Seis Razones Para Cada Problema [Libro I] ✔️

57| BRAYDEN

Sabes que tu vida es deprimente cuando terminas en año nuevo fumando un cigarrillo junto a tu amigo recostados del auto. No tengo el hábito de fumar, pero cuando un buen día termina siendo una mierda puedo aceptarlo. 

Garrett fuma a mi lado mientras miramos los fuegos artificiales adornar el cielo, todo bajo un absoluto silencio. Me río y mi mejilla duele. Garrett es conocido por ser muy rudo, es el tipo con el que nadie se quiere meter, pero con el que sin duda te terminas metiendo. En mi caso por idiota.

Nunca me he llevado mal con él, es evidente que a pesar de que me dio unos cuantos puñetazos sigo aquí como si nada. Me los merecía. Además es una buena historia de fin de año: Garrett y yo nos fuimos a los golpes, luego fumamos un par de cigarros para variar.

Juro que si Bellamy no estuviese en Nueva York con su familia se hubiese zampado el show con palomitas. Es más, estaríamos en YouTube siendo viralizados.

—Joder, Garrett, mi puto rostro duele —gruño mientras expulso el humo del cigarrillo.

—Yo lo veo muy bien —asegura.

Me asomo al espejo retrovisor y me veo de maravilla: labios hinchados y enrojecidos, mejilla coloreada creo que se está poniendo azul o tal vez sea morado. Está algo oscuro para distinguirlo. En definitiva, podría hasta posar para una revista.

—Sí, soy todo un encanto.

Vuelvo a mi posición inicial bajo la mirada atenta del rubio de pelo largo.

—¿Por qué diablos eres tan impulsivo?

—Te preguntaría lo mismo pero la impulsividad y las malas decisiones son tu fuerte —es su respuesta.

Y no me cabe duda de que son mi fuerte. Si tan solo hubiese mantenido mi boca cerrada nada de esto hubiese pasado.

Un par de horas antes...

Estoy en la mesa en silencio, no me atrevo a decir absolutamente nada, no después de la bofetada que me dio mi madre. Y me estoy muriendo de aburrimiento. Toda la conversación de la noche ha sido sobre el furtivo matrimonio de Ottavia y Sean. Todo gira en torno a luna de miel, esposos, amor y colores pasteles. Lo que más anhelo es ponerme de pie e irme de aquí.

Las festividades navideñas nunca han sido algo que me guste celebrar, en especial porque suele ser un aburrido evento donde las personas hablan de responsabilidades y perfección mientras comen unos cuantos platillos. Al menos eso en mi familia. Más ahora que la familia Thomas parece ser nuestra sombra y nosotros la de ellos.

El día de navidad la celebración fue en la casa de la familia de Sean y ahora año nuevo en la casa de mis padres.

—Sin duda te veías preciosísima en ese vestido. Fue diseñado especialmente para que lo llevaras el día de tu boda, cariño.

—Gracias, Loraine. —Ella sonríe.

Siento mi celular vibrar en mi bolsillo y lo miro debajo de la mesa, con la mirada de Sam sobre mí.