68| SHAWNA

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Ivy está en su habitación acostada y estamos ciertamente preocupados por su estabilidad mental justo ahora

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Ivy está en su habitación acostada y estamos ciertamente preocupados por su estabilidad mental justo ahora. He sido amiga de Maya por suficiente tiempo como para saber que su hermana no es buena enfrentando los malos momentos. Yo soy un desastre con mis emociones, Ivy suele ser peor.

Kristen nos tiende tazas de té a ambas. Se ha pasado todo el rato con Maya y cuando yo llegué Deena se fue porque tenía que cumplir con su horario de trabajo. La situación no fue muy grave y según dijo la doctora el treinta por ciento de las mujeres con embarazos múltiples suelen perder uno de los fetos. La cuestión aquí no es que solo lleve uno en su vientre, es la sensación de pérdida que debe estar sintiendo justo ahora porque no es la primera vez que Ivy pierde un bebé, solo que esta vez duró más tiempo, esta vez su embarazo sí era real.

El timbre de la casa suena y me pongo de pie para abrir. Frente a mí aparece un chico y tras unos segundos desconcertada logro reconocerlo como Aaron. Yo estaba ansiosa por conocerlo, solo que no esperaba que fuese de esta forma. El hombre frente a mí porta demasiado atractivo para creerme que es el mismo que escribe todos estos detalles románticos para mi amiga, seguro que solo se ven ese tipo de cosas en las películas. No es una persona muy alta porque yo sin llevar zapatos de tacón debo llevarle algunos centímetros, tiene pómulos marcados y lleva unas gafas redondas. Es el tipo de hombre bendecido por hermosas cejas y no me atrevería a adivinar que se las limpia porque son demasiado perfectas.

—Hola. —Sonríe con los labios cerrados.

—Hola, Aaron, yo soy Shawna —me presento—. Es un gusto al fin conocerte.

—El gusto es mío.

Me da su mano y le doy una pequeña sacudida.

—Pasa —le invito y agradece.

Aaron se encuentra algo cohibido cuando entra a la sala de estar, pero a pesar de eso saluda a Kristen y a Maya le brinda un abrazo que parece ser eterno.

Este no es el momento, pero ¿ya son novios?

Aaron y Maya dejan de abrazarse y Kristen le ofrece una taza de té que no declina.

—No eres de aquí, ¿cierto? —pregunto.

—Soy de Nevada, Spring Valley por si te lo preguntas.

—Una vez estuve en Nevada, pero fue en Las vegas.

—¡Se hospedó en un Luxury! —exclama Maya—. ¡En el Bellagio, por el amor de Dios!

Río. Ir a Las Vegas y no gastar dinero por montón no es ir a las Vegas al menos aunque sea en el hotel. Si bien yo no fui la del dinero, sino mis padres, puedo presumir de ello o mejor dicho, Maya puede presumir de ello. Yo nunca di detalles de dónde estaba y qué hacía.

—Ese es un grandioso hotel —concuerda Aaron.

—¿Has estado allí?

Niega.

Seis Razones Para Cada Problema [Libro I] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora