60| MAYA

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—¿Quién es? —Alzo la vista de mi dibujo para verlo

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—¿Quién es? —Alzo la vista de mi dibujo para verlo. Estoy en el café al que vine con Brayden para nuestra cita. La rocola suena con una canción que desconozco y ciertamente me siento mal por estar sentada en la mesa que dijo siempre ocupaba.

Tengo días que no hablo con él, para ser exacta tengo más que días que no le dirijo ni una sola palabra, no me gustó la manera en la que habló el día del cumpleaños, tampoco me gustó que luego se quedara callado como idiota, ¿qué le sucede? Se supone somos amigos y no debería estar siendo tan ácido con lo que haga con mi vida, pero al parecer el simple hecho de que Aaron exista le incomoda y algo me dice que...

¡No! Mejor dejo de pensar tonterías.

—Es mi mamá —respondo.

Estoy haciendo un dibujo de mi madre, es un retrato feliz, ella sonríe y parece despreocupada. Es la misma foto que tengo en mi teléfono como fondo de pantalla y nunca cambio desde hace años. Es un lindo recuerdo y si pudiera verlo siempre lo haría, esa foto la tomó papá mientras, ese día, yo le estaba haciendo cosquillas y mi padre capturó la risa espontánea de mi madre en la foto.

A veces quisiera quedarme en ese recuerdo, en ese día. Mamá estaba ahí y papá también. Era una familia completa y feliz.

Ahora solo somos Ivy y yo.

Aaron retira la mochila de su hombro y se desliza en el asiento hasta estar a la par conmigo. Sus pertenencias terminan al lado de mi cuaderno y concentra su mirada en mi dibujo.

—Se parecían.

Lo hacíamos.

Yo me parecía más a mamá que Ivy. No precisamente en el físico —porque en el físico ambas lo hacemos—, sino en nuestra manera de ser. Yo era la niña de mami y mi hermana era la niña de papi.

Cuando Ivy contrajo matrimonio con Zachary y mi padre tuvo que llevarla al altar derramó lágrimas por los tres, él era el sentimental de la familia y mi madre era la racional. Él siempre anteponía el corazón, pero mamá siempre intentaba resolver los problemas sin tener que implicar demasiado sus sentimientos.

—Nunca te veo en este café. ¿Qué te trae por aquí?

Hay una razón muy específica por la que estoy aquí: hoy es el día en que mi madre estaría de cumpleaños. Ivy y yo fuimos al cementerio, pero en vez de ir luego a casa quería pasar un momento a solas, donde no estuviese rodeada de personas conocidas y recordé como Brayden había dicho que le gustaba estar aquí.

Por más extraño que parezca creo que tiene razón, es un lugar hermoso para pasar el rato y hacer algo que nos gusta.

—Tenía deseos de un lugar diferente. ¿Lo frecuentas mucho?

—Siempre.

Y recuerdo como había escrito un poema mencionando este lugar. Siempre estuvo sentado por aquí y no lo sabía.

Seis Razones Para Cada Problema [Libro I] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora