Le sonrío a la chica morena del café que suelo frecuentar cuando deja mi bebida junto a mí y vuelvo mi atención a los códigos de programación que tenían mi concentración. Hace casi dos años y poco más que había optado por estudiar ingeniería en sistemas, siempre había tenido cierta afición por la tecnología y siempre que tenía un momento libre lo tomaba para explorar ese campo.
Conozco como la palma de mi mano la computadora que tengo al frente y cada una de las cosas que puedo hacer con ella y que no admitiría en voz alta. Siempre me cuestionaba cómo se lograba que un simple aparato como este pudiese hacer tantas cosas y no me quedaba de brazos cruzados para averiguarlo.
Mi madre solía señalar que me iba a volver loco de tanto estar pegado a la computadora y mi padre pensaba lo mismo o tal vez peor.
—¿No te cansas de usar esa mierda? —pregunta Deena evidentemente aburrida.
Me encojo de hombros y le doy un sorbo a mi café, no le pedí que me acompañara, ella misma tomó la decisión de salir de casa tras de mí con el pretexto de no permanecer dentro de esas cuatro paredes un segundo más.
—Mi tarea no se hará sola —respondo.
Ella rueda los ojos y yo me retiro los lentes de pasta que suelo usar junto al computador.
—Pero puedes hacerlo luego, no tienes clase mañana ni el finde —sugiere.
Alargo mi mano hasta su plato, ella había pedido algún sándwich que apenas había probado y yo ya estaba teniendo algo de hambre.
—Trabajo esta noche y el fin de semana también, además si no mal recuerdo quieres que te acompañe a casa el sábado, así que no voy a tener tiempo.
Resopla y me da un golpe en la mano cuando intento tomar su comida.
—¡Si tienes hambre pide el tuya! —exclama y empieza a comer.
Niego y vuelvo a colocar los lentes en su lugar para seguir con lo mío.
—Ya empecé a buscar apartamento —murmura.
Levanto la mirada para verle.
—Sabes que puedes quedarte a vivir conmigo, ¿verdad? —Intento prestarle toda mi atención.
Ella asiente.
—Quiero valerme por mi misma, Ryder. Si me quedo contigo seré básicamente una mantenida.
—No me importaría tenerte en casa, Dee, además, ¿cómo vas a costear un apartamento? —inquiero.
—También estoy buscando trabajo.
Asiento aunque no esté muy de acuerdo. Está bien que quiera hacerlo, si fuese mi caso me hubiese ido el primer día que papá tiró la primera mierda. Pero no creo que lo logre, no porque no le tenga fe, sino que costear un apartamento, gastos personales e iniciar la universidad el próximo semestre no son cosas que se vayan a lograr con un sueldo de algún puesto en McDonald o una tienda comercial.
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Seis Razones Para Cada Problema [Libro I] ✔️
Fiction généraleMaya, Ryder, Kristen, Brayden, Shawna y Garrett van a la misma universidad, recorren los mismos pasillos y no tienen una razón para ser unidos, hasta que ciertos problemas llegan a sus vidas, hasta que ellos son el problema. ¿Cómo la vida de seis jó...