Taehyung no envidiaba nada de los demás, con una pequeña excepción, sí, Mingyu; probablemente, lo único que desearía del perfecto alfa que es su primo, era a su novio. A diferencia de todos quienes le rodeaban, no encontraba sorprendente el tipo de persona que Kim Mingyu era; sí, un hombre educado y de buenos modales, ¿eso era respetable? Debería ser una obligación, no veía de su apetito alabar algo que, para él, es tan básico en cualquier persona. Sin embargo, tenía cierto privilegio —aparte de Jungkook— que verdaderamente celaba del respetable alfa quién era; su tolerancia y paciencia.
Él no le conoció durante su niñez; pero, tampoco hacía falta, porque a mitad de los últimos años, descubrió qué tipo de persona era Kim Mingyu. Al menos, quién aspiraba a ser. Un alfa nacido del fruto directo al más puro amor; sus padres, predestinados, le dotaron de todos los atributos que alguien pudiese desear. No sólo era guapo, sino también, inteligente y fuerte; la sangre que corría por sus venas, era superior a cualquier otra. Incluso si nadie se lo pidió, él solía ser considerado y protector; el alfa perfecto.
Desde una corta edad, su padre le hizo ver que cada virtud que poseía no tendría verdadero valor hasta encontrar al omega ideal, quien le completaría. Y sólo así, podía decir que estaba pleno. Mingyu sabía cuán difícil era hallar al predestinado, sus esperanzas son nulas. Sin embargo, está al tanto que incluso si no era quien eligió la Luna para él, conocería al mejor omega de todos. Le cuidaría, velaría por sus almas y al fin su existencia tendría un propósito. Entonces, alcanzaría la felicidad que sus padres obtuvieron al conocerse; quizá, de ese modo, el vacío en su estómago sólo desaparecería. Pero, Taehyung sabía, incluso antes que él mismo; no funcionaba así, e incluso teniendo al omega perfecto, sólo alguien podía llenar ese vacío.
Y no era Jungkook.
Mingyu no era sus padres; la felicidad tampoco se hallaba al alcance de cualquier persona. Pero, era aterrador, porque cada vez que el perfecto alfa de cabello oscuro trataba de hacerle frente a su padre, éste le interrumpía sin opción a réplica. No podía permitir una deshonra así a su familia, ¿qué pensaría el líder de él? Podría perder su trabajo por un capricho de adolescente, y nadie estaba dispuesto a eso. Razón por la cual, Taehyung le admiraba; cada vez que recibía los regaños de su padre, Mingyu sólo se mantenía con la mandíbula tensa mirando el suelo, ardientes orbes carmín fijos en las pálidas manos entrelazadas entre sí, definitivamente él no podría mantenerse así de impasible; su primo solía contenerse seguido. Él le había visto, cientos de veces. Por lo tanto, temía también, porque no había forma posible de que aquello fuese sano.
Y el día que explotase, sería devastador.
Desastroso. Caótico.
— Es el omega ideal para ti —Taehyung escuchó las severas palabras de su tío, recién subían a través del corredor. Y él no podía sólo dejar de escuchar, en esa casa, las paredes eran sumamente delgadas.
—Es el omega ideal para cualquiera —no dudó en corregir Mingyu, y el alfa que escuchaba desde su habitación era incapaz de debatir aquello.
— Y si lo sabes, ¿por qué aún no tiene una bonita marca en su cuello? —aquello podía pasar por un comentario fugaz, pero Taehyung sintió la tensión en tales palabras. Incluso sin mirar, adivinó que su primo las sintió también.— En unos meses te irás, ¿sabes cuantos alfas estarán detrás de un chico así? No puedes dejar que te lo quiten, es tu única oportunidad de formar una familia estable.
—¿No soy muy joven para pensar en eso? Sólo tenemos...
— ¿Si te termina qué piensas hacer? ¿Saldrás con un omega citadino? Ellos ni siquiera conocen la palabra compromiso... Al menos que esa sea tu meta, irte a la gran ciudad para vagar sin propósito alguno.
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Through The Mask
أدب الهواة--Todos escondemos algo-- El régimen de lo correcto es una línea que Jeon Jungkook se niega a ignorar; incluso, cuando constantemente desea romper esas barreras. Sin embargo, no es fácil para un...