« Supongo que esto es una revolución, estamos pintados de rojo para encajar bien;
lo siento en mis huesos, suficiente
como para hacer que explote.
Bienvenido a la nueva era »-
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Todas las mañanas se paraba junto al sonido de su alarma, en punto de las 6 am. En realidad, sus responsabilidades como líder se limitaban a supervisar que otros hicieran todo su trabajo. Sin embargo, era difícil dormir cuando cargaba tanto en la mente. Entonces, salía de la cama tras darle un vistazo a su omega, recorría con gran pereza cada uno de los pasillos que estaban para dirigirle hacia la cocina, y una vez ahí, preparaba una enorme taza de café. Solía ordenar a las mucamas que mantuvieran la cafetera lista para que él sirviese aquella humeante taza. Por lo tanto, no tenía más quéhacer que coger su taza favorita y vertir el contenido en ella. Todavía somnoliento, pensaba sobre las labores del día; junto a los preparativos de cierta boda, se estaba divertiendo bastante. No obstante, debía supervisar los últimos envíos del año, si no quería quedar mal con los proveedores de Tailandia, debía enviar esos paquetes antes del mediodía; sólo así, podría enviarles a Taehyung para inicios de las celebraciones decembrinas. Suena a un gran plan.
Una vez termina su bebida, dirige perezosos pasos hacia la planta donde se ubica su despacho. Usualmente, pasaba por ahí un par de minutos antes del desayuno. Después, se alistaba para salir a supervisar los pormenores fronterizos. Así que, sin dar mucha vuelta a la mansión, camina hasta la ordenada oficina que solía acobijarle una considerable parte del día. Aun con restos de sueño en el sistema, cierra la puerta del lugar a sus espaldas. Encontraba paz en el solitario espacio con aroma a alfa y tabaco, nada como la tranquilidad matutina.
—¿Sabe? Siempre creí que el líder debería tener su alarma por eso de las 4 o 5 de la mañana —escucha una tranquila voz, y luego, antes de avanzar un paso más hacia su escritorio, el sillón giratorio vuelve a enfrentarle para presumir a un pálido omega de hebras azabache. No mentirá, le desconcierta durante breves instantes. Si Jungkook lo nota, prefiere no mencionar nada al respecto. —Qué decepción.
El líder suelta una risilla nasal, confundido del por qué ese atrevimiento, pero encuentra divertida la estupidez del joven omega.
—Y yo creí que los niños no se despertaban hasta las 9 para ver sus dibujos animados, pero mira qué gran coincidencia —se cruza de brazos con una severa mirada que pretende pasar por divertida, mirándole al otro lado del escritorio. —¿A qué debo esta agradable visita, pequeño?
—Oh, ya sabe. Nervioso por la boda y todas esas tonterías, esta petición no podía esperar hasta después de mis caricaturas, usted entenderá —Jungkook encuentra una agradable comodidad en aquel inmenso y cálido sofá individual recubierto en piel. El líder no la pasa nada mal, piensa mientras tanto. —Así que, decidí venir hasta aquí.
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Through The Mask
Fanfic--Todos escondemos algo-- El régimen de lo correcto es una línea que Jeon Jungkook se niega a ignorar; incluso, cuando constantemente desea romper esas barreras. Sin embargo, no es fácil para un...