Salgo del aula con la mochila colgando de mi hombro, hace menos de un año hice un cambio de carrera y empecé a estudiar arquitectura. La primera carrera fue más un impulso, mi madre estaba constantemente preguntándome cuando me iba a inscribir, así que hice lo primero que se me vino a la mente: estudiar economía, no se me dan mal los números y esas cosas, pero me di cuenta que porque no fuera malo en ello no significaba que era lo que de verdad quería. Ahora llevo casi dos semestres de arquitectura y por el rumbo que voy me está gustando.
Visualizo a Bellamy cerca de la puerta con dos chicas acercándose a él. Una morena que me resulta familiar y una chica de cabello castaño. Cuando estoy lo suficiente cerca logro reconocerla como Maya, la chica que había conocido en el pasillo junto a la pelirroja.
Sonrío cuando escucho lo que dice, pero sonrío aún más cuando la chica menuda a su lado me incluye en su doble cita. Maya parece sorprenderse y puedo jurar que va a refutar, sin embargo decido que es buena idea llevarle la contraria.
—Suena excelente —digo sin quitar la sonrisa en mi rostro.
La chica morena no sabe qué decir y me satisface más de lo que pensaría.
Un celular suena y estoy cien por ciento seguro que no es el mío porque tiene una melodía muy suave como para usarse de timbre predeterminado. Maya se aleja del grupo sin decir nada para hablar. Despego mi vista de ella y la vuelvo hasta mi amigo y la chica castaña a su lado con quien comparte número.
No me sorprende en lo absoluto, Bellamy siempre está rodeado de mujeres y para el colmo de las más locas y estúpidas.
Debería sentirme mal de esa oración ya que estoy encasillando a esa chica entre el grupo de las locas y estúpidas con las que suele salir Bellamy, pero no lo hago.
Maya se acerca a nosotros pareciendo apurada y algo preocupada.
—Chicos, tengo que irme, ha surgido algo —habla con suma rapidez, tanta que apenas puedo entender. La chica castaña a nuestro lado sale de su soñadora expresión para prestarle atención.
—¿Es tu hermana? —inquiere.
—No, no. Es Shawna —dice acomodándose su mochila—. No sé qué le pasa, pero parecía algo grave y no me puedo quedar aquí sin saber qué rayos va a hacer —aclara pasando sus manos por su rostro en un acto de nerviosismo—. Creo que llamaré un taxi.
Camina a las escaleras con el celular en la mano.
Sea lo que sea que su amiga le dijo al teléfono no debía ser muy bueno por la expresión de su rostro y la rapidez con la que se mueve.
—¡Espera! —la muchacha se va tras ella. Y por alguna extraña razón también lo hago.
—Puedo llevarlas. —Me ofrezco cuando las alcanzo hasta las escaleras mirando con el ceño fruncido el ascensor. ¿Por qué no bajar por ahí?
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Seis Razones Para Cada Problema [Libro I] ✔️
Aktuelle LiteraturMaya, Ryder, Kristen, Brayden, Shawna y Garrett van a la misma universidad, recorren los mismos pasillos y no tienen una razón para ser unidos, hasta que ciertos problemas llegan a sus vidas, hasta que ellos son el problema. ¿Cómo la vida de seis jó...