81| KRISTEN

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Tarareo una canción de Taylor Swift mientras me estaciono frente al edificio donde vive Ryder, como me gusta la canción no apago el auto y disfruto de lo grandiosa que es esa mujer, nadie puede decir lo contrario

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Tarareo una canción de Taylor Swift mientras me estaciono frente al edificio donde vive Ryder, como me gusta la canción no apago el auto y disfruto de lo grandiosa que es esa mujer, nadie puede decir lo contrario. Mi parte favorita de conducir es escuchar música en la radio y cantar aunque Dios no me haya bendecido con el don del canto.

You're so gorgeous, I can't say anything to your face 'cause look at your face... —canto junto a Taylor las últimas estrofas de su canción y cuando ya ha terminado me permito apagar el auto.

No llevo bolso, pero sí mi celular en el bolsillo de mi enterizo de tela. Los zapatos suenan ligeramente cuando recorro el pasillo hasta el apartamento de Ryder, es tan extraño que ahora vaya a vivir justo al frente. Aún puedo escuchar la voz de Ryder asegurando que Todd solo deja que viva en su casa para comer gratis.

Sonrío, seguro que es cierto, aunque estas últimas semanas él nos ha estado huyendo.

Ambas puertas están abiertas, tanto el apartamento de Todd como el de Ryder. Me asomo al primero sin ver a nadie y luego al segundo: Ryder está ahí, justo frente a él su ex. Se ve rara.

Su cabello ya no es largo, sino corto como el mío, no viste como la otra vez que la vi, sino que lleva zapatos de tacón y ropa formal, mi ceño se frunce porque nunca imaginé verla con una ropa como esa, es justo el tipo de ropa que... que yo me podría.

Mis labios se abren ante ese pensamiento y veo como ella se acerca a mi novio para besarle, mi pulso se acelera porque veo cómo le responde el beso. Y antes de poder presenciar algo más me doy la vuelta con rapidez.

Mis pensamientos se nublan y la impotencia corre por mis venas, salgo apresurada del edificio y me quedo en el asiento de mi auto.

«No vas a volver con tu ex, ¿cierto?»

«No lo haré».

Solo fue un tonto beso, Kristen, no debes hacer tanto drama por algo así, me digo a mí misma. Pero no hay una manera en la que salga de mi mente.

«Prométemelo».

«Sé que es un tema delicado para ti, Kristen, pero no soy tu ex y no somos tus padres».

Esa mujer es una maldita loca. Veo como sale del edificio, no parece muy feliz, pero de igual forma no es que me haga sentir mejor ese hecho. La observo bien y juro, juro por todo lo sagrado que está vestida justo como suelo hacer, incluso su peinado y su corte de pelo es similar al mío.

Salgo del auto y aprieto mis labios para subir a su piso. La puerta de su apartamento esta vez está cerrada así que la golpeo con mis puños y no tarda mucho en abrir. Su ceño está ligeramente fruncido, pero en cuanto me ve su expresión se aligera y hasta sonríe.

—Eres un... —Golpeo su pecho con mis puños y él se tambalea hacia atrás—. Te odio.

—¿Qué te pasa?

Seis Razones Para Cada Problema [Libro I] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora