18| MAYA

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Jules me abraza cuando el profesor nos felicita con nuestro trabajo, nos llevó casi un mes que la escultura quedara casi perfecta, incluso pensamos que el profesor iba a rechazar nuestro trabajo

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Jules me abraza cuando el profesor nos felicita con nuestro trabajo, nos llevó casi un mes que la escultura quedara casi perfecta, incluso pensamos que el profesor iba a rechazar nuestro trabajo. Ha ido rechazando nuestros proyectos desde el día cero y que haya sido uno de los mejores me deja más que emocionada.

—¡Esto hay que celebrarlo! —canturrea Jules—. Aún no me lo creo.

Río junto a ella.

—Yo tampoco lo creo —respondo y termino de recoger mis cosas de la mesa de trabajo y las guardo en mi mochila.

—Deberíamos ir Shawna, tú y yo por ahí a celebrar.

—La voy a llamar, debe de estar saliendo ya de su clase —le digo mientras marco su número.

—Se te ha caído esto.

Jules me extiende un sobre color violeta y niego con un gesto mientras escucho el tono de llamada que cae en el buzón de voz. Intento llamar a Shawna otra vez, sin embargo no puedo dar con ella.

—No contesta —digo en voz baja.

—Tal vez aún no ha salido de clase —sugiere y vuelve a extenderme el sobre.

—No es mío.

—Acaba de caer de tu mochila —dice encogiéndose de hombros.

Lo tomo en mis manos y me parece familiar. Es un sobre muy similar al que me dio el chico tatuado hace unos días en el metro. Así que lo abro con rapidez pensando que podría ser solo pura coincidencia. Porque debe ser una coincidencia, ¿no?

Así que saco la hoja del sobre, está doblada de manera perfecta y la caligrafía cursiva y temblorosa de la última vez aparece frente a mí.

Mi pulso se acelera con saber que es la misma persona que escribió la otra vez, dos veces. Podría decir que es un juego pero otra vez no sería una coincidencia. El texto esta vez es más largo y me causa temor leerlo.

«Entre los rieles de la noche
la luz se pasea como luna acechante,
el aire transmite arte,
el barro forma siluetas en los andenes de tu mirada,
descontrolada, emocionada y preocupada
de saberlo todo y a la vez no saber nada.

Poesía, versos y poemas
son cosas que no se ligan en una frase desesperante,
está en las caricias que quiero darte
y las transmito en mis letras con solo mirarte,
y es algo desconcertante que lo seas, pero intentes hacer arte».

Tengo que leerlo dos veces para entender que esa persona o me está acosando o va a la misma clase que yo.

Aunque pensándolo bien vaya o no a la misma clase que yo de igual forma me está acosando.

Miro a mi alrededor esta vez sin exaltarme como lo hice en el metro, pero no sirve de nada, la mayoría está saliendo del aula o está concentrado en sus cosas. Pero lo que más intriga me da es cómo rayos llegó eso a mi mochila.

Seis Razones Para Cada Problema [Libro I] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora