41| MAYA

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Hoy es el día

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Hoy es el día.

Voy a conocer a Aaron Finley y me siento como si fuese a una cita que alguien más consiguió para mí en Tinder. No he tenido muchas citas en mi vida, apenas he tenido novio y si bien no me hace mucha gracia que él se haya empeñado en escribirme se siente como si fuese justo a eso.

Me siento muy nerviosa y cuando me veo en el espejo me siento demasiado arreglada. Así que frunzo los labios intentando entender qué está mal.

Escucho la risa de mi hermana en la puerta y arqueo una ceja.

—Estás bien, no tienes que mirarte tanto.

—¿No crees que me veo muy arreglada?

Ella vuelve a ríe.

—Pero si eso es lo que siempre usas; camisetas y pantalones Jeans. —Ella rueda los ojos—. Te ves bien.

Vuelvo a mirarme en el espejo, tiene razón, solo estoy siendo algo dramática. Es lo que siempre uso, no tengo la culpa de que todo me quede tan bien. Río internamente, creo que estoy loca.

—Vale —le digo y tomo mi bandolera.

Me voy en transporte público hasta la dirección que me dejó el día que casi lo descubrimos sentado en la biblioteca. Es un parque, un puto parque y yo pensando que sería un café o algo así, no lo sé. Ese tipo ha de estar loco.

No sé a dónde mirar o qué hacer porque no tengo idea de cómo es ni quién es. ¿Por qué rayos no lo busqué en las redes sociales? Jules debería enseñarme esas técnicas de stalker que tan bien usa para admirar a Bellamy.

Saco mi teléfono y entro a Instagram poniendo su nombre con la esperanza de que no sea una de esas personas que se ponen nombres raros y estúpidos en las redes sociales. No termino de escribir su nombre en el buscador, porque está tras de mí.

—Hola, Maya. —Muero. Ese hombre tiene una voz, pero una voz demasiado sexy y masculina para mi gusto.

Me doy la vuelta para verlo y no puedo emitir alguna palabra. No lo sé, pero no me imaginé que fuese a ser guapo o que solo con un par de palabras me pareciera su voz tan seductora.

No me limito y observo cada pequeño detalle de la persona que está frente a mí; sus ojos son color avellana y relativamente pequeños enmarcados por unas cejas bastante pobladas, en su frente cae un mechón de su cabello castaño rizado y sonríe como si le fascinara que lo mirase como lo hago. Va vestido de manera casual, un pantalón de mezclilla y un suéter mangas largas color azul oscuro, tiene aire despreocupado y sus labios que parecen estar pintados de un tono rosáceo se extienden en una sonrisa.

Extiendo mi mano hacia él.

—Supongo que tú eres Aaron. —Él acepta mi saludo y asiente.

—Es un placer.

Seis Razones Para Cada Problema [Libro I] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora