«Mi corazón se sentía vacío, así como la carretera en las noches de invierno, frío, desolado y desamparado. Ella había roto mi corazón con tan solo una palabra y no tuvo piedad de mí, de lo que hice día tras día para tenerla a mi lado y todo lo que luché con tal de que el amor nunca faltara en su morada.
No amar a alguien estaba bien, traicionarlo era lo que dolía, no después de haber sido el bloque que la sostenía y la confianza que ella necesitó algún día.
—No, no quiero —volvió a decir—. Lo siento. No puedo aceptarlo.
Ella me incitó a que me pusiera de pie con un gesto. Yo me sostenía en una de mis rodillas, acababa de pedirle que fuera mi esposa, que se casara conmigo, pero dijo que no. Pensé que ella quería lo mismo, habíamos pasado años tras años planeando lo que sería amarnos por siempre. Pero al parecer no estaba en la misma página que yo, quizá nunca lo estuvimos y mal interpreté las cosas.
—¿Por qué? —¿Había hecho algo mal? ¿Por qué ella rechazaría casarse conmigo cuando hacía poco juraba que me amaba?
Todo fue una mentira, todo debía ser una mentira o una pesadilla disfrazado en un cuento de hadas.
—Estoy embarazada. —Fruncí el ceño. No le veía ningún sentido a nada de lo que salía de sus labios—. Es de Clay. No puedo hacerte esto. No puedo casarme contigo cuando no pude serte fiel.
Bertha comenzó a llorar, en cambio no entendía bien qué estaba pasando.
Ella estaba embarazada de Clay.
—¿Qué? —Eso no podía ser posible, Clay es mi hermano. Mi hermano nunca haría algo así, ¿no? Lo conocía muy bien, era incapaz de haberse acostado con mi novia...»
—Espera —lo interrumpo y Aaron deja de leer.
Accedí a tener una cita con Aaron porque quiero hacerlo, quiero intentarlo. ¿Por qué no lo haría? Es una persona atenta, es romántico y está lleno de todo ese misterio que me intriga. Así que he quedado con él el día de hoy y ahora está cumpliendo con su parte de ganar-ganar.
—¿Sí? —Arquea una ceja hacia mí.
—¿Bertha está embarazada del hermano de su novio y por eso le dijo que no?
—Así es.
—¡Que perra! —exclamo y él suelta una carcajada.
Ese es el prefacio de su libro. Todo comenzó con una hermosa narración de Peyton pidiéndole matrimonio a su novia y paf, la mujer le dijo que no. Ya entiendo a qué llama él un libro sobre un hombre que pierde al amor de su vida. Me imaginaba más bien una muerte por alguna enfermedad terminal, no específicamente esto.
—Es muy grato saber que lo disfrutas.
—¿Puedo entrar al libro?
—No —ríe.
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Seis Razones Para Cada Problema [Libro I] ✔️
General FictionMaya, Ryder, Kristen, Brayden, Shawna y Garrett van a la misma universidad, recorren los mismos pasillos y no tienen una razón para ser unidos, hasta que ciertos problemas llegan a sus vidas, hasta que ellos son el problema. ¿Cómo la vida de seis jó...