haga frente.

      Aunque claro, no puede huir para siempre, y su momento llega cuando sus amigos deciden ir por helado. Deben esperar a que el auto donde vienen Jinwoo; con Yugyeom, Bambam y Namjoon, llegue pronto. Hasta donde sabe, gracias a las malas indicaciones de Nam se perdieron hace unas cuadras, pero deben venir en camino. Jungkook quiere correr detrás de su mejor amigo al notar que se queda solo con Mingyu. Y reza para que no le reclame, o quiera hablar del tema. No funciona.

       — ¿No piensas hablarme? —le escucha decir, con un pequeño puchero estirando de sus labios. Y las mejillas del omega se encienden, abochornado. Traga saliva, nada sale de sus labios. — Jungkookie, en serio, lamento lo de anoche. Mi intención no era incomodarte, es sólo que... —sus palabras quedan atoradas, no tardan en irse junto al viento. Niega, sacudiendo sus oscuras hebras castañas. — Sólo, perdón. No volverá a suceder, te lo prometo.

       El omega se sorprende ante las disculpas, pero no tanto como le alivian. Pues, aparte de no estar molesto con él, parece tener intenciones de ser paciente. Y necesita mucho de eso, aún no sabe qué hacer.

     — Descuida, me tomó por sorpresa, es todo —y básicamente, no miente. Pero, también está al tanto de que el momento por sí solo, estuvo por mucho alejado de lo que supone debería sentir.

       — ¿Todo bien, entonces? —se atreve a acariciar la sonrojada mejilla del menor, quien no tarda en asentir con una, apenas perceptible, sonrisa. Mingyu se nota aliviado, apartándose, no sin antes dejar un casto beso sobre sus labios.

Jungkook sí espera que todo esté bien, pero siendo francos, lo duda. Es imposible sacarse a Taehyung de la cabeza, más específicamente, ese tenso momento que pasaron en la cocina; porque jamás estuvo tan próximo a un alfa, sin contar a su novio, claro. E incluso con él, tenía ciertas restricciones. Pero no, eso ni siquiera se acerca a la razón de su inquietud, sino, en la forma en que sus nervios se crisparon, manteniendo cada sentido alerta; a pesar de no percibir ningún aroma en él. Fue como estar frente a un beta, casi.

       Ya no hay incomodidad entre la joven pareja, cuando sus amigos regresan con sus respetivos conos de helado. Taehyung y Vernon llevan dos, siendo el primero quien camine directo al omega de puntas doradas, para extenderle uno que expide dulce aroma a chocolate, pero tiene un cremoso color verde; los ojos oscuros de Jungkook brillan, al notar que es de sabor chocomenta. Toma el helado sin rechistar, tampoco se da cuenta de la extraña mirada que Mingyu le otorga.

Through The MaskDonde viven las historias. Descúbrelo ahora